- Will...
- ¡Matthew!
Su primo se acercó tambaleándose de lado a lado mientras las demás personas se reían a su alrededor. Sus ojos estaban rojos y esa sonrisa bobalicona no era suya
- ¿estás drogado?
El hombre pelinegro se río y nego con la cabeza pero muy bajo dijo.
- la niña ya te fue con el cuento ¿no? Pobrecita.
Matthew lo miró serio viendo como su primo, un abogado reconocido, estaba allí frente a muchas personas. Drogado y al parecer muy tomado.
- No. - dijo pero Matthew no le creyó, por qué ya sabía en qué fecha estaban.
- Estamos a una semana de...
- Shhh- Will se puso un dedo en su boca mientras negaba con la cabeza - de los muertos no se habla ¿no es así Evangeline?
Matthew crei que de tanto alcohol y más cosas que tenia en su sistema Will ya estaba alucinando. El hombre y las otras personas no notaban aquella mujer que estaba a su lado, ella seguía sufriendo por todo aquello y cuando él la miró supo que la estaba viendo.
Siempre la veía pero quería que la dejara ir. Su espíritu seguía allí por él, no cumplió su promesa.
- Will echa a esta gente de tu casa, ni siquiera sabes quienes son
- ¡Vamos Matty es una fiesta! La mocosa no resistió... y solo se fue.
Lo último lo susurró mientras tomaba un trago de la botella que tenía en su mano.
- Will..
- ¡Ella se lo pierde! No aceptó mis sentimientos. No aceptó lo que le ofrecía.
Wilson miró a su alrededor buscando con la mirada a la mujer, había dejado de estar al lado de su primo ahora estaba atrás de una chica.
- ¿Tu aceptas mis sentimientos?¿¡los aceptas mi Evangeline!?
- claro que sí guapo- dijo la chica pensando que él le hablaba a ella.
Will río mientras terminaba la botella de un trago, al no sentir ese líquido amargo pasar por su garganta observó la botella y la tiró a un costado haciendo que esta se rompa en mil pedazos.
- ¡otra!.
Todos volvieron a reír mientras Will se tambaleó y solo hizo una seña a su primo cuando este se movió para ayudarlo.
- quedate Matt, denle una cerveza. Se ve espantoso.
- Will... basta, echa a esta gente o lo haré yo.
- ¿eres mi padre Matthew? Ah claro ese viejo murió, como todo el mundo lo hace. Mueren y luego... te arruinan la vida.
- Will vine aquí pensando que Honey te había visto con otra mujer.
El pelinegro dejó de sonreír al oír el nombre de aquella niña, antes de se marcharse intentó tocarlo y decirle que todo iba a estar bien.
- ¡Nada está bien mocosa! ¿Lo entiendes? Tu y yo no somos, ni seremos una pareja. ¡Solo fue maldito sexo!
Él río pero no dijo más nada hasta que Matthew habló otra vez.
- La amas ¿no es así?
Will sonrió con burla y nego mientras buscaba con la mirada a su ex esposa.
- la ama tanto que le duele.
La mujer apareció en medio de ellos haciendo que Will le sonría de lado.
- no la amo, solo ame y amaré a una mujer.
La mujer castaña allí volvió a negar y desapareció como siempre hacia cada vez que Will no controlaba sus instintos.
- Will la mocosa regresa a París.
El susodicho palideció y solo lo miró enseguida buscando que sea una broma de muy mal gusto.
- ¡Todo el mundo largo de aquí si no quieren ir a una puta celda con sus nombres en ellas!
Un hombre con una valija en su mano apareció en la puerta haciendo que ambos lo miren con horror.
Su uniforme estaba impecable y cuando todos lo vieron se fueron corriendo como ratas en una fumigación.
- Espero que tengas una buena explicación Wilson, acabo de llegar desde Tokio hasta tu maldita madriguera que se supone que es mi casa.
El hombre dejó su valija en el suelo mientras miraba todo con repudio. Sus ojos verdes observaron a Matthew e hizo una mueca en señal de saludo.
- Alexander.
- Charles es bueno verte.
Charles Miller estaba parado allí, el mejor agente de la CIA estaba junto con un hombre que estaba cubierto de droga.
- Charlie.
El rubio lo miró con asco y antes de que Will cayera al suelo sonrió con burla.
- Bienvenido a casa hermano.
- Maldita la hora que atendí el llamado.
- Charles- pidió Matthew pero el rubio desajusto su corbata.
- Lo levantas tú. Mi casa ahora es un antro de drogas.
El hombre dejó su chaqueta junto a su valija y pasó sobre el cuerpo inconsciente de su hermano menor.
- ¿No me ayudarás?
- estoy siendo investigado Alexander, créeme que lo que menos quiero es que mi maldito hermano me traiga más problemas.
Se marchó dejándolo solo y Matt lo miró como si no entendiera.
- ¡Si... bueno... pero solo te pedí ayuda! - Le gritó este y miró a su primo en el sucio suelo. - creo que te mereces dormir ahí un rato más. Le diré a la madre de mi hija que hice esto quizás me ayude.
ESTÁS LEYENDO
Si decido quedarme #1.5 𝓢𝓪𝓰𝓪 𝓢𝓮𝓷̃𝓸𝓻
RomansBella Feraud estaba perdida, desaparecida, no había rastros de ella. Esa mujer se había esfumado de la faz de la tierra sin dejar una sola señal. No supe que hacer en ese momento. Pero luego lo supe. Nunca que tuve que haberla dejado ir. (*) SEGUNDA...