Diez

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— ¿te quieres ir?

Honey estaba por llorar mientras Bella mecía delicadamente a April, ella le había contado lo que estaba pasando con Matthew y la pequeña Miel solo se quedó con la parte que más le importó.

— Corazón eso es... — bella suspiró mientras miraba a su niña inquieta entre sus brazos — Es verdad.

Todo se quedó en un silencio tenso que fue cortado por Tyler quien entraba hablando por teléfono y se calló ni bien sintió el ambiente.

— Te llamo luego Shai — cortó y cuando vio a la chica apunto de llorar no pudo evitar sentir ese dolor en su corazón.

— Honey escucha...

— estoy harta.

La castaña dejó de hablar viendo como la pequeña chica se levantaba de la silla y se ponía frente suyo.

— Estoy harta que escapes de todo, harta de que quieras ser madura pero solo te comportes como un maldita niña malcriada, harta del simple hecho que me trates como si tuviera que aguantar todo esto cuando yo ahora debería estar en Paris... Harta de que no hables con la verdad.

Ella se estaba por marchar pero se detuvo a mitad del salón y solo dejó que las palabras salieran de su boca como miles de alfileres clavándose en el pecho de Bella.

— Pero lo que más harta me tiene es que no asumas que esto también es tu culpa.

Se marchó y cuando Tyler notó a la castaña a punto de desplomarse tomó a la bebé de sus brazos y la acomodó en la pequeña cuna que estaba en el salón.

— Tranquila.

— ella me odia ¿verdad?

Su voz sonó quebrada y llena de dolor mientras sentia las lágrimas caer lentamente por sus mejillas.

— no Bella, ella no te odia. Tienes que entenderla, Honey sufrió mucho cuando te fuiste sin avisar.

Se sentó en una silla a su costado y ella solo sentía que quería morir, sabía que había lastimado mucha gente. Pero no creía que a su hermana tanto así.

— Bella...

Ella lo miró enseguida y notó como Tyler se movía incómodo  con una mirada que mostraba sus sentimientos.

— Honey y yo perdimos el año de universidad. Ella odio eso, su tesis estaba hecha y su tiempo estaba en perfecta sintonía.

Maldición.

— Yo...

— se que estabas mal, y lo entendemos pero... lo único que nos dijiste fue que volverías en semanas. Y no volviste, no sabíamos de ti. Nosotros te entendimos.

Él se estaba por marchar para charlar con la pequeña Honey,  pero le sonrió a la castaña antes de irse sin ánimos.

— la que al parecer no nos entendió fuiste tú.



(*)

— Matthew...

El castaño miró a su primo mientras tomaba de un trago la bebida en su vaso.

— Ella me odiará, lo sé. Pero... ¿qué puedo hacer?

Will miró como su primo se limpiaba el rastro de lágrimas de su rostro. Sabia que su primo no la estaba pasando para nada bien, apenas pudo aceptar que el amor de su vida había vuelto y ahora era padre.

Si decido quedarme #1.5 𝓢𝓪𝓰𝓪 𝓢𝓮𝓷̃𝓸𝓻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora