Violeta

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Nuestra vida se convirtió en una dulce película de romance. Habíamos creado un mundo similar al de los cuentos de hadas. En nuestro alrededor no existía el caos, en su lugar se escuchaba una melódica armonía que nos envolvía para encerrarnos en una mágica realidad. No podíamos estar lejos una de la otra eso era imposible.

En la escuela nadie cuestionaba sobre nuestra cercanía porque parecíamos como un buen par de amigas, y eso lo éramos también. Siempre creímos tener el control de la situación, pero un pequeño descuido casi nos hace una mala jugada.

Emma y yo caminábamos tranquilamente por el pasillo, con rumbo a los servicios sanitarios. Entramos a los baños y nadie parecía estar allí. Yo llevaba el cabello suelto, pero al estar muy alborotado decidí agárralo en un moño. Acercándome al espejo y atando mi melena, quise preguntarle a Emma si ya estaba en orden.

-¿Está bien?-pregunté haciendo alusión a mi cabello.

-Perfecto- contestó- Espera, tienes algo en la nariz.

-¿Qué?- revisé mi nariz y no encontraba nada- no veo nada.

-Tienes una manchita, deja que te la quite.- y sin esperar una reacción mía, acunó mi rostro en sus manos-. En verdad no tienes nada, solo quería ver de cerca tu preciosa carita.

Reí por su ocurrencia y yo tomé la iniciativa de besarla. Y ahí estábamos de nuevo, en nuestro propio mundo, cuando una voz nos hizo despertar.

-¿Chicas?- ambas nos separamos instantemente.

La chica que nos habló era Julieta, una muchacha de piel oscura, cabello rizado e increíble belleza afro. Ella estaba en mi mismo salón de clase, no éramos amigas, solo compañeras.

-Julieta, escucha, nosotras estábamos...- Quise dar una absurda explicación, pues lo que estábamos haciendo era evidente.

-Se estaban besando- agregó. Ella había salido de un cubículo y al parecer vio toda la cursilería que derrochamos.

-Sí, pero no lo es que tú crees- dije.

-Yo creo que son novias- respondió.

- No, no lo somos.- necesitaba negar cualquier cosa que no sepa.

-Estás en lo cierto, somos novias.- añadió Emma sin pensarlo dos veces.

-¿Qué?- voltee a ver a Emma, no podía creer que estaba admitiendo algo que podría perjudicarnos, pero que con orgullo afirmaba.

-Mira Marie, tu compañera está preguntando algo y yo simplemente estoy diciendo la verdad. Prefiero sentirme rechazada a ocultar lo más lindo que tengo.- se acercó a mí y entrelazó nuestras manos-. Si tienes algún problema con eso me da igual.

-Marie ¿eso es cierto?-asentí.

-Entonces, ¡felicitaciones!- asumo que nuestras caras eran de desconcierto por eso agregó-. ¿Acaso esperaban algo negativo? Pues no. Me alegra saber que no tienen miedo a las críticas y expresan lo que son y sienten.

-¿De verdad?- pregunté.

-Obvio, amor es amor y listo, da igual si es con un chico o una chica, lo que importa es el sentimiento. 

AL FINAL DEL ARCOIRISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora