19
El viernes no asistí a clases, para esa fecha estaba programado el velorio de la señora y Emma me pidió estar con ella y para mí no había nada más importante que ser su fortaleza.
Emma estaba ausente, no hablaba, parecía una estatua. Lo único que comentó era su incomodidad por los familiares que se estaban hospedando en la casa de ella. Dijo que jamás se sintió a gusto con esa gente.
Al final cuando todo el mundo dejó el salón, ella tomó mi mano e hizo que me quedara. Me abrazó muy fuerte. Sentir de nuevo su cercanía era lo mejor que podía aspirar. Con su maña de acunar mi cara, posó su mirada en mí. Era extraño, sus ojos recorrían mis cejas, ojos, nariz y labios. Los miraba con tanta atención que me resultaba raro, era como si intentaba guardar cada detalle en su mente. Era tanto su tino que no dejaba de sorprenderme.
-Me encantas, me fascinas.- esa frase era y será, nuestra.
Sin prisa se acercó a mis labios dejó en ellos un sutil beso. Fue corto pero repleto de sentimiento, fue tan sensible que dolió un mundo. En tan solo segundos contamos nuestra historia.
Ella se marchó y algo de mí nunca más volvió.
Llegué a casa y sin sentido alguno, lloré tanto que mis ojos no soportaban cargar con tanto dolor, mi cabeza no dejaba de recordarme que nada malo había pasado, que debía estar tranquila, pero yo tenía la certeza de que ese era el fin del cuento más bello del mundo. Un vacio enorme se expandía en mi cuerpo, el cual intenté llenar, escuchando música para alejarme de las crueles emociones que me atormentaban. Pero no funcionó.
Entonces como último recurso, abrí la carta que Emma escribió para mí y que dejó en el hermoso cofrecito.
"Querida Marie, o debería decir, querida Mar. No soy buena con las palabras y todavía me preguntó si esta es la mejor manera de expresar lo que siento. No quiero que intentes descifrar lo que tengo para decirte, por eso seré breve. Una vez preguntaste ¿Qué hay al final del arcoíris? Pues déjame decirte que he investigado, y en todos los cuentos e historias fantásticas llegan a una conclusión. Al final de cada arcoíris hay un valioso e inigualable tesoro. Al saber eso pude percatarme de algo muy importante. Mi tesoro eres tú. En mi mundo pueden existir miles de arcoíris y al final siempre estarás tú. Quiero ser el color rojo del inicio y tú el violeta de mi bello final"
Pdta. Gracias por existir
Emma creó un mundo perfecto que no quería dejar por nada. No lloré, era tanto desconsuelo que no dejaba sacarlo, estaba ahí para hacerme sufrir. Ella era mi pedazo de cielo en la tierra y no quería soltarlo nunca. Las palabras eran dulces pero la soledad era amarga, y así se sentirían el resto de mis días.
Era el fin, lo presentía.
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AL FINAL DEL ARCOIRIS
RomantikPara: Mi tesoro ¿Sabes cuál es tu mayor tesoro? ¿Alguna vez te lo has preguntado? Yo jamás había pensado en eso antes. Hasta que llegué a Capella, la ciudad que me entregó mi propio tesoro. De este regalo del destino, aprendí mucho. Comencé a enten...