Capítulo 8

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De camino a Gwangju el silencio reinaba, pues no había mucho de lo que pudieran hablar. La famosa Parca era muy reservada y no hacía más que fruncir el ceño cuando se le preguntaba algo. Taehyung estaba demasiado perdido en su mente, no le molestaban teniendo en cuenta que había perdido a sus pequeños hermanos.

Claro, a diferencia de ellos, Jimin y Jin conversaban energéticamente comentando cualquier cosa curiosa que veían, riéndose y de vez en cuando jugando.

—Entonces...¿Por quién iremos? —preguntó el Jimin al que conducía.

—Cállate —contestó de mala gana el conductor, ganándose un golpe del castaño— ¿Por qué hiciste eso? —frunció aún más el ceño si es que eso era posible.

—Si sigues haciendo ese gestó el rostro se quedará así de por vida —el pelinegro al escuchar eso deshizo ese gesto mirándole un poco, recibiendo una sonrisa sincera del castaño que le traía loco, más no está dispuesto a admitir.

—¿Me responderás? —volvió a preguntar ahora más seguro de que no le contestaría tan mal como antes.

—En mi celular esta una fotografía y algo de información —Taehyung metió una de sus manos a las bolsas delanteras de Jungkook haciendo que este diera un mini saltito.

—Aquí tienes —le extendió el aparato a Jimin quien sonrió como niño pequeño por conseguir lo que quería.

—Veamos —miró el teléfono unos segundo antes de mirar al de ojos avellanas dándole a entender que no sabía a dónde meterse, lo quitó de sus manos, tecleo un par de cosas, le dio un vistazo y lo devolvió a su dueño.

—Buscaremos a un sujeto llamado Min Yoongi, un traficante de armas y al parecer muy bueno en lo que hace —se giró en el asiento para mirar el rostro de los otros chicos— Nos estará esperando en un muelle en unas horas, supongo que llegaremos directamente considerando que los otros posiblemente irán también por él.

—¿Min Yoongi? —pensó Jin en voz alta.

—¿Lo conoces? —preguntó Jungkook.

—No exactamente, había escuchado como algunos oficiales hablaban de él, nunca logran atraparlo —ríe con algo de nerviosismo— No sabía que ese era su nombre verdadero, aunque claro, lo escuché antes. Muchos lo apodan Agust D.

—Vaya apodo —dijo Jeon como si fuese el peor nombre del mundo.

—Lo dice el que se hace llamar "La Parca" —sonrió de lado haciendo que este gruñera.

Con eso dieron como terminada la conversación, apenas llegaban a Gwangju contemplando su alrededor memorizado todo o al menos eso hace un pequeño castañito.

Estaban decidiendo si era una buena opción parar en un hotel e ir a una tienda para comprar algo de comer o simplemente parar a estirar un poco las piernas. Pero ninguna de estas acciones se pudo realizar ya que mientras iban a su destino una camioneta negra ya conocida se los llevó de encuentro causando que dieran un par de vueltas y quedarán de cabeza.

Jimin y Jin quedaron inconscientes, por el impacto se golpearon con las ventanas. Jungkook intentaba mantenerse despierto ya que el golpe que se dio con el volante lo dejó muy mareado, por inercia volteo buscando a sus acompañantes. Su mirada se posó en el de ojos avellanas quien intentaba inútilmente quitarse el cinturón.

Este al darse cuenta que era observado giro encontrándose con dos grandes y hermosos ojos oscuros, quiso sonreír al ver que no era el único despierto, pero la puerta de su lado fue abierta bruscamente dejando ver a uno de los mayores enemigos de La Parca...

Jinyoung

—Nunca creí llegar a verte tan...débil y vulnerable —sonrió perversamente— Casi siento lástima, pero se me es inevitable no sonreír al verte derrotado, haces mi trabajo más fácil ¿o no? —acarició el rostro de Taehyung, Jungkook estiró su brazo tomando el del contrario intentando acercarlo— ¿Te importa?, es una pena que mi jefe me pidiera que me lo llevará solo a él —los ojos de ambos se abrieron a más no poder y por primera vez el pelinegro logró sentir miedo. Miedo a que le hicieran daño al chico que lo hizo sentir tanto, 3n tan poco tiempo.

𝔹𝕝𝕠𝕠𝕕 𝕝𝕚𝕟𝕖: 𝔽𝕒𝕝𝕝𝕖𝕟 𝔼𝕞𝕡𝕚𝕣𝕖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora