La Promesa De Un Rey

Capítulo XXI

Aquel sonoro grito alertó a ambos hombres. T'Challa se levantó de la cama y miró a su compañero, quien como si supiera lo que estaba pasando, palideció más, si era posible.

-Cierra la puerta. -Susurró. -Cierrala ahora, y reza para que ya se hayan ido. -La actitud de James cambio en cuestión de segundos. Si bien, antes estaba adormecido por el efecto de la morfina, la adrenalina que ahora corría por su cuerpo le había despertado.

-¿A que te refieres? -Preguntó el monarca sin entender lo que pasaba, todo su cuerpo se había tensado, y sus manos temblaban por el nerviosismo. Haciendo caso del Omega, quien antes le veía con ojos dulces y ahora estaba seguro de que si no le obedecía, le saltaría y mordería el cuello, bloqueó la puerta usando la silla y volvió con el Omega. James ahora se revolvia en su cama, tratando de bajar de ella.

-¿Me vas a ayudar? -Preguntó en un gruñido.

-S-si. -T'Challa obedeció de inmediato. A continuación, James le indicó que se colocasen detrás de la cama de hospital, agachados y sin hacer ruido.

Los minutos pasaron, y ambos quedaron en la misma posición, James había bajado las persianas, por lo que la luz carecía en aquella habitación. Pronto, empezaron a escuchar golpes y como forzaban la manilla para entrar. Pero luego, al ver que no podían entrar, parecieron irse.

-Joder... -Casi gimió James al escuchar pasos alejarse.

T'Challa no era idiota, y pronto entendió que era lo que James tanto temía y por que había actuado de esa manera, pero pronto pensó en su hermana, su madre, su primo... Su familia y amigos estaban en el hospital, y podían haber resultado heridos.

James notó la preocupación, y trató de calmarle.

-Ellos vienen a matarnos a nosotros, no a ellos. Tu familia no correrá riesgos. -Murmuró.

Ambos se mantuvieron agazapados en una esquina de la habitación, lejos de las ventanas y la puerta.
Pronto, T'Challa levantó la cabeza y su rostro reflejó una mueca de mal estar. Un ligero olor a sangre había inundado la habitación.

-Nosotros estamos bien, de momento. Habrán pensando que la habitación estaba vacía. -Trató de calmarle el castaño.

-Lo sé. Pero los demás... Había policías, heridos... ¿Están muertos? -La pregunta se le atascó en la garganta antes incluso de formularla.

James decidió no contestar y apoyar su cabeza en el hombro del alfa.

-Mierda, ¿habrán olido nuestras feromonas? -Empezó a preguntarse el príncipe.

-¿Por encima de esta peste a productos químicos como el alcohol y el desinfectante? Ni lo sueñes. Me cuesta olerte, y eso que te tengo al lado. -Le consiguió tranquilizar.

Los minutos pasaban lentos, James no entendía el porqué no habían seguido atacando. Conocía a la perfección la manera de trabajar de esa gente, eran implacables, letales, y esa forma de actuar no era propio de ellos.

Unos golpes sacaron de sus pensamientos al castaño. Los golpes se iban haciendo cada vez más fuertes, hasta que escuchó una voz.

-¿Bucky? ¿Estás ahí? -Escuchó gritar a su mejor amigo.

James desconfiaba, era obvio que lo hacía, pero T'Challa no, por eso, se acercó a la puerta, e ignorando los gritos de su compañero, la abrió.

-Joder, menos mal que estáis bien. Tenemos malas y buenas noticias. -Steve entró en la habitación, estaba visiblemente agitado y su mandíbula estaba apretada.

-Creo que la mala noticia la sabemos. -Intervino el alfa.

-No me lo digas... ¿Han matado a los heridos? -James estaba enojado por la visible incompetencia de la seguridad en aquel lugar, pero luego, claro, recordó las tradiciones y los hombres infiltrados.