Capitulo V

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Habían pasado tres días desde que James se había quedado en el Palacio. Ramonda se había enterado del pasado de James y había empezado a cuidar de él y enseñarle las costumbres del lugar, también, le enseñaba cosas básicas sobre los omegas. Y ese día no era distinto, ambos charlaban sentados en el patio de aquel enorme palacio.

—¿Quiere decir que con el celo no puedo salir de la habitación? —Murmuró. —Shuri me dijo que me daría un collar, ¿eso no es suficiente para que no me muerdan? Voy a aburrirme mucho estando solo.-Hablaba con la inocencia de un niño pequeño, cosa que no sólo enternecio a la reina, si no que a su escolta también.

—James, ya te he explicado lo peligroso que es el celo, estas rodeado de Alfas, no sólo Shuri, T'Challa y Erik, la gran mayoría de guardias lo son, y algunos sirvientes también, aun que más de la mitad son betas, pero eso tampoco es seguro, un beta también puede aprovecharse de tu celo, aún que no quedaras en cinta. —Ramonda le hablaba como cualquier madre a su hijo. La soberana se había ganado la confianza del omega, y también su amistad.

—¿Y nadie puede hacerme compañía? ¿Ni un omega? Tres días solo suena aburrido. Y no veo peligro en Shuri ni en T'Challa, Shuri es mi amiga, y T'Challa me odia, tampoco le caigo muy bien a Erik...

—Cariño, creeme, no vas a querer compañía de ningún omega. Y tampoco sabes como van a reaccionar ellos, son alfas, se mueven por instinto.—Sonrió y acarició el cabello largo del castaño. —¿No crees que te quedaría mejor el pelo si te lo recoges? O cortandotelo.

—Shuri y Ayo se encargan de peinarme, las divierte y si me lo corto, Shuri se enojará. —Estaba feliz y no le importaba demostrarlo, tenía una gran sonrisa en su rostro.

La tranquilidad de aquel momento no duró demasiado, T'Challa irrumpió en el patio como un rinoceronte desbocado.

—¿Ocurre algo? —Preguntó la soberana.

—Si, llevo dos días esperando que ese inútil traduzca la información. Y me lo encuentro aquí, charlando contigo tan tranquilamente. Erik está insoportable, no hace más que preguntarme cando vamos a atacar de nuevo. —Exhaló con un gran enojo.

—¡T'Challa Udaku!¡A mi no me hables en ese tono! —Se levantó y se impuso ante su hijo. —Él es mi invitado, no está obligado a traducir todo en el mismo día.

—En realidad... Ya lo he traducido. —El omega se sentía realmente pequeño ante ambos monarcas.

—¿Y por que no me lo has dicho? —El príncipe tenía un cómico tic en el ojo, producto de su enojo.

—Me ha prohibido entrar a su habitación, hablarle, y entrar en la zona donde trabaja. Es un poco complicado hablarle o ponerme en contacto suyo. La traducción está en la mesa de mi habitación, Lléveselo.

Ramonda suspiró derrotada, no le gustaba las medidas que su hijo ponía para estar lejos del omega.

—Hijo, me gustaría que fueras más amable con James. ¿Por que no le enseñas parte del palacio?

—Madre, estoy ocupado ahora mismo, tengo que encontrar un lugar para que se vaya. M'Baku me ha dado su visto bueno y puedo enviarle con su tribu, pero es blanco, y eso complica las cosas. Tengo que esperar a que haya alguna cabaña libre por si no le aceptan.

—Gracias. —James sonrió, le había sorprendido mucho aquello, pues no sabía que se estaba esforzando tanto para encontrarle un hogar.

—No me las des, solo lo hago para que desaparezcas de mi vista. —Le gruñó, y casi de inmediato, se ganó el regaño de su madre.

—Decidido, hoy le enseñaras parte del palacio. —Habló con voz tajante.

Poco más tarde, James se encontraba sentado en la hierba, siendo, de nuevo el maniquí de Shuri.

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