Capítulo 7: Nace pronto, ¿Okey?

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Como se dijo anteriormente, Gaia era un famoso planeta comercial y, en un planeta comercial, la parte más importante eran, por supuesto, las diversas casas de subastas.

Cuando preguntó al respecto, Xie Luan se aseguró de no hacer demasiadas preguntas y lo interpretó como si fuera una conversación normal para evitar mostrar su anormal falta de sentido común.

Durante su conversación, Xie Luan se enteró de que había una "Red Estelar" en este mundo, que era como el equivalente del internet en la Tierra, aunque, era mucho más poderosa.

Había un conector viejo en la oficina donde Xie Luan había solicitado el trabajo. Al escuchar sobre esto, se le ocurrió una excusa para poder tomarlo prestado y poder usar el conector viejo, que era del tamaño de un huevo de avestruz, para obtener mucha de la información que necesitaba.

Sólo navegando rápidamente, no pasó mucho tiempo antes de que sus ojos se detuvieran en una oración.

"Subasta de plantas divinas"

Había siete subastas comerciales conocidas en el interestelar, cada una con sus propias características. La más conocida de Gaia eran las subastas especiales que a menudo se realizaban en el planeta.

Estas subastas especiales, como la "subasta de plantas divinas" que encontró Xie Luan, no se realizaban muy seguido, a pesar de esto, habían varios conocedores en las subastas interestelares y las especiales como estas equivalían a un carnaval.

Por lo tanto, se podría decir que mientras fuera un conocedor que apreciara las plantas raras, o inclusos solo los objetos raros, nunca se perdería esta subasta de plantas celebrada en Gaia.

Hubo innumerables diferencias entre los planetas, incluidas las especies biológicas. Sabiendo esto, Xie Luan no pudo evitar querer ir a la subasta.

Si trae consigo algunas de las plantas de la Tierra a este mundo ¿tal vez podrían ser consideradas raras y valiosas?

Los dedos de Xie Luan volvieron a golpear la pantalla mientras buscaba las plantas más comunes en este mundo, luego de esto tuvo una idea general.

Las plantas de su patio todas tenían sus macetas rotas e incluso si alguna pudiera sobrevivir, llevaría mucho tiempo limpiarlas. También fue problemático salir y comprar una nueva. Por lo tanto, Xie Luan puso sus ojos en las bonanzas que, a diferencia de la mayoría de sus plantas, había sobrevivido y todavía se mantenía firme en la ventana de su casa.

Con la mentalidad de que no tenía nada que perder, Xie Luan regresó a la Tierra y eligió su bonanza más hermosa que tenía una flor floreciendo que se asemejaba a un loto rosa. Después regresó al otro mundo.

Solo faltaba una semana para la subasta y no sabía cuáles eran las reglas de una subasta en este mundo. Así que solo podía pedirle a Xiao Qi una hora libre e ir a verlo por sí mismo.

Xiao Qi no preguntó qué iba hacer y al escuchar su solicitud, ella asintió directamente otorgándole permiso.

Sosteniendo la maceta que trajo de la Tierra, siguió la ruta que había encontrado en la red estelar y alcanzó con éxito la casa de subastas que estaba buscando.

Antes de que se realizará oficialmente la subasta, la casa de subasta Soma estaba dispuesta a aceptar comisiones. Por supuesto, para garantizar la calidad de la subasta, la casa de subasta Soma invitó a un conocedor profesional a establecer el umbral para los tasadores.

El umbral era muy alto y la condición de "la cantidad es escasa" no era suficiente. Las plantas raras o "divinas" que podían estar en el stand de exhibición eran básicamente especies de plantas variantes, especialmente cultivadas que tenían una baja probabilidad de vivir.

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