El error

97 15 22
                                    

Me dirigí hacia la cocina, acompañada de Daryl y con Judith en brazos. Carl se había ido con su papá, Rick.

- Kat, ¿puedes ayudarme con los tomates?  — preguntó Daryl, sonriendo — Los cosechamos hoy y quiero prepararlos para la cena.

- ¿Cena? Hoy moriremos envenenados —  dijo Kat, riendo.

Daryl se rió y le pasó un cesto con tomates frescos.

- Vamos, solo necesito un poco de ayuda — insistió.

Kat ayudó un poco, mientras sostenía a Judith en brazos. Cuando terminó, vio a Carl salir de la habitación de su papá.

- Espéra — dijo, y siguió a Carl.

- ¿Qué pasa? — preguntó Carl, sin mirarla.

- Nada -  dijo Kat — solo quería hablar contigo.

- Ahora no — dijo Carl, con una expresión seria y fría.

-¿Qué te pasa? — preguntó Kat.

- Nada — repitió Carl.

- Carl, ¿qué te pasa? — insistió Kat.

- Deja de preguntar — dijo Carl, con un tono cortante.

- Estás molesto porque Patrick dijo que no somos novios? — dijo Kat.

- ¿Y qué importa? - preguntó Carl.

- Importa porque tú te molestas cuando Daryl dice que no somos novios - dijo Kat.

"¿Y qué tiene que ver Daryl en esto?", preguntó Carl.

- Nada -dijo Kat.

- Claro que si. - dijo Carl, con un tono insinuante.

- ¿Estás celoso de Daryl? — preguntó Kat.

Carl no respondió.

-déjame en paz - dice antes de irse.

"Idiota" —  susurré

"diota", repitió Judith, en suaves tonos.

Me dirigí hacia la habitación de Michonne, necesitaba hablar con alguien y desahogarme.

Michonne, ¿estás aquí? — pregunté.

- ¡Kat! ¿Qué pasa? — dijo Michonne, saliendo de la sombra.

- Es Carl — dije, suspirando.

- ¿Qué hizo? — preguntó Michonne, sentándose a mi lado.

-Se molestó porque Patrick dijo que no somos novios — dije.

-Y eso te molestó — dijo Michonne, sonriendo.

- Sí -admití.  — No entiendo por qué se molestó así.

- Porque Carl siente algo por ti, Kat —  dijo Michonne.

- ¿Y qué siento yo? — pregunté.

Michonne me miró fijamente.

- Tú sabes qué sientes, Kat — dijo.

Carl era más que un amigo para mí — dije — Pero no sé si somos novios.

- Kat, tú has cambiado mucho en estos meses — dijo Michonne. — Has bajado la guardia y has permitido que la gente te conozca.

- Sí -dije - pero cuando siento que bajo la guardia por completo, vuelvo a subirla por miedo - dije

- Eso es porque tienes miedo de sentir —  dijo Michonne.

- Miedo de sentir —  repetí.

-Sí, Kat — dijo Michonne. — Tienes miedo de sentir porque no sabes cómo controlarlo.

Me quedé en silencio, pensando en las palabras de Michonne.

- Gracias, Michonne — dije finalmente.

-Por nada, Kat —  dijo Michonne.— Recuerda que no estás sola.

Me levanté y me fui, sintiendo un peso menos en mi corazón.

Sabía que tenía que hablar con Carl y aclarar las cosas.

Pero primero, tenía que aclararlas conmigo misma
:

Me encontré con Carl en el pasillo, su mirada estaba llena de ira.

¿Qué pasa? — pregunté.

- Nada  — dijo, pasando por mi lado.

- No, no es nada - dije, agarrándolo del brazo.

"Suéltame", dijo.

"No", dije.

- Kat, déjame en paz —  dijo.

"No, hasta que hablemos de esto — dije.

"¿De qué?  preguntó.

"De tu comportamiento", dije.

"Mi comportamiento? - repitió. Con una sonrisa sarcástica

- narrador-

Kat agarró firmemente el brazo de Carl, deteniéndolo en el pasillo.

- Suéltame  — dijo Carl, con una mirada intensa.

-No -respondió Kat, sin ceder. — Hasta que hablemos de tu comportamiento —  agregó.

Carl se rió, con una sonrisa sarcástica.

- No hay nada que hablar — dijo.

Kat se mantuvo firme, sin soltar su brazo.

- Sí, hay mucho que hablar, quiero hacerlo — insistió.

Carl se impacientó, su rostro se tensó.

- Suéltame — repitió, con más fuerza.

Kat negó con la cabeza.

- No, hasta que me expliques por qué te molestas tanto — dijo.

Carl perdió la paciencia, su mirada se volvió oscura.

Con un movimiento brusco, empujó a Kat hacia atrás, liberándose de su agarre.

Kat se tambaleó, sorprendida por la fuerza de Carl.

"¡Carl! — exclamó Rick

Rick había estado observando la escena desde una distancia.

Carl se dio la vuelta y se alejó, dejando a Kat con una sensación de confusión y preocupación.

Hasta el fin/ Carl Grimes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora