La verdad

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Fui a buscar la mochila a mi celda. No sabía qué hacer, solo sabía que tenía que encontrar una forma de ayudar a Kat y a Gleen Claro. Hershel me dijo que se estaba encargando de ellos, así que fui a buscarlo.

-¿Cómo están? —pregunté.

Hershel sacudió la cabeza.

-No bien — dijo. — Necesitamos medicina y suministros. ¿Puedes ir a buscarlos?

Asentí y me fui. No sabía qué buscar exactamente, pero sabía que tenía que intentarlo. Recogí todo lo que pude y regresé a la prisión.

Al llegar, vi a Hershel saliendo del lugar de aislamiento donde estaban Kat y Glenn. Estaban muy mal. Me sentí impotente.

-¿Y si no se recuperan? — pregunté.

Hershel me miró con tristeza.

"No podemos perder la esperanza — dijo dándome unas palmadas en la espalda.

Kat

Solo recuerdo dormir. Era un resfriado muy extraño y muy fuerte. No sabía cuántos días habían pasado, pero sabía que empeoré todo cuando me aislaron con Glenn. Ambos estábamos mal.

Recuerdo sentirme sola y asustada. No sabía si alguien me estaba cuidando. Pero luego escuché voces, personas que me hablaban, me daban medicina y me cuidaban.

Glenn estaba a mi lado sosteniéndome la mano, también enfermo. Pero siempre me sonreía y me decía que todo estaría bien.
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— 2 Dias después—

-Kat-

empecé a sentirme mejor. La fiebre había disminuido y podía respirar sin dolor

- Kat —dijo Hershel.—Estás mejorando

Salí del aislamiento con Hershel, sintiendo una mezcla de alivio y nerviosismo. Había pasado tanto tiempo sola, sin ver a mis amigos, que temía que me hubieran olvidado.

Al salir al patio, vi a la mayoría de ellos ocupados en sus tareas diarias. Carol y Rick estaban cosechando en el jardín, mientras que Daryl estaba reparando una cerca.

Mi corazón latió fuerte al verlos. ¿Cómo reaccionarían al verme?

Daryl fue el primero en notarme. Se levantó rápido y caminó hacia mí con una sonrisa. Pero, como siempre, intentó disimular su emoción.

- ¿Qué pasa, enferma? — dijo —abrazándome fuerte. — Pensé que te habías unido a los caminantes

Me reí, sintiendo su calor y su amor.

Rick se acercó, con lágrimas en los ojos. Me abrazó muy fuerte, dándome un beso en la frente.

-Kat, estamos tan felices de verte — dijo, su voz temblorosa.

Carol se unió al abrazo, sonriendo.

-Estamos tan contentos de que estés mejor— dijo.

Me sentí rodeada de amor y cariño. Mi corazón se llenó de gratitud.

Y entonces, vi a Carl. Estaba en su puesto de guardia, pero cuando me vio, lo dejó todo y corrió hacia mí.

"Kat", dijo, sin aliento, abrazándome fuerte.

Me sentí en casa, rodeada de mis amigos, de mi familia.

Carl me miró, sus ojos brillantes de emoción.

- Te dije que te quedaras en tu celda — dice con tono de regaño

Luego volvió  abrazarme

Michonne llegó  polvorienta y cansada después de un largo viaje. Al entrar en el patio de la prisión, su mirada recorrió el lugar, buscando familiaridades.

Y entonces, lo vio. A Kat, rodeada de sus amigos, sonriendo y abrazándolos.

Michonne se detuvo, su corazón  de emoción.  Kat estaba viva.

Se bajó del vehículo y corrió hacia ella, sin importarle nada más.

-Kat! — gritó, abrazándola fuerte.

Kat se sorprendió al ver a Michonne y se abrazó a ella, llorando de alegría.

- Michonne! — dijo, su voz temblorosa.

Michonne la sostuvo, sin soltarla.

Kat y Michonne habían pasado muchas cosas, y aún les espera muchas cosas juntas.

- Pensé que habías — comenzó a decir, pero no pudo terminar la frase.

Kat la interrumpió, sonriendo.

—Estoy viva.

Michonne se apartó un poco, mirándola con lágrimas en los ojos.

-Es un milagro — dijo. —Un milagro que sigas viva.

Kat asintió, sonriendo.

Las dos amigas se abrazaron de nuevo, disfrutando del reencuentro.

Los demás se acercaron, sonriendo.

-Michonne, llegas en el momento perfecto — dijo Rick.

Michonne sonrió.

-Siempre llego cuando se necesita — dijo.

después de un momento agradable, Hershel y Michonne salieron,  irian a quemar los cuerpos de los caminantes

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Kat estaba sentada en el césped, disfrutando del sol y la tranquilidad del día.

Judith y Beth se acercaron, y Kat sonrió al ver a la pequeña.

- Hola, pequeña —dijo Kat, acariciando el cabello de Judith.

Beth se sentó junto a ella, sonriendo.

-¿Cómo te sientes? — preguntó Beth.

Kat se encogió de hombros.

-Mejor —dijo. — Pero aún tengo cuidado. No quiero cargar a Judith por si aún tengo el virus

Beth asintió, entendiendo.

De repente, se escucharon disparos en la distancia. Kat se asustó y se levantó rápidamente.

-¡Beth, lleva a Judith adentro! — dijo, con urgencia. —¡Ahora!

Beth se levantó, tomó a Judith en brazos y corrió hacia la prisión.

Kat corrió a buscar un arma, su corazón latiendo fuerte. ¿Qué estaba pasando?

Al salir, vio a los demás corriendo hacia la entrada de la prisión, con armas en mano.

Y entonces, lo vio. Al hombre que estaba disparando.

El Gobernador.

Kat se detuvo, su corazón se detuvo,

El Gobernador sonreía, su mirada llena de odio.

-¿Creían que podrían esconderse de mí?— dijo, disparando de nuevo.

Venía con un nuevo grupo,
Kat se agachó, buscando cobertura. Tenía que proteger a sus amigos.

La batalla había comenzado.

Hasta el fin/ Carl Grimes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora