XIV
El domingo fue el día elegido para la búsqueda de una buena escuela de ballet. Si lo que Evelina decía era cierto, ella estaba dispuesta a practicar ballet de nuevo con tal de mejorar su autocontrol. Tras una ardua búsqueda en internet, dio con una academia de artes donde no solo podría practicar ballet, sino también retomar sus clases de piano.
La academia era muy prestigiosa y valorada; las audiciones para ingresar se realizaban cada tres meses y los cupos eran muy escasos. Las próximas audiciones se llevarían a cabo el miércoles de esa semana para todas las áreas que manejaban. Savannah se inscribió por internet, el único requisito para presentarse era ser puntual y demostrar pasión.
¡Demonios! Si no me apuro voy a llegar tarde.
Iban a ser las once de la mañana, Savannah había estado haciendo ejercicios de dedos para su audición de piano, estaba muy ansiosa y retrasada. Se hizo una trenza desde la nuca hacia la coronilla, ajusto con una liga y en el centro hizo un elaborado recogido de moño. Es una audición, ¿Qué ropa debería usar? Era la primera vez que Savannah asistía una audición, ¿sería como una entrevista? ¿Qué le preguntarían? ¿Qué tendría que hacer? Entre todos los vestidos que tenía Savannah, se decidió por uno elegante ajustado hasta la cintura y suelto hasta la rodilla. Debía estar presentable y preparada para lo que se le viniera ¿No era así?
¡Ya es tarde!
En su mochila reburujó un leotardo, mallas y zapatillas, todo comprado a última hora e igualmente unos leggings para colocarse al finalizar la audición de ballet. Salió con mucha prisa del pent-house y comenzó a buscar la dirección de la academia. Una hora después de dar vueltas llego hasta el lujoso edificio con frente enchapado en madera y vidrio espejado. Empujo las grandes puertas de cristal y se acercó a la recepción.
—Disculpa, ¿Podrías indicarme en que parte del edificio se realizan las audiciones? —preguntó Savannah tímidamente a la pulcra señorita de cabello recogido detrás del escritorio.
— ¿A qué audición se dirige? —preguntó está a secas sin levantar la vista de su ordenador.
—Ballet y piano.
La señorita miro su reloj.
—No hay audiciones específicas para piano, está incluida en las audiciones de música las cuales comenzaron hace cinco minutos en el primer auditorio del primer piso. Las audiciones de ballet se realizan a las tres de la tarde en el auditorio del último piso —le informó la señorita en tono monótono.
— ¡Gracias! —Gritó Savannah mientras abría otra puerta de cristal que indicaban la dirección de los auditorios.
Savannah caminaba por un extenso pasillo. Auditorio A, Auditorio B, Auditorio C… ¿Cómo se suponga que yo sepa cuál es? De repente recordó que la señorita le había indicado el primer auditorio. Regreso rápidamente al Auditorio A, detrás de la puerta se escucha el sonido de los instrumentos. Savannah abrió la puerta lentamente, en el escenario se hallaban diferentes instrumentos y una chica tocando una melodiosa pieza de violín. Cerró la puerta detrás de ella y camino hacia las primeras sillas del auditorio donde se hallaban más aspirantes esperando su turno.
La chica termino su pieza, se levantó de la silla, hizo una venia y se retiró del escenario. En la primera fila pudo distinguir los “examinadores” haciendo comentarios entre ellos y haciendo anotaciones. Fuesen profesores o músicos expertos, serían los que juzgarían si la pieza que ella tocaría era pulcra y adecuada como para darle la boleta de entrada a la academia.
—Philip Peterson —anunció en voz alta uno de los examinadores.
Un chico alto con traje se levantó de su silla y se dirigió al escenario.
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The redhead
RomanceElla es pelirroja, sus ojos son azules y su piel demasiado blanca. No es de la ciudad, eso es seguro. Jamas ha usado un celular en su vida, ni una laptop ni una TV. Es reservada, no habla mucho y se limita a observar. Nunca se ha enamorado, en re...