XVI.
Me duele la cabeza. Donde estoy.
Los recuerdos de la noche anterior estaban distorsionados en su cabeza. Recordaba vagamente un hombre que se la intentaba cargar y todos en la discoteca matándose a golpes. Luego había un pasillo, más copas y gente riendo, alguien la perseguía pero no tenía importancia para ella. También había una imagen borrosa de Annette discutiendo con Megara. ¡Carajo! Que me sucedió anoche.
El incesable dolor de cabeza despertó a Savannah, sentía que su cabeza iba a explotar a martillazos. Al abrir los ojos lo primero que vio fue un techo blanco que contrastaba con las paredes de color amarillo banano. Noto que no estaba en su habitación ni en ninguna parte del pent-house e inmediatamente se alarmo.
Se levantó rápidamente de la cama donde se hallaba, la cual tampoco era la suya, pero al hacer un movimiento fuerte sentía que su cabeza iba a estallar. Se la sostuvo con una mano como si eso ayudara e intento coordinar su cuerpo para salir de la cama.
— ¡Joder! Donde estoy —maldijo para sí misma en voz alta.
Apenas hablo escucho unos pasos acercándose y su ritmo se aceleró con miedo a que estuviera secuestrada de nuevo.
—Hola —la saludó Noha un poco seco e indiferente.
Savannah descanso al saber que no estaba secuestrada. Tan solo era su novio.
——Hola —Respondió ella más cariñosamente.
— ¿Estas mejor? —Preguntó él sentándose en la cama junto a ella y entregándole en la mano una botella de agua con gas —Tómala, te sentirás mejor.
Savannah asintió y siguió sus órdenes.
— ¿Cómo termine aquí?
La expresión de Noha reflejaba irritación y fastidio ante la pregunta, inhalo hondo y prosiguió.
— ¡¿Qué cómo terminaste aquí?! ¿Si quiera te acuerdas de que hiciste anoche? —Noha parecía estar en verdad molesto—. Mezclaste una bebida alcohólica con un alucinógeno. Era tu primera vez, ¿No es así? Annette y Megara me contaron que te descontrolaste enseguida tomaste la bebida.
— ¿Alucinógeno?
— ¡Andabas en otro planeta, Savannah! —La reprochó como aun infante—. Un pervertido te quería… ¡Me toco ir a rescatarte Savannah! Annette me llamo, Megara armo un bonche en la discoteca al ver que te llevaban y todos comenzaron a golpearse. Tú estabas tirada en el suelo cuando llegue.
¿En serio paso todo eso?
—Yo… No sabía que la bebida tenía un alucinógeno. Las demás no estaban como yo —fue lo único que pudo pronunciar Savannah en su defensa.
—Claro que no sabías. Megara puso el alucinógeno solo en tu vaso —mencionó Noha con rabia, la vena de la frente
Savannah estaba atónita. Sabían de Megara no era su mejor amiga, pero pensaba que podía confiar en ella. Vaya sorpresa que no.
—Van a ser las cinco de la tarde, has dormido todo el día. Llegue a pensar que estabas intoxicada —Noha se levantó de la cama y salió por la puerta—. Te preparare algo de comer, lo necesitas.
Efectivamente el agua con gas la hacía sentirse mejor y a los pocos minutos Noha la llamo para cenar.
Savannah se levantó de la cama con menos dificultad y camino por un pasillo alfombrado, bajo por las escaleras con paredes decoradas con retratos familiares. Luego llego a lo que suponía era la sala de invitados y por el olor de la comida se guio hasta la cocina impecable y muy iluminada, en una esquina había una mesa y dos sillas con vista al jardín trasero de la casa.
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The redhead
RomanceElla es pelirroja, sus ojos son azules y su piel demasiado blanca. No es de la ciudad, eso es seguro. Jamas ha usado un celular en su vida, ni una laptop ni una TV. Es reservada, no habla mucho y se limita a observar. Nunca se ha enamorado, en re...