2 meses después…
El timbre de la última clase sonó y Savannah fue la primera en levantarse de su puesto. El profesor de lenguas continuaba hablando sobre el parcial de la siguiente clase mientras los estudiantes abandonaban el salón. Agarro sus cosas ansiosamente y se dirigió a la puerta pero una mano la retuvo.
— ¿Cuál es la prisa? —la cuestiono Noha dedicándole una mirada devota.
Como hipnotizada por sus ojos oscuros regresó pausadamente y disminuyo su acelere.—Iba a donde Samantha —declaró señalando la puerta sin separar su mirada de la de Noha.
La expresión de Noha reflejo comprensión, la acercó a su pecho y pegó sus labios a la frente de Savannah ignorando los demás estudiantes que pasaban por su lado.
—Ya han pasado dos meses, debes darle un poco de espacio, ¿No crees? —opinó Noha. Savannah lo consideró—. Debes dejar de protegerla tanto.
Savannah sabía que Noha tenía razón, pero después de todo lo que había sucedido le era difícil pasar sin ella la mayoría del tiempo. Era irónico tenerla cerca y al mismo tiempo lejos.
—Vale —accedió Savannah. Agarró la mano de Noha y se encaminaron a la salida.
Se dirigieron hacia las clases lúdicas a paso lento y en el salón de artes encontró a su hermana encarnizada a un óleo sostenido en su trípode. Se hallaba concentrada trazando el boceto antes de pintar. Noha se quedó en la puerta esperando a que Savannah saliera, ella no se quedaría.Los demás estudiantes revoloteaban buscando pinturas o mirando las obras de los demás, pero su hermana ni se inmutaba. Se acercó sigilosamente para no desconcentrarla y la admiro sin interrumpirla. ¿Cómo había llegado hasta allí? Era totalmente diferente a la Samantha de hace dos meses atrás y mas diferente aun de la que conocía antes de la muerte de su madre. Sus ojeras y palidez habían desaparecido y siempre mantenía una sonrisa, se había vuelto más sociable y autónoma.
Los dos últimos meses habían sido muy buenos para ambas. Samantha ya se había adaptado a la ciudad y había dejado atrás su “depresión” y sus “alucinaciones”, al igual que las sustancias psicotrópicas y los alucinógenos, todos los malos momentos se habían esfumado. Comenzó a asistir al instituto y tomaba clases de artes en la academia donde Savannah practicaba ballet y piano. Obviamente tuvieron que dar algunas explicaciones en el instituto y en la academia pero nadie se enteró sobre el tema del control mental ¿Una gemela? Fue el boom por unas semanas, al poco tiempo todos se acostumbraron a la idea.
— ¿¡Que hacen mis gemelas favoritas?! —interrumpió Annette estrepitosamente. Samantha se sobresaltó y corrió una línea del boceto.
— ¡Annette! —La reprimió ante su aparición— ¡Me asustaste! Estaba concentrada.
Savannah se rio entre dientes observando la reacción explosiva de su hermana; habían establecido una buena relación con Annette.
—Iré a la academia ¿Me acompañas? —le propuso Savannah a su hermana dando por hecho su respuesta.
—No lo creo —la sorprendió ella—. Haré algo antes, pero prometo estar allí para tu presentación —aseguró Samantha despreocupadamente corrigiendo la línea salida del boceto.
¿Su hermana no la acompañaría? Solían hacer todo juntas, la independencia de Samantha estaba sucediendo tan rápido que no le daba tiempo a Savannah para acostumbrarse. Ese día era la exposición de otoño, ella hacia la apertura y llevaba meses preparándose; estaba un poco nerviosa y aspiraba que su hermana la acompañara.
—Oh, ¿A dónde iras? —preguntó Savannah frustrada.
—Es una sorpresa —agregó Samantha con una sonrisa socarrona. Noha se unió a las tres y abrazo a Savannah por la espalda.
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The redhead
RomanceElla es pelirroja, sus ojos son azules y su piel demasiado blanca. No es de la ciudad, eso es seguro. Jamas ha usado un celular en su vida, ni una laptop ni una TV. Es reservada, no habla mucho y se limita a observar. Nunca se ha enamorado, en re...