XVI. El rey de la selva

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Era medida noche, muy tarde para que alguien anduviera afuera.

—¡PAPÁ, PAPÁ CHOON!—

Escuchó Hyungsik los gritos de su hermana acercarse.
Era tan predecible. De inmediato guardó los mapas, las hojas con las tácticas que ejecutarían, en la basura echó todas su armas, tapó el bote y antes de que llegara Ara a la tienda, se enrolló una cortina en el cuerpo escondiendo su cinturón con algunas armas.

—¿Dónde está papá, necesito verlo es...—Se interrumpió para apreciar a su hermano envuelto como gitana en la tela.
—¿Por qué tienes eso envuelto? —Preguntó. Hyungsik negó con la cabeza y le dijo que la noche era muy fría.

Extraña, Ara se fue corriendo a la otra tienda de campaña, Hyungsik se movilizó y se felicitó por haber cortado una entrada en su tienda y también en la de a lado. Traspaso más rápido que Ara y puso a su padre detrás de él protegiéndolo.

—Largate de aquí —Gruñó HyungSik.

Ella quedó desconcertada, se hizo la ofendida y arrugó el entrecejo.
—¿Qué te pasa hermanito? Yo no soy el peligro, lo recuerdas. Es Jimin—Ara se acercó a su hermano lentamente.
—Jimin es quien te quitó a Richard, el te destruyo la vida, si Jimin no estuviera, tú, tú serías feliz—La hermana estaba por tomar su mejilla para acariciarlo, pero Hyungsik la detuvo en un fuerte agarre.

Ara abrió los ojos en asombro, de pronto, Hyungsik empezó a reír.

—Realmente crees que me gusta Richard —Le preguntó incrédulo, aún riéndose. Pronto borró su risa y su rostro se endureció.
—Sé que toda tu vida mentiste, sé qué planeabas, hermana.

—De qué hablas hermanito. Me asustas—Hyungsik ignoró lo que le dijo y prosiguió.

—Jimin nunca me creyó cuando se lo dije, tampoco papá—Soltó un suspiro en decepción —, y Richard nunca cayó en mis provocaciones, era la única salida para que Jimin lo termine y no ocurriera esto.

—A qué te refieres con esto—Pregunto Ara inquieta.

—Notaste que yo siempre interrumpía tus malévolos planes

Ara relajó su rostro y mostró una sonrisa.
—Sí, lo supuse. Justo cuando arrojaste las pastillas de papá—Recordó.

Hyungsik la imitó y de igual forma le dijo:
—Me di cuentan que tú te habías dado cuenta, porque yo mismo escondí las verdaderas pastillas—El señor Choon miraba la espalda de su hijo en asombro.

—Te asegurabas que fuera yo, cierto—Le dijo Ara.

—Cierto—Afirmó.

—Ara...—El padre de ambos salió de su escondite y miró a su hija. Jamás creyó cuando Hyungsik le dijo que ella intentaba matarlo, creyó que eran los celos de una nueva hermana.

Antes que el señor Choon dijera otra cosa. Hyungsik se le echó encima tomándola del cuello y pegarla en el plástico de la tienda.
Ara no se dejó y le dio un golpe con su rodilla en su estómago, no le dejó mucho tiempo a Hyungsik cuando se recuperó y planeaba jalar sus cabellos, pero Ara le dio una patada en la entre pierna y con eso bastó para que Hyungsik cayera al suelo.

—Mis...mis hijos—Dijo desde el suelo sujetándose aquella zona.
—Sé que no querías darme ahí... Así que te perdono...

Ara se le acercó y tiró de su cabello.
—No necesito de tu perdón —Hyungsik siguió con su plan, se aguantó todo el dolor de allá abajo y la abrazó por la cintura tratando de tirarla, pero no tenía tantas fuerzas y menos cuando Ara lo retiró y le dio otra patada en su cara, derribándolo de inmediato al suelo. Quedó en el piso boca abajo.

JUNGKOOK: EL REY DE LA SELVA | KOOKMIN| 1982Donde viven las historias. Descúbrelo ahora