JUNGKOOK: EL REY DE LA SELVA | KOOKMIN| 1982

XIX. El rey de la selva

Tras la misteriosa muerte de Argo a mano de Lee, Jungkook se había reunido con algunos hombres de Draco, al no estar éste presente, aún no había llegado desde que se fue en el helicóptero.

Sus hombres no quisieron hablar con el azabache, pero le dieron la dirección de donde estaban las ancianas de su antigua aldea, por lo que ahora hacia allá se dirigía Jungkook junto con Jimin, HyungSik y Bongua.

-¿Dices que artes místicas? -Pregunto nuevamente HyungSik.
-¿O sea, tipo sacan de su sombrero conejos?

Nuevamente Bongua negó.
-Según mi abuela, su madre le contó que el antiguo jefe de los jaguares tenía el poder de cambiar al cuerpo de un jaguar y también al de un humano, mi abuela decía que era una maldición de su antigua manada; pero también dominaba las artes místicas, así que entrenó a sus hombres, sólo que una mujer aprendió y fue la única que lo supo dominar, no más que el señor, pero el hombre murió y ella desapareció.

-Suena aterrador -Concretó Jimin quien iba de la mano con Jungkook.

-Pero ahora estamos bien. Lee pudo morir en medio del océano, Ara despareció entre la selva, Richard murió junto con sus hombres y nosotros estamos juntos -Concluyó Jungkook besando a Jimin.

-¡Agh. No coman frente a los pobres!-Exclamó HyungSik haciendo arcadas de vomitar.

Estaban llegando a una enorme comunidad, habían niños, abuelas, personas mayores y jóvenes. Iban de un lado a otro, transportaban cosas en sus cabezas, comida y cosas.

-Creo que es una boda-Dijo Jimin viendo a una mujer tomada de las manos con un hombre, pero no parecían que ellos fueran los que se unían en matrimonio.

Cantaban canciones en su lengua materna, se veían felices todos ellos.

-Miren, allá es-Señaló Bongua hacia una pequeña choza donde cuatro mujeres ancianas, muy muy acabadas veían todo el espectáculo desde la puerta de su casa; pero no se veían felices.

Los cuatro hombres echaron a andar hacia allá, el camino era largo, pero con las grandes piernas de Jungkook, apresuró a todos a llegar rápido.

Habían cuatro mujeres de avanzada edad sentadas en cómodas sillas mecedoras.
Una dormía, o eso aparentaba; otra sonreía, la siguiente estaba seria y a su costado; la otra anciana tejía.

-No tardaron en llegar -Les dijo la anciana de cara seria. Sus ojos parecían estar cerrados, tenían muchas arrugas, el cabello de las cuatro era blanco, lo tenían en trenzado. A pesar de aparentar ser muy viejas para mantener una conversación, parecía que veían bien.

-Sí, bueno, quiero decir, el camino es corto -Contestó HyungSik.

-¿Que quieres conducir el Baguino del Gordo?-Gritó la anciana que tejía con su típica voz altanera. HyungSik apenado, estaba por corregirla, pero le interrumpió la primera que los saludó.

-Sabiamos que vendrían, pero en la visión de Hellbrichted los vio en cuatro semanas después, quizá por la edad ya falla-Comentó la misma anciana.

-Ella-Señaló a la anciana que dormía -Es Trix, puede ver el pasado de las personas con sólo tocarla.
-La que esta sonriendo, lo cual nos molesta, es Hellbrichted, puede ver el futuro donde ella participe, su nombre es tan largo y feo, pero ella dice que así serán en un futuro.

-Yo, la seria, soy Luna...

-Una mujer común y corriente, pero muy sabia -Le interrumpió Hellbrichted. Luna sonrió disimuladamente y señaló a su costado, la última.