Capítulo 24

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Último capítulo, pero dentro de poco subiré el epílogo :)


Victoria

Iver, Bex, Margo y Daniela se giraron hacia ella cuando abrió bruscamente la puerta de casa, transportando todos los papeles que podía en los brazos. Ni siquiera los miró cuando cruzó la entrada y fue directa a la cocina, dejando todo encima de la mesa de un golpe.

—¿Qué...? —empezó Bexley, confusa, y de pronto puso una mueca—. ¿Quién diablos es ese?

Caleb había entrado en el niño colgando del hombro, que se había quedado dormido por el camino, pero Brendan había tenido que ocuparse de la parte menos agradable; estaba transportando de la misma forma al tipo del búnker, que no dejaba de hablar consigo mismo de forma compulsiva.

—Como vuelva a darme un codazo —advirtió Brendan, tirándolo al suelo sin ningún tipo de cuidado—, te juro que se lo devuelvo.

—¿Quién es? —Iver se acercó con el ceño fruncido.

Victoria no escuchó el resto de la conversación. No le interesaba. Notó que Bigotitos se frotaba contra su pierna y daba un salto sobre la mesa, investigando lo que había traído con curiosidad.

Abrió la manta que había usado para transportarlo todo y extendió las fotografías por encima de la enorme mesa, con el ceño fruncido. Captó un movimiento por su derecha, pero también lo ignoró. Bex había recogido su foto y la miraba con perplejidad. Caleb empezó a contarles lo que habían visto en el búker.

Brendan, mientras tanto, se mantenía al margen.

En realidad, Victoria casi había esperado una reacción extrema por parte de Brendan con la noticia de Ania, pero... no. Solo se había quedado en silencio unos segundos, mirando la nada, y luego había dicho que tenían que salir de ahí en cuanto antes.

Victoria lo había observado. No parecía él. Estaba... en estado de shock. O eso parecía. Seguía sin reaccionar del todo.

Se preguntó qué pasaría cuando lo hiciera.

Probablemente nada bueno.

—¡Yo salgo en una foto! —chilló Daniela de repente, devolviéndola a la realidad.

—Qué gran honor —ironizó Margo.

Caleb, que había subido un momento a acostar al niño, bajó las escaleras y se colocó al lado de Victoria con el ceño fruncido, mirando las fotos y los documentos.

Él solito se había encargado de deshacerse de los tres tipos que había en la puerta del búnker cuando había llegado con Kyran. Victoria y Brendan no los habían visto porque... bueno... habían tomado un camino un poco más rápido para entrar.

—¿Le habéis sacado algo más al loco? —preguntó Caleb, mirándolo de reojo.

—No. No dice nada coherente —murmuró Victoria, mirándolo también. Estaba sentado en el suelo de la cocina con las manos atadas. Si lo soltaban, se golpeaba a sí mismo—. Solo murmura cosas de Sawyer.

Daniela dio un respingo cuando el hombre la miró y se apresuró a ponerse al otro lado de la cocina, detrás de Iver y Bex.

—¿Qué ha pasado cuando yo no estaba? —preguntó Victoria al instante en que se fijó un poco más en su alrededor y vio que había manchas de sangre por todas partes.

—Sawyer quería bajar al sótano —murmuró Iver—. No hemos podido permitirlo.

—¿Por qué no? No había nadie.

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