Capítulo 03

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La fiesta, como era de esperarse, era escandalosa y un tanto alocada.

La gente bebía junto a la barra o bailaba en la pista, aglomerados unos con otros.

Jaemin se abría paso sonriente, atrayendo cientos de miras que, su hermanastro tras de él, se encargaba de retirar con su semblante amenazante y protector.

- Hola, lindo – saludó su amigo cuando el peli rosa se acercó a su mesa – tardaste una eternidad –

- ¿Pensaste que conseguiría verme así en dos minutos? – resopló, quitándose su chaqueta blanca.

- Eres tan arrogante –

El chico guiñó un ojo en respuesta.

- Jungwoo – saludó el japonés, acercándose a besar su mejilla – te ves bien – elogió.

- Yuta – llamó sonrojándose - ¿cómo estás? –

- Increíble – sonrió, mordiendo su labio – no tanto como tú, debo decir –

- ¿Quieren parar? – pidió Jaemin, irritado – acabamos de llegar y ni siquiera están ebrios. Pueden coquetear luego –

Yuta apretó la mejilla del chico, disculpándose para caminar a la barra a conseguir bebidas.

- Tu hermano es tan guapo –

- Quédatelo – espetó – sólo vino a alejar chicos lindos de mí, ¿cuál es su problema? –

- Sólo quiere cuidarte –

- Que se joda, quiero divertirme – dijo desabrochando dos botones de su camisa para dejar ver sus clavículas antes de arrastrar al otro de la mano hasta la pista.

Bailaron uno frente al otro, pegando sus cuerpos, mezclando sus alientos, lo que resultaba todo un deleite para quienes los veían.

Repentinamente, el menor, sintió como unas manos rodeaban su abdomen, muy cerca de su pelvis, y un cuerpo se pegaba completamente al suyo.

- Jaemin, cariño – murmuró una voz ronca en su oído - ¿cómo has estado? –

El mencionado se giró para encarar al recién llegado, colgándose de sus hombros.

- Bastante bien –

El desconocido rió incrédulo.

- ¿No sabes quién soy? -

- ¿Por qué no me lo recuerdas? – dijo antes de lanzarse a sus labios para atraerlo en un apasionado beso que fue arrastrándolos poco a poco fuera de la pista.

Jungwoo lo habría detenido si no se hubiese concentrado en restregar su cuerpo contra el de Mark, quien tomaba codiciosamente su cintura para atraerlo más a sí mismo.

Todo era descontrol.





Luego de un rato bailando, Donghyuck se disculpó con el divertido grupo para caminar al baño.

Para su sorpresa, no sólo no habían sido unos cretinos con él, sino que sabían de su existencia. Al parecer Mark les había hablado de él, por lo que fue bien recibido y tratado como uno de ellos, lo cual agradecía.

Lavó sus manos, comprobó su reflejo (bastante bien, a su parecer) y salió en encuentro de sus nuevos amigos.

Apenas había avanzado un par de pasos, cuando fue interceptado por alguien más alto que él.

Alarmado, miró el rostro del otro y rodó los ojos al reconocerlo.

- Hola, amorcito – intentó abrazar al moreno, siendo rechazado – hey, ¿estás molesto? –

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