Capítulo 05

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Tal vez había bebido hasta la inconsciencia. Tal vez había dormido poco. Era seguro que tenía resaca. Pero, ese día, Mark se sentía de un increíble humor.

El día anterior había tenido el mejor sexo con aquel chico desconocido, y no sólo eso, también pasaron casi toda la noche conociéndose.

El niño resultó ser de lo más divertido e interesante. Algo arrogante, lo que sólo hizo a Mark quererlo más.

Pese a que no pudo conseguir su nombre, se propuso a sí mismo visitar ese bar noche tras noche, cuanto fuera necesario, con el único objetivo de volver a encontrarlo.

- Veo que estás de buen humor – dijo su hermano entrando en el comedor, señalando lo evidente ante su sonrisa idiotizada.

- Y no sabes cuánto, hermano –

Taeyong lo miró, alzando la ceja.

- No sé que te metiste, pero mantén el efecto hasta que bebé llegue a casa – dijo sentándose en una de las sillas.

- Cierto – volvió de su ensoñación - ¿a qué hora será eso? –

El mayor miró su reloj.

- Una hora, tal vez –

Mark asintió

- ¿Dónde está Hyuck con mi comida? Muero de hambre –

Taeyong lo miró molesto.

- Dale un respiro, ¿quieres? También debe estar cansado después de que lo arrastraste a esa fiesta ayer –

- Dios, de acuerdo – rió nervioso - ¿estás bien? –

El mayor estuvo a punto de responder cuando el empleado entró a la habitación, cargando una charola con una jarra de jugo de naranja y un desayuno completo, lo suficientemente pesado para curar a resaca.

- Buenos días – saludó colocando los alimentos con cuidado en la mesa.

- Hola, Hyuckie – respondió Mark, apresurándose a tomar la bebida para servirse en un vaso.

Taeyong no contestó. En su lugar, acarició discretamente la pierna del menor, recorriendo desde su pantorrilla hasta su trasero.

El chico le dedicó una dulce sonrisa, hizo una reverencia a ambos y se dispuso a salir.

- Oye – interrumpió Mark – come con nosotros –

Donghyuck lo miró sin decir nada.

- Vamos, Hyuckie. Taeyong no tiene ningún problema con eso, ¿cierto? –

El mayor negó desinteresadamente, sus ojos en la comida frente a él.

Haechan sonrió en agradecimiento y caminó hasta la silla junto a su pareja, estando a punto de sentarse.

- ¿Qué haces? – preguntó Mark, divertido – siéntate conmigo – dijo señalando la silla junto a él – o sobre mí – bromeó.

El moreno rió con su amigo, caminando hacia él para dejarse caer en el asiento que éste le había ofrecido.

Ambos ignorando la mirada fúrica que Taeyong lanzaba sobre ellos.








- Escúchame bien – exigió el mayor – quiero que sea la última vez que desobedeces de esa manera –

Jaemin lo miraba desde su cama, sin emitir ninguna palabra.

- Tienes tanta suerte de que Jaehyun te haya encontrado saliendo del club. Pudo ser cualquiera, y no tienes idea de qué clase de idiotas pueda estar por ahí –

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