Capítulo 02

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El parlante reproducía Let Me Belong to You.

El lindo peli rosa se encontraba recostado sobre el camastro frente a su piscina, justo al lado del jardín.

La música en combinación de las regadoras de césped activas y la charola con bebidas y frutas que degustaba, creaban la atmósfera perfecta.

Frotó su pecho con loción solar, abriendo más su kimono para dejar su trabajado torso al descubierto, tomando su copa para dar un gran sorbo a la bebida alcohólica que contenía.

Acomodó sus lentes rosados que poco hacían por cubrir la luz, y tomó un plato hondo con cerezas en almibar.

Lentamente, introdujo el fruto en su boca y saboreó codiciosamente el dulce jugo que salía al masticar.

Sonrío complacido ante las sensaciones.

El delicioso sabor de su bebida, los frutos y el joven empleado que realizaba sus labores frente a él, inclinado ligeramente sobre las plantas que recortaba, con su blanca camiseta empapada de sudor y el agua de las regadoras, pegándose a su trabajado cuerpo.

Mierda, lo hacían sentir flotar.

- ¿Qué haces? – preguntó una voz a su lado, sacándolo de su ensoñación.

- Broncearme – respondió desinteresado.

- Estás bajo un árbol –

El peli rosa jadeó molesto.

- ¿Qué mierda quieres? –

- Tranquilo – canturreó – vine a preguntar si querías ir a la fiesta de cumpleaños de Taeil esta noche –

- Creí que tu padre te había pedido no salir en su ausencia –

- Creí que tu madre te había prohibido beber, y aquí estamos ¿no? –

El joven rió, asintiendo de acuerdo.

- Iré, pero no seré yo quien conduzca – introdujo otra cereza en su boca – no pienso ser el conductor designado –

- ¿Por qué lo harías? –

El chico lo miró sobre sus gafas.

- Padre dio las vacaciones libres a los empleados. Sólo quedaron la cocinera – se giró para señalarlo – y el jardinero –

El otro sonrió, comprendiendo.

- Eres un degenerado –

El peli rosa se encogió de hombros en respuesta.

- ¡Hey! – gritó el mayor para llamar la atención del atareado joven - ¡ven aquí, chico! –

El confundido mozo caminó hacia él a pasos rápidos.

- Señor Nakamoto – hizo una reverencia - ¿hay algo que pueda hacer por usted? –

- ¿Tienes licencia de conducir? –

El recién llegado frunció el ceño.

- Sí –

- Bien, serás nuestro chofer esta noche – sentenció aplaudiendo al aire.

- ¿Esto está permitido, señor? –

- Lo está... - le hizo un ademán con la mano, invitándolo a continuar por él.

- Jaehyun – otra reverencia – Jung Jaehyun, señor –

- Muy bien, Jaehyun – repitió – hay uniformes en la lavandería, estaremos listos a las nueve. Puedes irte –

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