Capítulo 10

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Mark secaba su cabello, sintiéndose ligeramente más relajado por el baño.

Se acercó a su mesita de noche y revisó la hora

22:04

¿Por qué Donghyuck tardaba tanto?

No es como que supiera, pero estaba seguro de que lavar la loza no le tomaba tanto tiempo, y el moreno seguía encerrado en la cocina.

Tocaron la puerta.

Por fin.

Se acercó rápidamente y abrió.

- Hola – sonrió burlón.

- ¿Chenle? – retrocedió.

- ¿Me estabas esperando? – interrogó, mirándolo de pies a cabeza.

Mark entonces recordó que sólo se cubría con una toalla amarrada a la cintura.

- ¿Qué haces aquí? – frunció el ceño.

- Vine a desearte dulces sueños – entró, cerrando la puerta tras de sí.

- ¿Dónde está Jisung? –

- Por ahí – se encogió de hombros – te ves bien –

- Deja de mirarme – pidió, cubriéndose con las manos.

- Entiendo – asintió - ¿prefieres que te toque? –

- Deja de bromear, niño. No es divertido –

Chenle rió, acercándose a él, haciendo al mayor retroceder aún más hasta que chocó con la mesita de noche.

- ¿Estás asustado? – pasó sus dedos por el torso desnudo del otro.

- ¿No lo entiendes? No puedes seguir haciendo esto –

- ¿Por qué te molesta? – hizo un puchero, bajando su mano por su abdomen, llegando hasta la toalla – creí que te gustaba –

Mark tomó con fuerza su mano y la retiró.

El chino lo miró asustado, viendo como el otro se tensaba y su mirada se endurecía.

El mayor tomó al chico por los hombros y lo jaló hacia él para besarlo, haciendo al otro jadear satisfecho.

Chenle subió sus manos nuevamente hacia el pecho ajeno, y Mark envolvió su cintura con sus fuertes brazos.

Lo arrastró hacia la cama, lo recostó con cuidado y comenzó a atacar su cuello.

El chino apenas y logró registrar cuando el otro caminó hacia la puerta, estando a punto de detenerlo de irse, Mark la aseguró y se giró nuevamente hacia él.

- ¿Por qué sigues vestido? –

En respuesta, el menor sonrió coqueto, comenzando a desabotonar lentamente su camisa de vestir.









¿Cómo es que había terminado ahí?

Ah sí, sus amigos de mierda.

Primero y sin ningún motivo aparente, Mark había salido corriendo hacia su habitación, por lo que apenas y hablaron.

Luego Taeyong se disculpó, argumentando que tenía una improvisada junta de servicio esa misma noche, por lo que los invitó a pasar a la terraza y los dejó ahí.

Su última esperanza era el niño nuevo, Chenle, quien sin importar sus constantes intentos por mantener la conversación activa, se disculpó también para ir a dormir.

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