Capítulo 06

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A Jisung le dolía el estómago te tanto reírse.

Agradecía haber salido a la piscina a hablar con su amigo, de lo contrario, se ahogaría por la falta de aire fresco.

- No entiendo por qué te causa tanta gracia –

- ¡Te acostaste con mi hermano! – rió más escandalosamente - ¡te acostaste con mi hermano y no lo sabías! –

- ¡Deja de reírte, maldito idiota! – golpeó su brazo – mierda, voy a morir de vergüenza –

Jisung jaló todo el aire que podía, siendo incapaz de detener la risa.

- Eres la persona con peor suerte en el mundo –

- ¿Yo? – sonrió con sorna – tu hermano sabe que estuviste por ahí revolcándose con quién sabe quién ayer en la noche –

El menor rápidamente recobró la compostura.

- Baja la voz – gritó en un susurro, acercándose a él – Taeyong podría escucharte –

- ¿Y? –

- Podría molestarse conmigo – miró tras ellos, asegurándose de que nadie los escuchaba – Mark sabe que no soy un ángel, él está al tanto de gran parte de lo que hago. Tae es un caso completamente diferente –

- ¿Y qué pasaría si se entera? –

- No sé, no quiero saber – negó preocupado – fue él quien descubrió lo del auto y me entregó a mis padres. Casi estoy seguro de que lo del internado fue su idea –

- ¿De qué hablas? Parece la persona más dulce sobre la Tierra –

- Lo es – asintió – cuando no está siendo un maldito líder militar – palmeó su brazo – cállate, ahí viene –

- Lo siento, chicos – dijo saliendo de la casa – Mark se sintió un poco enfermo. Donghyuck lo está atendiendo ahora –

- ¿Dijo por qué? – preguntó el pequeño Lee, leyendo la preocupada mente de su amigo

- Dice que es sólo producto de la resaca – se encogió de hombros – estará bien en un par de horas –

Ambos menores asintieron pensativos.

- Hey, ¿por qué esas caras largas? – dijo una voz proveniente del jardín, llamando la atención.

- ¿Ya es la hora del ebrio idiota? – se burló Taeyong, alzando una ceja.

- Estás aquí ¿no? – respondió con una sonrisa forzada el recién llegado - ¡BebéLee! –

- ¡Yuta hyung! – el menor lo abrazó con entusiasmo – es genial que estés aquí –

- No puedo decir lo mismo – lo miró con desgano – deja de crecer, ¿sí? Me harás parecer un enano pronto –

- Lo siento – rió suavemente – él es mi amigo Chenle –

- Yuta, un gusto – saludó guiñando un ojo.

El chino, a estas alturas, se preguntaba porqué su amigo había decidido que no era relevante mencionar que se rodeaba de super modelos.

- El gusto es mío – respondió con una sonrisa tímida.

- ¿Por qué seguimos aquí? – preguntó el japonés – deberíamos estar planeando una fiesta de bienvenida, o presentación, en tu caso – dijo señalando al chino.

- Nada fuera de control, Yuta. Te lo advierto –

- Taeyong – lo miró irritado – son unos niños, ¿puedes por una vez confiar en mí? –

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