Mi atención estaba puesta en mis zapatos mientras caminaba por las calles de Barcelona, la lluvia había cesado hace un par de horas y ahora yo me encontraba caminando sin un destino fijo.
Mi mente cada vez que alzaba la mirada se encontraba con esos dos pozos negros que esta mañana habían chocado con los míos.
La chica del pelo largo y moreno con su expresión agitada y su respiración entrecortada se había quedado en mi cabeza. No había podido ayudarla ya que se había escapado corriendo después de haberse fijado en la hora.
Sacudí la cabeza intentando quitarla de mis pensamientos y agradecí que mi mirada vió a lo lejos una tienda de instrumentos.
Tengo que comprar una nueva púa
Eso era lo que me preocupaba ahora mismo, después de todo nunca la volvería a encontrar
¿no?
El ruido de la campanilla, me hizo volver a la realidad, la tienda estaba llena de discos, guitarras, libretas, es decir todo lo que un músico necesita.
Empecé a mirarme alrededor fijándome en los viniles y en las guitarras que estaban colgadas en las paredes.
Una suave melodía me despertó de mis imaginaciones, alguien estaba tocando el piano.
Me acerqué lentamente al sonido descubriendo un chico moreno con un par de gafas tocando maravillosamente el piano.
-Joder- es lo único que salió de mis labios, el se sobresaltó y me miró preocupado y asustado, sus ojos marrones desprendían timidez y miedo.
Como los de la chica de esta mañana
-Y-yo no quería molestarte- su voz grave y potente contrastaba del todo su personalidad, haciendo de todo una mezcla un poco rara.
-No te preocupes, lo estaba disfrutando, por cierto me llamo Hugo- hice un intento de abrazarle, pero viendo su expresión extendí mi mano en un acto cordial de estrechar la suya, su mano era como te imaginabas la de un pianista, con los dedos largos y sutiles.
-Soy Flavio- se presentó el.
-¿Es tuya esta tienda?- pregunté con curiosidad, su edad se acercaba más a la de un estudiante.
-No, no es mía, pero conozco el jefe y el me deja tocar el piano cuando quiero- sus dedos removieron su pelo y después tocaron sus gafas poniéndolas en su lugar correcto.
Y desde ahí empezamos a hablar, mayormente sobre música, instrumentos, composiciones y agradezco que no haya mencionado nada sobre mi familia o mi origen, no habría sabido contestarle.
-¿Sabes si hay algún curso de música o canto aquí cerca?- pregunté yo, es verdad que no pasaría aquí el resto de mi vida, pero aprovechar el tiempo para aprender siempre es bueno.
-Aún no, empezarán al principio del año, pero si te interesa algo nuevo, aquí cerca se dan clases de interpretación- me dijo el, la verdad es que nunca me había planteado intentar algo así y la verdad es que no estaba tan mal.
Me despedí de Flavio y pactamos con vernos algún día por la tienda de instrumentos o juntarnos para beber algo. El chico e agradaba aunque su carácter fuese el polo opuesto del mío.
La dirección del edificio no estaba tan lejos de la tiendo así que me puse los auriculares y a pie me dirigí hacia allá.
Con cuidado abrí la puerta, el interior del edificio era blanco como lo de un hospital, era decorado con algunas portada de musicales o operas de teatro con tanto de firmas de los diferentes actores.
No había nadie.
El silencio se vió perturbado por algunos chicos y chicas que salían de una clase allí cerca, charlaban entre sí, algunos de ellos tenían los ojos rojos y brillantes.
Una clase emocional
Paré un chico y le pedí informaciones, el me indicó la clase y me dijo que allí estaba el profesor y podía directamente ir a hablar con el.
Me acerqué a la puerta pero antes de que la abriese y entrase, uno sollozos capturaron mi atención, venían de uno de los baños.
Dejé por un segundo la idea de la clase de interpretación y entré en el baño, una chica estaba sentada con las manos cubriendole los ojos y las rodillas pegadas a su cuerpo.
Temblaba y su respiración no era estable por cierto.
Hice acto de presencia con un simple -Hola- y cuando sus ojos encontraron los míos el recuerdo de esta mañana me invadió por completo.
Era ella
Hola a todos!
¿Como estaís?
Yo esta semana regreso a clase y estoy bastante emocionada la verdad.
El próximo capitúlo es el que más me gusta hasta ahora de lo que he escrito, espero que lo podaís disfrutar como yo.
Pero por ahora, otro capitúlo del punto de vista de Hugo.
Nos vemos el miércoles.
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Un puzzle de imprevistos - Anahug
FanfictionHay dos personas, que sin saberlo están unidas por un hilo. Un hilo rojo. El hilo se aleja y se acerca en una serie infinita de imprevistos. Pero nunca se va a romper.