No había pensado en las consecuencias, como siempre.
Nunca me habría esperado algo así.
El reloj marcaba las dos de la mañana.
El silencio se hacía espacio entre mis pensamientos, molestado solamente por el ruido de una respiración pausada cerca mío.
Anaju se había quedado dormida en el sofá, sus manos agarraban firme mi camiseta y sus piernas estaban enredadas con las mías.
Una manta cubría casi totalmente su cuerpo y mis piernas.
Su aliento me llegaba calido en el hueco de mi cuello, dejando mi piel erizada cada segundo.
Me había quedado despierto para mirar como su cara relajada no era nada más que una muralla para esconder su tormenta interna.
Casi como la mía
Otra razón me mantenía despierto, una lucha interior había empezado adentro de mi cabeza, dejándome pensativo y sin saber muy bien como moverme.
Yo nunca había decidido que hacer, mi vida se había movido siguiendo patrones iguales.
Nunca me habían dado una posibilidad o una elección sobre lo que hacer, ninguna libertad me había sido otorgada.
Pero ahora me encontraba en un punto diferente, podía decidir mi futuro sin que nadie se interponiese.
Me encontraba aquí, tumbado en el sofá, imaginando mi futuro cuando aun no sabía lo que me reservase el presente o me encontraba aun atado a esos patrones del pasado sin saber como esquivarlos.
El sentimiento que siempre me seguía estaba ahí, la necesidad de cambiar de lugar no se había esfumado pero esta vez la situación era diferente o yo la veía así.
Viendo como Anaju, con esa cara relajada y la respiración pausada se encontraba abrazada a mí hizo que otro sentimiento se instaurase en mi ser.
Miedo
Tenía miedo, miedo en irme y sentir su falta en mi vida, miedo en quedarme y saber que ella no me necesitaba.
Las decisiones de nuestro pasado son los fundamentos de nuestro presente
Y mis decisiones hasta ahora me habían traído aquí.
En Barcelona.
Desde que me fui de casa de mis padres esta era la primera vez que me sentía bien, a gusto conmigo mismo y con lo que estaba alrededor.
Probablemente ese era el problema, yo nunca quise encontrar un lugar que me perteneciese sino una persona que me hiciese pertenecer al lugar, necesitaba alguien con quien compartir mi tiempo, alguién por lo que valiese la pena parar y quedarse a vivir en un lugar establecido.
Y parecía una broma que lo había encontrado en aquel país desde el cual me fui sin tener ni un rastro de culpabilidad.
Bostecé.
Mis dedos trazaban círculos sobre la mano de Anaju intentando no despertarla.
Su aroma de limón se quedaba atrapado a mis fosas nasales, había hecho mío ese perfume, tenía la capacidad de reconocerlo entre la gente.
Me quedé algunos minutas más para poder observarla.
Mis ojos empezaban a cerrarse y antes de quedarme dormido un pensamientos rozó mi mente:
Aunque sé que no hay vuelta atrás, no me alejaré.
Dejaré en tus manos mi futuro.
Hola a todos!
¿Como estaís? Espero todo bien.
Disfrutad del nuevo capítulo.
Nos vemos,
Fiore.
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Un puzzle de imprevistos - Anahug
Fiksi PenggemarHay dos personas, que sin saberlo están unidas por un hilo. Un hilo rojo. El hilo se aleja y se acerca en una serie infinita de imprevistos. Pero nunca se va a romper.