El viento frío de las primeras horas de la mañana golpeaba contra mi rostro.
Las luces de la ciudad aun seguían encendidas aunque los primeros rayos del sol saliese por el horizonte.
Mis manos estaban escondidas adentro de mis bolsillos, reparándolas del hielo y del frío de la ciudad.
Miré mi móvil y vi mi cara reflejada en ello.
Ojeras azules marcaban mis ojos cansados y mi noche insomne.
Las 6.45 de la mañana.
Había pasado ya una hora desde que me fui de casa, llevaba una hora dando vueltas por la ciudad.
Marcando a fuego en mi mente cada lugar, calle, tienda.
Parecía que con cada paso que daba mis pies se hundieran un poco más, dejando huellas de mi recorrido.
Mi última vuelta por las Ramblas
Mí última foto sacada delante la Sagrada Familia
Mi última vez pisando Barcelona
Había decidido cambiar ciudad, mudarme a Madrid y empezar de vuelta ahí.
Desde cero, de vuelta siendo un desconocido.
Mi identidad se había vuelto flexible con los años, ya ni yo sabía quién era.
La necesidad de irme se había acelerado después que no recibiese ninguna señal de parte de Anaju.
La última vez se fue la mañana siguiente y desde ahí, el vacío.
Ningún mensaje, llamada o señal de vida.
Fuimos fugaces, eso es lo que fuimos
Mi vida y la suya tomaron caminos diferentes y que probablemente no se volverán jamás a cruzar.
Sabía que iba a pasar
Pero por una vez intenté convencer a mi mismo, a mi mente que merecía la pena esperar y lo intenté pero cada día que pasaba la ilusión se iba esfumando y con ella mis ganas de seguir en Barcelona.
No me había despedido de nadie, puesto que no tenía nadie en Barcelona de quién despedirme.
Ella ya lo había hecho
Se me cruzó por la cabeza decírselo a Iván pero la idea como llegó se fue en un par de segundos.
Iván y Anaju tenían una conexión maravillosa y seguramente ella se terminaria enterando.
Y yo no quería que ella se enterase.
Ese miedo de ser descubierto me tomó por sorpresa, nunca en mi vida había tenido miedo en que alguien a quien supuestamente importase me descubriera en el acto de irme.
Pero como siempre hay una primera vez.
Quedaremos con las ganas de abrazarnos otra vez
Mi recorrido tenía su fin en el edificio donde mi hogar se había estabilizado durante este tiempo.
Entré por la puerta y lentamente subí las escaleras disfrutando cada movimiento, cada paso.
Nunca más volvería a ver esas escaleras, ese cuadro pintado por no se quién colgado delante la puerta de mi vecina, ese ruido de los coches que por la mañana siempre me despertaba.
Todo se quedará en un recuerdo, aun no sé si bonito o no.
Solo un recuerdo
Mi maleta ya estaba lista en el salón de la casa, entonces una vez entrado en el piso me habría sido suficiente tomar la maleta y llamar el primer taxi en dirección del aereopuerto.
El billete lo compraría allí con el dinero que me quedaba.
Abrí la puerta con cuidado y ahí un suspiro salió de mis labios.
Lo había logrado.
Todo había ido bien
Me dispuse a encender las luces, toqué por el muro y encontré el interruptor.
Cuando la luz llenó el salón, me sobresalté.
La piel de gallina salía por mis labios, mis manos temblaban y el sonido que salió de mi boca uniformó mis miedos en una única palabra.
-Anaju-
Muy buenas a todos!
¿Como están?
La escuela me está matando, así que les pido perdón por algo de retraso.
Disfrutad del capitúlo.
Nos vemos la próxima vez.
Fiore
ESTÁS LEYENDO
Un puzzle de imprevistos - Anahug
FanficHay dos personas, que sin saberlo están unidas por un hilo. Un hilo rojo. El hilo se aleja y se acerca en una serie infinita de imprevistos. Pero nunca se va a romper.