Capítulo 31 - Mi forma de quererte

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AMAJIKI TAMAKI

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AMAJIKI TAMAKI

Pasados los días de convivencia, comencé a convencerme de que quizá era yo quien cumplía con el rol de madre, después de todo.

—Ah, Tamaki-kun... Hanabi no ha dejado de temblar. ¿Qué le pasa? ¿Será que tiene frío?. Quizá es mi presencia, ya sabes, por mi don de hielo... ¿Qué debería hacer? ¿Debería irme de aquí?

Seguramente solo necesitaba un abrazo. Como un perrito chihuahua, cada vez que temblaba, era su manera especial de exigir atención y cariño. Claro que Rei-san se abstenía de hacerlo, puesto que aun tenía la pequeña y errónea idea de que Hanabi la odiaba.

—... ¿Estará bien que yo la bañe?, d-digo... seguro se enfada de que yo la ayude, porque ya no es una niña.

—Rei-san... Basta con que le ordene las acciones, para que lo haga por sí misma... —le respondí con seria intención de darle a entender que no podía ser yo quien lo hiciera.

Pese a su notable inexperiencia, producto de los años pasados sin cuidar de nadie, era una mujer realmente afectuosa y servicial. Por ejemplo, para evitar que nosotros cocináramos, preparaba todas las comidas. No nos quedaba más opción que sentarnos en la mesa, por orden de ella. El problema era que yo no podía comer cualquier cosa...

De todas formas, es difícil decirle a la madre de tu novia que no quieres comer algo servido, así que lo aguantaba.

—Hm... udon —sonreí antes de comer.

—Pero Suneater, ¿cómo vas a usar los fideos en tu poder?, mezclaras tentáculos con un súper fideo gigante o-

Twinge me lo preguntó con buenas intenciones, pero Rei-san se asustó en ese mismo instante.

—Oh, dios mío, ¿está mal? —preguntó un tanto descolocada—, puedo volver a cocinar algo radicalmente distinto si lo necesitas, yo...

—No, está bien —asentí en cuanto se puso de pie en la mesa, evitando que entrara en una crisis nerviosa.

Quizá había un poder oculto en el Udon que aún no había probado.

—Abre la boca, pequeña fresita. A comer, dulzura.

No podía evitar sonreír al ver cómo procuraba darle de comer a Hanabi, porción tras porción. Aunque sabía que su hija por dentro estaba alegando que no le gustaba ser tratada como bebé, en mi presencia, era dulce verlas así.

Como una auténtica muñeca, su madre peinaba su cabello de distintas formas todos los días. Actualmente, no solamente lucía aquella coleta larga que le caracterizaba, sino que también habían días en que se peinaba con media coleta, dos coletas, trenzas y más.

Algo me decía que Rei-san había vuelto a la vida desde que vino a cuidar a Hanabi. Siempre estaba sonriendo, activa y contándonos sus anécdotas, aunque la mayoría implicaban su estadía en el hospital psiquiátrico.

FIREWORK DOLL「 Amajiki✘OC」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora