Un día para ella

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Dylan, tengo miedo, tengo un mal presentimiento.

Lo sé, yo también. Pero estoy aquí, no te preocupes.

No quiero que esta cuarentena termine.

Yo tampoco, nena.

Te amo.

Yo también...

¿Dylan?

¿Sí?

¿Estamos dormidos?

Eh, no sé...

Dylan... Creo que estás en mi sueño...

De repente, ambos abren los ojos para encontrar al otro justo ahí. Está muy oscuro afuera, pero la luna llena trae algo de luz y pueden verse los rostros en la habitación tenue. Se abrazan, cara a cara y sus narices se tocan.

"¿Escuchaste lo que dije hace un momento?" ella pregunta un poco asustada.

"Sí. Dijiste que tenías miedo..."

"Ahora tengo más miedo que antes. ¿Cómo entraste en mis sueños?"

"Tal vez, ya que podemos escuchar los pensamientos del otro, esto fue simplemente eso, pero dormidos..."

"Realmente no podemos tener ningún secreto en esta familia..." afirma Yue con los ojos casi cerrados y una sonrisa tierna.

Eres tan hermosa y dulce... Eres como una luna plateada con esta luz que se refleja en tu rostro...

Dylan saca una mano de la manta para acariciarle la cara suavemente y ponerle el cabello detrás de la oreja. Ese simple gesto le produce escalofríos inmediatos a Yue y hace que la mano de Dylan hormiguee. Ella sonríe con los ojos cerrados.

"No puedo creer que cada vez que nos tocamos, todavía nos sentimos como la primera vez..." susurra él.

"Yo tampoco... ¿Llegaremos a los 80 sintiendo esta chispa?" pregunta Yue al abrir los ojos y sonreír con dulzura.

"Tú siempre me harás sentir así, estoy seguro de eso".

Ahora Dylan comienza a trazar las formas del rostro de Yue con los dedos: su frente, su linda nariz, sus bonitos ojos, su mandíbula, sus labios... Y se queda en sus labios, queriendo besarlos. Ella está justo acá, ¿por qué no puedo besarla? ¿Es demasiado tarde? Es la mitad de la noche... Pero la luz de la luna hace que su piel brille como la plata y esos labios son tan perfectos, tan deseables. ¿Qué daño puede hacer un besito? Sin embargo, Dylan sabe que una vez que la bese, deseará más, y más y más. Es adicto a ella, ¿cómo podría parar?

Yue ha oído su lucha interna y sonríe. Este maridito tonto de ella...

"Ya bésame de una vez..."

Dylan está estupefacto. ¿Oyó correctamente? Se acerca a Yue, apoyando su cuerpo sobre ella.

"¿No es tarde? ¿No quieres dormir?" pregunta esperanzado.

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