Londres, ¡allá vamos!

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Dylan y Yue han pasado los últimos 2 días separados, empacando y visitando a sus familias.

Textos:

D: Por fin puedo abrazarte de nuevo hoy.  🤗
Y: ¿Cómo? Hay mucha gente en el aeropuerto.  😕
D: No tanta a las 2 de la mañana. Confía en mí 😉 ¿Me extrañaste?
Y: Incluso si no quisiera, mi estómago no me permitiría olvidarte.  😅
D: Lo siento.  😿
Y: ¿Y tú?
D: Mi dolor de cabeza tampoco me permitió olvidarme de ti. 😰
Y: No deberíamos estar separados entonces, ¡nos enferma literalmente! 😆
D: ¡Exactamente! 😂



Se encuentran en el aeropuerto con los demás que vuelan a Londres. Darren está con ellos también. Se registran en el vuelo y pasan por la aduana.

Una vez dentro, Dylan siente la necesidad de abrazar a su prometida, es muy difícil para él saludarla sin poder tocarla.

Dylan recuerda algunas palabras de la sabia tía Perla: “Siempre uso el baño familiar en el aeropuerto. Es más espacioso y limpio". ¡Eso es!

Shen Yue está sentada a su lado, con mucho sueño.

Shen Yue... Nos vemos en el baño familiar en 5 minutos.
¿Qué?
¡Por favor! ¡Ya no aguanto más!
Está bien.

Cuando Yue llega, Dylan la hala y cierra la puerta. En un instante, ella está envuelta en sus brazos. Él necesita sentir que cada gramo de su alma está cerca, sin dejar espacio entre ellos. La abraza por unos minutos y todo lo demás desaparece. Esto es lo que él necesitaba, y ella también lo necesitaba.

Con una fuerza renovada, ahora pueden volver al área de espera donde están todos los demás. El avión abordará pronto.

Cuando entran a al avión se dan cuenta de que Yue está sola en el asiento del pasillo de la fila central, mientras que Dylan tiene la ventana y Darren tiene el pasillo al lado de Dylan, cerca de Yue.

La decepción en los rostros de la pareja no se puede ocultar. El dulce Darren interviene:

“YueYue, toma mi asiento”.
“¿De verdad?”
“Claro, ¡apuesto a que él te gusta más a ti que a mí!” le guiña un ojo a ella señalando a Dylan. “¡No te importará si ronca!”
“Gracias, amigo. Te debemos una".
“¡Recordaré eso!”

El vuelo es largo y nocturno. 12:30 horas juntos en el avión, saliendo a las 4:25 a.m. y llegando a las 10:05 a.m. hora local. Realmente necesitan dormir un poco, ya que no pudieron dormir para nada antes de salir esa noche.

Yue ha estado durmiendo por un rato acurrucada en la silla. Se ve tan linda y pacífica. Dylan acaricia su cabello y se lo pone detrás de la oreja.

¡Es tan pequeña que todo su cuerpo cabe en estos horribles asientos! ¡Yo no logro encontrar espacio para mis piernas en ningún lado!

Él la sigue mirando y no le parece bien que ella esté tan distante. No puede resistir la necesidad de abrazarla. Levanta el reposabrazos y suavemente la acerca a su cuerpo. La cabeza de Yue ahora descansa sobre su pecho y él la acurruca en sus brazos.

Así es mucho mejor. ¿Por qué estaba durmiendo por allá si yo estoy aquí?

Dylan apoya su cabeza sobre la de ella y se duerme también.

Después de un par de horas, se despierta y mira a su bella prometida, ahora están cara a cara y ella todavía está durmiendo. Su cara es como una deliciosa galleta, ¡y él quiere comérsela toda! ¡De nuevo!

Debe haber algo malo conmigo… ¿Por qué me parece tan deliciosa últimamente?

Dylan empieza a besarla por toda la cara, por aquí y por allá, sin separar los labios de su piel.

Ya Yue está despierta, sonriendo y disfrutando de este recorrido que él está dibujando en su rostro con sus cálidos y húmedos labios.

¿Será la constelación Yue de nuevo? ella se pregunta.

Yue se está acostumbrando a que él la despierte con sus besos. Podría vivir así.

Después de un rato, Dylan acaricia los labios de ella con el pulgar. Esta galleta es irresistible... Así que la agarra y la sienta en su regazo, cubre sus cabezas con las mantas y va directamente hacia su galletita... Con sus labios se abre camino, disfrutando su sabor, buscando la dulzura que esconde dentro; le acaricia el cabello, y mantiene su rostro cerca porque teme que ella pudiera escapar de él. Él continúa su búsqueda profunda e intensa, dejándola aturdida una vez más.

Cuando él se detiene, Yue hace un ruido que era un jadeo por aire, un gemido de placer y un suspiro de alivio, todo al mismo tiempo. Ella hace eso cuando él le da uno de sus largos y descarados besos. A Dylan le encanta ese sonido, es parte del lenguaje tácito de su mujercita. Necesita y anhela escucharlo. Nunca querría vivir sin oírlo.

Cuando la escucha, Dylan sonríe satisfecho, pero la calla presionando sus labios contra los de ella; luego acerca su boca al oído de Yue y susurra:

“Ahora todos en el avión saben cuánto te gusta besarme”.

Sus mejillas están muy rosadas y calientes.

¡ME BESASTE TÚ! Pensó al mirarlo con los ojos bien abiertos en la oscura cueva que crearon debajo de la manta.

¡No pude resistirme! ¡Eres como la galleta más dulce que he probado en mi vida! Y una sonrisa de placer se dibuja en su rostro...

Resulta que Darren escuchó el sonido que hizo Yue; se da vuelta y queda en estado de shock. Si bien la mayoría de las personas estaban durmiendo en la cabina sin luz, él no suele dormir en el avión, qué ironía. Darren los mira y ve el bulto de alegría que hay debajo de esa manta. Su mandíbula cae del asombro.

¡¿Qué demonios?! ¡Estamos en un avión!

No puede resistir la tentación de averiguar qué está pasando y se sienta en el asiento vacío de Yue ya que ella está sentada en las piernas de Dylan. Cómo es posible que estén juntos en un asiento de estos va más allá de la comprensión de Darren, ya que son sinónimo de un hoyo estrecho para él.

“¡Oigan!” les dice bajito.

Dylan mueve la manta y destapa sus rostros: Darren está allí, mirándolos. Yue y Dylan se sobresaltan.

“¿Qué rayos haces? ¡Nos asustaste!”
“¿Yo los asusté? ¡Deberían ver lo que yo veo… y oigo!”
“¿Por qué no estás dormido?” pregunta Yue.
“¡¡¡En serio ustedes dos!!! ¿Me están haciendo preguntas a mí? ¿Qué tal si les hago yo una pregunta?”

Dylan y Yue se miran y admiten la derrota. Se encogen de hombros y ambos piensan: Se puede confiar en Darren.
“Vamos, habla", dice Dylan.

“O sea, todos sabíamos que algo estaba pasando entre ustedes, tal vez algún tipo de citas... ¡Pero chicos, esto va más allá de las citas!” dice Darren moviendo su mano en círculos.
“¿Y cuál es la pregunta?” dice Yue alzando una ceja.
“Esta: ¿qué está pasando aquí?”
“Llevamos juntos más de 2 meses”, responde Dylan.
“¿Y eso es todo? ¿Nada más? Porque realmente parecen muy… allegados".

Se miran de nuevo. ¿Deberíamos decirle? Dylan asiente.

“Ay, son espeluznantes. ¡Ni siquiera les preguntaré si leen la mente la una del otro!”
“Nos vamos a casar”, dice Dylan muy serio.
“¿Qué... qué...?!?!”
“Shhhhhhhh”, ambos lo callan poniendo un dedo sobre sus bocas.
“¡¿Qué?! ¿Cuándo? ¿Por qué?  ¿Cómo?”

Hacen todo lo posible para explicarle y luego lo invitan a unirse a su muy íntima boda. Darren está sin palabras. Está feliz por ellos, sin embargo, tendrá que guardar este secreto quién sabe por cuánto tiempo. Por otro lado, no asistirá a la boda. Es incómodo para él e irrespetuoso hacia quienes realmente deberían estar allí. Dylan y Yue entienden.

Cuando llegan al hotel, Darren y Dylan reciben habitaciones contiguas. A Yue le asignan una habitación en el piso de abajo.

“Chicos, rápido, vamos. El ascensor está libre”, Darren les pide que se vayan antes de que alguien más los vea.

Una vez que llegan al piso de Yue, Darren se pone frente a las puertas abiertas.

“Dame tu llave, YueYue”.
“¿Qué?” ambos preguntan desconcertados.
“Puedes quedarte con mi habitación. Tiene una puerta a SU habitación”, Darren le guiña un ojo. “De nuevo, ¡no necesito estar tan cerca de él todo el tiempo!”

Están absolutamente sin palabras y llenos de gratitud. Darren se va a su nueva habitación.

“No te hagas ideas raras!” dice Yue mientras suben. “Esa puerta permanece cerrada hasta que yo lo diga!”

Dylan se rasca la nuca, sonrojado y avergonzado por las palabras de Yue.

No han hablado sobre algunos temas importantes, y tal vez deberían hacerlos pronto. Mañana se casarán. ¿Qué pasará entonces? se pregunta él.

Deciden dormir un par de horas y luego van a encontrarse con tía Perla, que está en Londres y los ha estado ayudando a organizar todo.

Los abogados ya han arreglado los aspectos legales de su matrimonio. Perla y Nathan serán sus testigos.  Nadie sabe que esto está sucediendo, excepto ellos cuatro, y ahora Darren. No pueden decirles a sus padres tampoco. Tendrán una fiesta de bodas real cuando sea el momento adecuado, en el futuro.

Afortunadamente, tienen el día de mañana libre porque el equipo va a revisar los permisos para los lugares de filmación. Los actores comenzarán a trabajar pasado mañana.

Dylan y Yue toman un taxi hasta el ático de Perla. Allí es donde la ceremonia civil tendrá lugar por un oficiante del estado.

Se toman de las manos mientras están sentados en el auto, pero ambos están en silencio. Parece que no encuentran las palabras ahora que todo es tan real.

Perla abre la puerta y ven que el lugar es absolutamente espectacular. Siguen sin poder decir nada; pero la ingeniosa tía de Dylan entiende lo que está pasando.

“Deben estar abrumados. Es normal. Siempre y cuando no tengan dudas sobre su decisión”.

Ambos sacuden sus cabezas...  Sinceramente, no tienen ninguna duda.

Perla comienza a hablar con la pareja y les pregunta cómo va la relación. Parecen muy felices juntos. Ella se siente responsable de estos jóvenes adultos que están solos en este viaje, así  que desea ser lo más útil posible.

“¿Planean vivir juntos?”
“Conseguiré un apartamento para nosotros tan pronto como tenga otro proyecto”, responde Dylan.  “Pero cada quien tendrá un apartamento también por razones obvias”. Yue está de acuerdo.

Ahora Perla quiere hablar con Yue a solas.

“Nathan, saca a Dylan a la terraza y dale algo de tomar. Necesito hablar con la señorita aquí”.

Perla le pregunta a Yue cómo se siente y muchas otras cosas. Algunas preguntas son algo vergonzosas; sin embargo, ayudan a Yue darse cuenta de algunos asuntos.

“Querida, ¿has hablado con Dylan de anticonceptivos?”
“¿Ah?”
“Ya sabes…”
“¡Sé lo que son! Mi doctora me lo ha explicado y me dio folletos. De todos modos, tomo la píldora hace meses porque el estrés comenzó a afectar mi período. Así que…”
“Estás lista entonces”, Perla pica un ojo. “Veo que ustedes dos no han... ¿Le has preguntado sobre sus expectativas?”
“¿Qué?” Yue está sonrojada. “¿Cómo lo sabes?”
“Oh cariño, su cara me dice que tiene unas ganas de comerse tu galleta…” y se ríe. “Mira, los hombres tienen una mirada especial una vez que han probado la galleta…”

Yue ahora recuerda cómo Dylan la comparó con una galleta en el avión y sus mejillas se ponen moradas.

“¿Eso significa que ya no será lo mismo después de haberla… probado?”
“Por el contrario, querida. Una vez que sepa cómo es, ya no habrá quien lo pare. Ahora mismo tiene esa mirada contemplativa, quiere descubrir e indagar... No estoy segura si me sigues. Es bastante romántico en realidad… Estoy feliz de que compartan esto juntos”, dice Perla con voz dulce.

Yue está confundida y apenada… Definitivamente quiere cambiar de tema.

“¿Puedo ver mi vestido?”
“Por supuesto, cariño. No te lo has probado. ¡Ven conmigo! Está en la habitación de huéspedes”.

Tan pronto como Yue ve el vestido, sus ojos se convierten en cataratas. Todo esto tiene un sabor muy agridulce. Su corazón se siente feliz y triste al mismo tiempo. Perla la abraza por un rato.

Mientras tanto, en la terraza Dylan comienza a sentirse incómodo, algo no está bien. Mira a su alrededor y no puede encontrar a su mujercita. ¿Dónde está?

“Nathan se da cuenta de la inquietud de Dylan y le dice que vaya a buscarla. La encuentra sollozando en los brazos de Perla. Él la toma y la abraza, la aprieta con fuerza. Su escudo humano ha llegado, y Yue comienza a calmarse.
“Pequeña, tranquila”.

Perla oculta el vestido mientras Dylan está distraído y sale de la habitación.

“¿Qué pasa, Shen Yue?”

Él se sienta y la apoya en sus piernas, es su lugar seguro. Le seca las lágrimas con sus manos y echa su cabello hacia atrás. Unos minutos más tarde, ella está mucho mejor.

“¿Estás bien?”
“Ajá… Estaba solo abrumada”.
“¿Hay algo de lo que debamos hablar? ¿Tienes miedo?”
“No. No tengo miedo”.
“¿Es porque nos estamos casando a escondidas?”
“Algo así”.

Se queda allí un rato para consolarla, abrazarla y tranquilizarla.

Cuando Yue ya está tranquila, se prueba el vestido, pero solo Perla la ve. ¡Le queda perfecto! Será una novia hermosa.

Cenan con Perla y Nathan esa noche y luego regresan al hotel.

Dylan le da su habitual beso de las buenas noches en la frente y cada uno se va a su habitación. Mañana tienen que salir a las 8 de la mañana. El oficiante estará en casa de Perla a las 11 a.m.

Sin embargo, ambos están dando vueltas, inquietos en sus camas a las 11 pm.

Esto no está bien: ¡Seré una novia con ojos hinchados! ¡El desfase horario es una tortura! Tomaré mi melatonina...

Tan pronto como comienza a buscar y hace ruido, oye un golpe en la puerta contigua de la habitación. Es Dylan.

“Shen Yue, abre la puerta”.
“¡De ninguna manera! ¿Qué quieres?”
“No puedo dormir, es el cambio de horario. ¿Tienes una de tus melacosas?”

Ella se ríe, luego quita el seguro y abre la puerta corrediza solo un poco. Alarga la mano y le entrega las pastillas. Con un movimiento rápido, Dylan abre completamente la puerta y la toma en sus brazos. Sentir su cuerpo tan cerca le relaja. La comodidad de estar en los brazos el uno de la otra no se puede comparar con ninguna cama.

Sin embargo, realmente necesitan la noche de sueño.

“Necesitamos dormir. Déjame ir. Toma tu melatonina y dormirás. Yo ya tomé la mía”.
“Solo unos segundos más”, le pide como Daoming Si lo hacía con Shancai.

Ella no puede negarse. Pero finalmente tuvo que dejarla ir.

Solo unas horas más y ella será mía para siempre.

Nota autora:

Espero que les haya gustado. Es un capítulo sencillo, espero que no haya sido aburrido. Era necesario explicar algunas cosas... 😉

Lo foto de la portada es de cuando Daoming Si le pide a Shancai más abrazos, y es una de mis favoritas.

Yue realmente tomaba melatonina durante la filmación de Meteor Garden, y Dylan le echaba broma al respecto. Hay un detrás de escenas de eso. 😆

Gracias por leer, por los votos y por los comentarios.

Un abrazo,

Caos.

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