Epílogo

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Llegamos al aeropuerto y me despedí de mis tíos. Me encaminé hacía mi puerta de embarque. Pasé por el control y entré. Me quedé parada. Allí estaba el avión que me llevaría de vuelta a Los Ángeles. Fui hacia la puerta del avión donde me esperaba una auxiliar de vuelo, pero una voz me detuvo.

-¡Jane!

Me di la vuelta rápidamente. No me lo podía creer. Era Tony. Estaba intentando zafarse de los guardias de seguridad que lo sujetaban impidiéndole llegar hasta mí.

-¡Jane!-volvió a repetir.

Estaba paralizada.

-Señorita, el avión va a despegar.-me dijo la azafata desde la puerta del avión.

Miré por última vez a Tony que seguía forcejeando con los guardias y me encaminé hacia la puerta.

-¡Jane!¡Te quiero!-gritó Tony.

Me paré de golpe en medio de la escalera del avión. Sentía que me faltaba la respiración.

-Venga, no tenemos todo el día.-me metió prisa la azafata.

Seguí subiendo la escalera sin darme la vuelta para mirarle.

Me senté en mi asiento del avión. Notaba algo húmedo que corría por mis mejillas. Lágrimas. Tony había ido a despedirse de mí. Pero yo no le había contestado, y ese había sido mi mayor error. Debería de haber corrido hasta él, de haberle dicho que también le quería pero no fui capaz.

Miré por la ventanilla y vi mi reflejo en el cristal.

El avión despegó, llevándome lejos de Tony y de ese mágico verano que siempre recordaría.

Una chica de ciudad en un pequeño puebloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora