Cuando llegamos a casa después de hacer la compra en el mercadillo mi tía nos estaba esperando para hacer la comida. Le dimos lo que habíamos comprado y nos dijo que podíamos hacer lo que quisiésemos hasta que la comida estuviese lista.
Me subí a mi habitación. Había decidido que me pasaría las vacaciones en mi cama escuchando música. Así se pasarían más rápidas las vacaciones, o al menos eso esperaba.
Cuando llegué a mi habitación, me tumbé en la cama, conecté los auriculares a mi iphone y puse ‘’Secrets’’ de One Republic. En ese momento me di cuenta de que tenía un mensaje de Lucy. Ponía: ¡Hola Jane!¿Qué tal por allí?¿Algún chico mono? Aquí se te hecha mucho de menos. Con lo que habíamos planeado estas vacaciones en Miami las dos juntas. Esto no es lo mismo sin ti.
La respondí: Yo también te hecho mucho de menos Lucy. Esto es horrible, solo llevo un día aquí y ya estoy deseando volver. Aquí no hay ningún chico mono. Más bien no hay casi ningún chico. Me ha dicho mi prima que todos son unos idiotas. Pero a mi ya sabes que me da igual, ya me he cansado de esperar a mi amor verdadero y todas esas bobadas.
Me respondió al instante: No deberías pensar así. Algún día encontrarás a tu príncipe azul, ya lo verás.
Sonreí. Lucy tenía la esperanza de que algún día su príncipe azul vendría a por ella.
Yo: Los príncipes azules al final destiñen.
Lucy: No seas aguafiestas.
-¡A comer!-gritó mi tía en ese momento. Resoplé.
Le mandé un último mensaje a Lucy: Me tengo que ir. Me llaman para comer. Chao, besos.
Me quité los auriculares y bajé a la cocina.
Cuando acabé de comer fui hacia las escaleras para volver a ponerme los auriculares y seguir escuchando música, pero una voz me detuvo.
-¿A dónde vas, Jane?-me preguntó Mabel.
-A mi habitación.
-No, ahora vamos a ir a la casa de los vecinos. Su hija tiene tu edad.-dijo mi tía saliendo de detrás de Mabel.
-¿Vecinos? No sabía que había vecinos.
-Si, ¿te acuerdas en la vieja casa abandonada de aquí al lado en la que solíamos jugar de pequeñas?-me dijo Mabel.
-Si.
¿Cómo olvidar esa casa? Tengo muy buenos recuerdos de ese sitio. Era nuestro lugar preferido para jugar de pequeñas.
-Pues la arreglaron y la vendieron.
-Si,-habló mí tía.-ahora vive una pareja con dos hijos. Se mudaron aquí hace un año, más o menos.
-Ah.-contesté. No sabía que más decir.
-Si, y hoy nos han invitado a merendar. Y tu vas a venir.-dijo mi tía señalándome.
Resoplé.
-Vale.-dije. ‘’¿Qué otro remedio me queda?’’, pensé.
ESTÁS LEYENDO
Una chica de ciudad en un pequeño pueblo
RomanceSoy Jane Palmer, tengo dieciséis años y vivo en Los Ángeles pero ahora mismo estoy en un avión rumbo a un pueblo en medio de ninguna parte en el que me quedaré con mis tíos y mi prima todo el verano. Me parece que estas vacaciones van a ser muy larg...