35. En el mítico Ahtohallan

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Bueno jóvenes y no tan jóvenes, llegamos un poco desfasados pero llegamos.

Sin mucho que agregar  más qué como siempre agradecer su lectura y apoyo espero disfruten del cap.

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- Así que esté eso el famoso Ahtohallan | Elsa me dijo que era hermoso, pero esto es mucho más de lo que imaginé... ahora me arrepiento de haber dicho que no cuando me invitaba - sin moverse y contemplando la enorme estructura de hielo natural frente a ellas, Honey y Cassandra yacían en la costa de Ahtohallan preparándose mentalmente para ingresar a donde sabían se encontraba su aliada y enemigo, mientras contemplaban la belleza del lugar que por bastante habían escuchado respectivamente.

- Bien, vamos | ... | wooo eehh quieto | parece que ya tienes un nuevo mejor amigo | no empieces... por favor espera aquí, esto podría ser peligroso para ti; hasta que no regresemos el balance, no me gustaría que Zhan Tiri intentara hacerte de nuevo lo que hace rato | ... - lista para ingresar, Honey comentó dando sus primeros pasos cuánto un pequeño empujón a uno de sus brazos llamó su atención, dándose cuenta que se trataba del Nokk quien se disponía a seguir su paso por lo que con sorpresa y algo de confusión se dirigió al espíritu algo cohibida mientras le explicaba que debía quedarse, no sin antes responder con seriedad ante el comentario sarcástico de su aliada que sabía era para molestarla.

Luego de mirar la seriedad y preocupación de la situación por parte de la Northuldra, el espíritu del agua acentuó con la cabeza para de manera tranquila para así regresar al mar y ser uno con el mismo dejando por completo al par de aliadas solas que luego de acentuarse comenzaron a avanzar hasta finalmente ingresar al interior de Ahtohallan.

- Uff, sí que es fresco aquí... bien ¿Por dónde debemos ir? | ... - sintiendo el cambio notorio de clima, y viendo como sus exhalaciones ahora eran visibles, Cassandra destacó la baja temperatura del lugar mientras frotaba con sus manos sus brazos para calentarse un poco a la vez que miraba a Honey quien sintiendo sutilmente confirmaba la sentencia para después acercarse a una de las paredes de hielo y tocarla sutilmente.

- Vamos, por aquí...-, concentrándose específicamente en Elsa, su deseo por encontrarla y confiando en su instinto, solo bastó que la joven de cabello castaño rozará con sus dedos la superficie helada para tener la noción, basada en la conexión que ahora compartían, de qué camino seguir para llegar a su amada.

Notando la peculiar iluminación que traspasaba las gruesas capas de hielo que conformaba el lugar, el par de jóvenes avanzaron en silencio mirando con lujo de detalle a su alrededor distinguiendo lo que era formación natural y lo que intuían era obra de Elsa, siendo lo más notorio una serie de pilares las cuales sostenían un puente de hielo que conectaba de manera descendente el camino que era dividido por una pronunciada fisura con una peligrosa y desconocida profundidad.

Luego de recorrer un amplio pasillo y cruzar la entrada a un amplio salón que en ese momento se encontraba poco iluminando, cruzaron por una entrada triangular que era decorada por los costados con los símbolos de los cuatro espíritus elementales, el par de jóvenes entró en lo que parecía ser una amplia habitación con un enorme domo del más pulcro y claro hielo como techo, lugar que apenas era iluminado por los rayos de la luna que lograban filtrarse hasta el interior.

- Esto no me gusta nada, está demasiado tranquilo | ... [sutil sonido de canto] ¿Qué fue eso? | ¿Ah? | ¿que no... lo... escuchaste? | lo mejor será no bajar la guardia...-, caminando con sigilo a través de la amplia y vacía habitación, Cassandra expresó su desconfianza ante la situación tan inerte en la se encontraban, cuando de entre su silencio la Northuldra alcanzó a escuchar un fino y melodioso canto de fondo que logró a llamar su atención, pero al ver que su aliada no se había percatado, la joven de cabello castaño guardó silencio por un instante algo confundida por lo que estaba segura había escuchado y que de algún modo sabía no era amenazante; pero tal y como su aliada le decía, no había tiempo para confiarse.

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