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Chase Sallow es el maestro de hacer alboroto y luego arrepentirse. No pensé que pasaría mucho tiempo antes de que volviera con alguna excusa para librarse de algún problema, pero no lo hizo, y el único hecho de no tener a mi hermano a la vista y que afuera el mundo se esté congelando hacía que mis órganos se retorciesen.
La inseguridad que sentía era notoria. No sabría cómo explicar con palabras lo inquieto que me sentía. La forma en la que mis piernas se agitaban sin control bajo la mesa y como no podía dejar de pestañear rápido, eso, más el sentimiento de que todos murmuraban y me miraban, era abrumador.
—No me gusta esto... —le dije a Noémie. Ella me dio una sonrisa consoladora y se cambió de lugar para sentarse a mi lado.
—Chase está loco, pero sabe cuidarse. No le pasará nada —ella en serio estaba esforzándose en despreocuparme, pero no lo lograría—Despreocúpate, estará bien.
Chase es un niño como todos aquí. No sabe cuidarse ni de su propia sombra.
Y el problema está en que ella estaba equivocada. Podría estar pasando de todo y no sé si mi capacidad de estar sin Chase sea duradera.
Chase está loco, pero peor soy yo que dependo de él.
La maestra no se atrevió a dejarnos solos, así que sólo llamó a la dirección y les avisó cuantos alumnos se habían ido. Si las consecuencias llegan a ser muy graves, Chase estará en un enorme peligro al llegar a casa. Literalmente, estuve a punto de ponerme a rezar o pedirle permiso a la profesora para que me permitiera ir a buscar a mi hermano y evitar una catástrofe con mi papá, pero no pude hacer ni una ni la otra porque no sabía como empezar.
—¿Tienes hambre Cris? —levanté la cabeza hacia Trip cuando me habló, lo vi rebuscando en su mochila y sacó un pequeño envase de yogurt y una cuchara de plástico—, anda, cómetelo.
—Ah... este... no quiero, aún es muy temprano. —le traté de explicar, negándome.
—Es ligero, y es de fresa. Te prometo que te va a gustar. —me lo volvió a ofrecer y como sentí que Noémie estaba mirándome, entonces no me quise poner a discutir con Trip y tomé el yogurt para comerlo.
—¿Y ustedes no comerán nada? —les pregunté y de inmediato mi amiga pelinegra buscó su mochila.
—Yo ya me comí un sándwich, así que estoy bien. —me responde Trip con un tono despreocupado, rebuscando algo más en su mochila.
—Yo tengo frutas... iugh —me reí cuando Noémie sacó una manzana y una cantina con uvas— ¡No me gustan ninguna de estas dos cosas!
Trip se puso a reír y no pude evitarlo hacer también, él tiene una risa contagiosa. Noémie nos dio una mala mirada a los dos, pero las risas no frenaron.
—Idiotas. —refunfuñó mirándonos con desprecio, como si fuéramos la manzana que tenía en la mano.
Pasó un rato largo. Desayunamos y jugamos varios juegos en el celular de Noémie. Y todo ese tiempo estuve tratando de no preocuparme por Chase. Él no es tonto, no saldría de aquí con una tormenta afuera.
Hablando de esta, era muy fuerte. La energía se había ido, pero volvió poco tiempo después. No había nadie en la calle y todo marchaba con normalidad.
—¡Woow, casi lo olvido! —exclamó Noémie de pronto, cosa que me hizo asustarme.
Ella se dobló en su sitio para rebuscar en su mochila. Trip se le quedó viendo con curiosidad y yo quería ver que era lo que ella tanto buscaba, hasta que finalmente sacó una cajita marrón que tenía un lazo verde.
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El Puente de los Suicidios [REESCRIBIENDO]
Genç KurguCuando en la noche sus corazones quieren estallar. Cuando más necesitaron la compañía de la muerte, se hablaba de un puente alejado de la ciudad, solitario, silencioso y completamente suicida, en donde pueden refugiarse de los abusos y soñar, con la...