[TW: en este capítulo habrán menciones muy explícitas al 4bus0 s3xu4l. Si eres sensible a este tema que ya de por sí es bastante fuerte, te recomiendo pasar al capítulo 13 que será un poco más suave ya que por esto mismo hice estas actualizaciones en conjunto. Cuídense y cuiden su salud.
Atte: Watermelon🤍]Chase Sallow
17 de agosto 2016, 15 años
Gritaba por ayuda. Nadie respondía. Solo estaba yo solo en una gran habitación negra. No había aire, estaba sudando, me daba asco, todo era inquietante.
Las paredes que me encerraban se convirtieron en espejos inmensos en los que podía verme a la perfección, pero yo no era perfecto. Círculos rojos empezaban a dibujarse en los espejos. Encerraban mis brazos, mis piernas, mi vientre, en otros mi nariz, mis mejillas, mis dientes, mi boca. Fomentando la dismorfia en mí, marcando todo lo que está mal en mí.
Sentí algo en mi boca y cuando lo escupí, concluyó en ser un diente; y así siguieron, diente tras diente, se me caían todos y no sabía que hacer o como pararlo.
En todo este tiempo, estuve paralizado. No podía mover mi cuerpo más allá de las rodillas. Algo me impedía escuchar o cerrar mis ojos, y todo lo que pude sentir fue miedo.
Brazos negros, como el suelo, comenzaron a brotar de todas partes, incluso desde los espejos, rompiéndolos y el cristal cayendo desparramado. Se dirigían hacia mí, comenzaban a atraparme y a tocarme por todos lados. Traté de gritar, aún no podía moverme.
Los brazos estaban rasguñándome, golpeándome, pellizcando y apretando mi piel muy fuerte. Quería llorar y gritar, pero nada salió de mí...
Las pesadillas aumentaron. Todos los días una tras otra, a veces eran las mismas, otras eran tan horribles como para recordarlas. No sabía cómo hacer que pararan, no me dejaban dormir.
Alcancé mi toalla y limpié mi cara luego de lavarla. Me había levantado sudado y necesitaba un baño urgente por lo mugriento que me sentía.
Volví a mi cuarto para cambiarme y después salir al pasillo, porque escuché las voces de mis padres, y fui lo más silencioso que pude mientas me desplazaba por el pasillo. Quería escuchar que era lo que salía de sus bocas.
Cuando caminé, descalzo y con ropa liviana, pude escuchar sus voces más claras. Mencionaron algo sobre Noémie y Cristian, así que me apresuraría a saber de qué se trataba.
—¿Qué pasaría con ellos? —preguntó Marilia, su voz se oía angustiada—, son solo niños... ten un poco de compasión, por favor, te lo suplico... solo son niños.
—Me sorprende que aún no sepas cuánto me importa eso —declaró John con ese frío tono—. Y a ti tampoco debería importarte. Ni siquiera son tus verdaderos hijos.
Fruncí el ceño ante esa extraña charla. No me dio tiempo en pensar nada porque decidí bajar las escaleras para hacer notar mi presencia aquí. Mi padre me echó una mirada de pies a cabeza antes de rodar sus ojos.
—La señora Kim me llamó —habló John—, el funeral de Noémie ya empezó y se extrañó de que no estuviéramos allá.
—¿Iremos? —pregunté, sosteniéndome del pasa manos de la escalera. Él asintió con un mohín en su cara—. ¿Y qué hay de Cristian?
—Se quiso matar, ¿no? Que se lo pierda.
—John... —intervino Marilia, sonando severa.
—¿Qué? —río sarcástico—, ¿no fue así?
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El Puente de los Suicidios [REESCRIBIENDO]
Genç KurguCuando en la noche sus corazones quieren estallar. Cuando más necesitaron la compañía de la muerte, se hablaba de un puente alejado de la ciudad, solitario, silencioso y completamente suicida, en donde pueden refugiarse de los abusos y soñar, con la...