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【Sueños】

Eran tan solo unos días antes del 9 de Julio, y como era tradición todas las provincias estaban en Capital para poder celebrar el cumpleaños de su padre. Esa noche los sueños no la dejaban dormir, despertando cada vez que aquellas imágenes inundaban su mente. A veces sólo eran fragmentos, un paisaje a lo lejos, sus ríos o sus montes; otras eran grandes escenas, gente que no recordaba pero que la llamaban de forma extraña.

Pensó que quizás, algo de aire fresco la ayudaría a despejar su mente y silenciosamente dejó la habitación que compartía para dirigirse a la terraza de la casa, y allí se encontró con alguien más.

-¿Qué haces fumando? - preguntó, algo indignada y preocupada por su hermano sureño. Jamás lo había visto fumar antes - Papá se enojara si se entera. ¿Y de dónde los sacaste siquiera? -.

Neuquén simplemente la miró con una sonrisa, le pidió que bajara la voz, no vaya a ser que despertara a alguien más, y la invitó a que pasara, cerrando detrás la puerta.

-Tranqui, che. Papá no puede decir nada porque él también lo hace, y no es como si el tabaco realmente nos afectara - respondió tranquilo, encogiéndose de hombros.

La formoseña lo miró con el cejo fruncido, cruzándose de brazos y él sólo suspiró, dándole una última calada antes de apagar la colilla del cigarro en el barandal.

-Listo ¿contenta? - la chica asintió con una sonrisa y finalmente se acercó, poniéndose a su lado - Tampoco es algo que hago todo el tiempo - murmuró más a la ciudad en frente de ellos que a su hermana, y Formosa no se animó a preguntarle el motivo por el cual lo hacía.

El silencio tomó forma entre ambas provincias pero no de forma incómoda, sino como la calma que al parecer había estado eludiendolos a ambos esa noche.

-Y ¿qué haces despierta tan tarde? - preguntó finalmente el chico, rompiendo con el silencio.

Formosa no pudo darle una respuesta inmediata, su mente regresando a los recuerdos de sus más recientes sueños. En cambio, decidió devolverle la pregunta.

-Neu... ¿a veces sueñas... con el pasado? - su acompañante la miró con cara de no entender - Es sólo... A veces, sueño con mis tierras pero no como están ahora, sino como antes. Mucho, mucho antes. Antes de ser Formosa... Yo creo que era alguien más. Tenía otro nombre, diferentes nombres, no era una sola... -.

Neuquén apartó su mirada de ella, pero Formosa pudo notar como sus hombros se volvían tiesos y sus manos se cerraban en puños.

-¿Neu? ¿Vos también soñas con eso? - volvió a preguntar, insistiendo algo desesperada, en saber que no era la única. - ¿Vos también recordás...

-Formosa - la llamó, interrumpiendola, y el tono de su voz logró callarla por completo.

El más alto volvió a sacar otro cigarrillo y se lo llevó a la boca sin decir nada más. Sus manos buscaron el encendedor pero éstas estaban temblando y le tomó más de un intento poder encender finalmente el cigarrillo.

No fue hasta después que dio su primera calada que volvió a hablar.

-A veces es mejor olvidar - fue lo que dijo, sin volver a dirigirle la mirada.

En su momento, Formosa no entendió lo que quiso decir pero no se atrevió a seguir preguntando. Y dejaron que el silencio volviera a caer sobre ellos por el resto de la noche.

No fue hasta unas semanas después, estando de regreso en sus tierras, que la primera pesadilla apareció.

Su hogar... su gente...

Y creyó entender ahí porque su hermano fumaba algunas noches.




Todos los países y provincias/estados que han sido colonizados a veces pueden llegar a soñar con recuerdos de sus antiguas vidas siendo parte de los territorios aborígenes. 

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Formosa, la argenta medio paraguayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora