~ 16.5 ~

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【La Charla】

La habitación de la formoseña estaba en silencio, ambos, provincia y departamento, no sabían qué decirse por el momento. Formosa había llorado por la noticia de la reciente relación de su ex -pareja? amor? amante?, ni ella sabía - con la capital colombiana y luego de que pudo calmarse lo suficiente, su amigo no dejó de presionar hasta obtener una explicación de porqué se había puesto así. Y ahora, se había creado un silencio que la chica no sabía cómo romper.

-Che reindy... - murmuró el paraguayo aún mirando a la nada con un semblante inexpresivo.

La argentina se mordió el labio, abrazando una almohada contra su pecho. Tenía miedo de lo que su mejor amigo fuera a decir.

-Nde aña rako peguare.. -

-Ñee! -

-Bueno pe'! Me acaban de traumar, y ni siquiera sé si debo estar enojado contigo por acostarte con mi hermana o con mi hermana por haberte lastimado - respondió el chico bastante alterado y lanzando las manos al aire, como pidiendo clemencia a Diosito.

-Ay... - se quejó, escondiendo el rostro en la almohada y sintiendo ganas de llorar nuevamente. Lo único que faltaba...

-Que añamemby... - lo escuchó suspirar y pudo sentir un par de brazos que la rodeaban, dejando la almohada de lado para esconderse en el pecho de su amigo, devolviéndole el abrazo - Ya, ya chamiga... No te me vayas a largar a llorar otra vez -.

- Lo siento - dijo ella, tratando con fuerzas de no soltar más lágrimas pero aún estaba algo sensible con toda la situación.

El silencio volvió a reinar entre los dos pero ya no tan incómodo como antes, el mayor se dedicó a dejarle caricias en el cabello logrando así terminar de calmarla y relajarla.

-Bueno, creo que no queda otra cosa más que hacer, cambiate que salimos - dijo de repente Ñeembucú, apartándola de él para levantarse de la cama donde estaban.

-¿Eh? -.

-Ya me escuchaste - le volvió a responder, buscando su celular y comenzando a mandar varios mensajes. Formosa aún no entendía y se lo quedó mirando confundida, y ante esto el chico suspiró, rodando los ojos - Mosa, soy tu mejor amigo y te acaban de romper el corazón, así que mi deber es animarte. Y para eso vamos a salir esta noche a bailar y beber hasta que ya no te acuerdes de mi hermana ¿sí? -.

La chica se quedó mirándolo boquiabierta y dudo si esa era la mejor opción en ese momento pero la expresión de su amigo le dijo que no iba a haber lugar para discusión sobre el asunto. Por lo que no le quedó de otra que aceptar.

-Voy a llamar al resto de la banda, probablemente Mérida insista en que vayamos a bailar salsa... - comenzó a decir más para él mientras volvía con su celular, saliendo de la habitación.

Formosa no pudo evitar reír, sacudiendo la cabeza mientras la voz del paraguayo se perdía por la casa. A pesar de que aún tenía esa sensación de pesadez en su pecho, ya no era tan insoportable como hace unos minutos y no por primera vez, la chica agradecía tener el amigo que tenía.

Tomando fuerzas, se levantó de la cama y fue en dirección a su armario, comenzando a pensar que usaría esa noche para la joda. 

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Formosa, la argenta medio paraguayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora