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【Padre e Hija】

El país soltó un suspiro cansado, once horas de vuelo hacían bosta a cualquiera y no importaba cuantas veces lo hiciera, volar siempre lo dejaba exhausto. Especialmente si volvía de una reunión.

Sacó las llaves de su casa, pensando que no encontraría a nadie ya que apenas eran las once de la mañana y Buenos Aires se encontraría aún ocupado en la casa Rosada, al igual que CABA. Sin embargo, grande fue su sorpresa al entrar y encontrarse con una de sus hijas en la sala mirando las noticias y tomando mate como si no hubiera apuro alguno en la vida.

-¿Formosa? -.

-¡Viejo! - la chica se levantó con una gran sonrisa y fue a abrazar al mayor, saludándolo con dos besos como siempre.

Argentina, después de haber estado tres días en las frías y ariscas tierras inglesas, aceptó la demostración de cariño con gusto. Si había algo que extrañaba cada vez que viajaba era la calidez que caracterizaba a su gente.

-No sabía que estabas de visita - dijo el país finalmente cuando se separaron.

-Eh sí, me vine anteayer justo. No tenía idea de que no estabas, de haberlo sabido me hubiera ahorrado el tener que fumarme a Baires y a CABA sola - respondió rodando los ojos molesta.

-Ya ustedes de nuevo peleando -.

-Vos sabés que no es mi culpa - se quejó apartando la mirada, con una mezcla entre indignación y desesperación. Y sí, Argentina lo sabía. Pero antes de que pudiera decir algo, su hija lo agarró del brazo y lo llevó al sofá - Debes estar re cansado, ¿querés unos mates? Iba a ponerme a cocinar dentro de un rato pero puedo hacerte algo rapidito si tenés hambre ya -.

-Nah, tranqui. Unos mates están bien - le aseguró, tomando asiento a su lado y aceptó gustoso el mate, disfrutando de nuevo de su vicio que tanto le había hecho falta.

-¿Y? ¿Cómo te fue con el señorito inglés? - preguntó la provincia, luego de que le devolvió el mate. Argentina suspiró exhausto y se echó contra el respaldo del sofá.

-Tan bien como se puede esperar, supongo... Los acuerdos económicos parecen prometedores y ayudarían bastante a la economía interna -.

-Si es que nuestros políticos no nos cagan -.

-Exacto -.

Ambos se miraron unos segundos comunicándose silenciosamente y casi al mismo tiempo suspiraron. Quizás era mucho desear.

-Bueno, esa es una buena noticia al menos - dijo la provincia, tratando de mantenerse positiva mientras le cebaba otro mate - ¿Pudiste ver a las chicas? -.

-Sí, salimos a cenar todos una noche - sonrío tomando un sorbo antes de reírse al recordar algo de aquella noche - ¿Quién fue el boludo que le enseñó a Soledad a putear en español? UK ya no sabe cómo hacerle para que no comience a putear al Primer Ministro cada vez que se ven - para eso Formosa ya había estallado en carcajadas.

-¡No me jodas! -.

-¡Te juro! Y el otro idiota ni se enteraría de que lo están puteando si no fuera porque Malvinas se tienta y no puede evitar cagarse de risa- sigue también riendo al recordar la anecdota que le relató el inglés, que lejos de estar ofendido parecía también aguantarse la risa esa noche.

-Pues no me sorprende, Sole sigue re caliente con todo el tema del Brexit y yo en su lugar también lo putearía - le responde ya más calmada pero aún soltando pequeñas risitas - Y no estoy segura, pero apostaría que fue Córdoba o CABA -.

-Mmm... se supone que debería regañarlos por eso - dijo Argentina, cruzándose de brazos y tratando de poner una cara de seriedad, pero su hija no parecía creerle ni por un segundo.

Formosa, la argenta medio paraguayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora