Formosa, la argenta medio paraguaya

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【Alemania】

No es secreto que Argentina ayudó a muchos alemanes luego de la segunda guerra mundial. E incluso antes de que ésta terminara, mantenía una particular relación con el Tercer Reich. Algunos decían que eran amigos, pero Argentina siempre mantuvo que eran simples conocidos.

Lo que muy pocas personas en verdad saben es que Tercer Reich confiaba lo suficiente en Argentina como para pedirle el gran favor de cuidar a su pequeño hijo en los tiempos en que la guerra lo había puesto en una posición muy peligrosa.

Es así como el pequeño Alemania pasó un par de años en tierras argentinas, escondido del resto del mundo. Para evitar levantar sospecha rotaba de provincia en provincia para que lo cuidaran, aunque los que más estuvieron encargados de él fueron Misiones, Buenos Aires y Río Negro, que manejaban un mejor alemán que el resto.

Formosa no llegó a hacerse cargo mucho del pequeño alemán. Además de haber sido en ese tiempo aún muy joven, se sumaba el hecho de que su manejo del idioma no era el mejor, sólo lo básico. Por esta razón, Argentina siempre se quedaba con ella para ayudarla a cuidar al niño.

Sin embargo, en una ocasión, el país tuvo que atender ciertas cosas de urgencia en la capital y decidió dejar a cargo a la formoseña con el niño. Después de todo, solucionar el asunto iba a tomar sólo tres días y confiaba en que su hija pudiera manejarlo todo en su ausencia.

-¡Formosa! -.

-¿Qué? -.

-¡¿Cómo le vas a decir al chico que si no se duerme el hombre de la bolsa lo va a venir a secuestrar?! -.

-¡El mitaí no quería dormir la siesta! ¡¿Qué querías que hiciera?! -.

-¡Que no lo traumes con historias falsas! -.

-¡Eu, pero el Pombero si existe papá! Le hice un favor -.

-¡Formosa, el pibe tiene pesadillas! -.

-... -.

Argentina no volvió a dejar a Formosa a cargo y el pequeño niño tuvo, por mucho tiempo, miedo de volver a quedarse a solas con la norteña.

La formoseña queda mortificada cada vez que alguien saca el tema hoy en día, pero Alemania le asegura siempre, que recuerda esos hechos con diversión ahora. Después de todo, el tiempo que pasó con el argentino y sus provincias fue uno de los más felices de su infancia.

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