【Estados Mexicanos】
Digamos que cuando Formosa conoció por primera vez a los estados mexicanos, no habían comenzado con el pie derecho.
Argentina había llamado a todas sus provincias para que se quedaran en Capital los días en que el país mexicano y sus estados estarían de visita. La historia oficial era que ambos países deseaban crear mejores lazos políticos y económicos, y aunque Formosa no dudaba de eso, tenía sus sospechas sobre el tipo de relaciones que su padre andaba buscando con el país norteamericano.
De todas formas, no podía negar la importancia de esa reunión, aunque Argentina había insistido que sería una simple charla entre amigos.
Las veintitrés provincias junto con la capital estaban reunidos en el Salón Sur de la Casa Rosada, bien arreglados a insistencia de Buenos Aires, y esperando que llegara su padre con los invitados.
-¿Cómo crees que sean? - preguntó la formoseña al mendocino que se encontraba a su lado en ese momento.
-Ni idea, pero oí que CABA suele pelearse bastante con la capital mexicana... así que no creo que sean tan malos - añadió con una sonrisa al final, logrando hacer reír a la más chica.
La espera no duró mucho más y pronto pudieron escuchar varias voces acercarse por el pasillo. Todas las provincias se pararon y se pusieron juntas cerca de la puerta de entrada, dejando a Buenos Aires y a CABA al frente para recibirlos. La puerta se abrió dejando ver al país del sur acompañado de un gran grupo de personas.
-Bueno, y aquí están mis provincias - dijo Argentina con una gran sonrisa, dejándole el paso para que el resto pudieran pasar.
Treinta y un estados y una capital no tardaron en hacerse notar, vestidos de trajes y saludando con grandes sonrisas. A la formoseña le parecía raro que sólo dos de ellos tuvieran banderas con color, mientras que el resto parecían portar sólo sus escudos.
-Bien chamacos, no se queden allí y saluden - los animó su país y, como si de un hechizo se tratase, todos los estados se acercaron sin pena alguna a interactuar con las provincias.
-No mames jefecito, no nos había dicho que las provincias de su vieja fueran tan bonitas -.
-Están bien pinche hermosos todos -.
"Pues bien caraduras son" pensó cierta formoseña viendo como varios de los estados comenzaban a chamuyarles con sonrisas coquetas. No pudo evitar reír por lo bajo ante las caras de algunos de sus hermanos más tímidos, que no estaban acostumbrados a tanta atención, pero Córdoba y Santiago no tardaron en responder los halagos con otros, encantando fácilmente a los estados norteños.
Ella decidió quedarse algo más al margen, saludando amablemente a los estados que se acercaban a hablarles, aunque estos se notaran más interesados en el mendocino a su lado. Y no es que le sorprendiera realmente, después de todo, su hermano era mucho más interesante que ella.
La joven provincia soltó un pequeño suspiro y miró el grupo donde estaban Chaco y Misiones hablando con otros tres estados mexicanos, quizás podría meterse disimuladamente en la conversación...
-Ah, tú eres la marimacho ¿no? -.
Formosa giró tan rápido la cabeza que creyó que le había sonado algo.
-¿Disculpa? - preguntó incrédulo el mendocino, comenzando a ponerse incómodo por la mirada del otro chico.
-Sí, ya sabes, la que era mujer pero se le cruzaron los cables - dijo aquel estado, riendo como si todo fuera un chiste.
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Formosa, la argenta medio paraguaya
FanfictionBuenas!! Pues acá vengo con este intento de hacer justicia a una provincia de la que no he visto mucho por aquí y que pos' merece su amor también uwu Algunas cosas serán basadas en hechos históricos y reales; otras no tanto, sino mi interpretación d...