Mi Historia Entre Tus Dedos

Cap 88

Joy. - Porque aquí está el niño, jugando, pero aquí está

Ash. - Cierto, perdón -se agachó a la altura del pequeño-      Cielo, feliz primer año, espero siempre cargues contigo esa sonrisa mi amor!     -se acercó a abrazarlo-

Joy. - Que tiernos -sonrió-  Vamos a desayunar amor

Ash. - ¿No has desayunado?

Joy. - No preciosa, te estaba esperando

Ash. - ¿Y él?

Joy. - Él ya desayunó, salió con el hambre de mamá Ash y no se aguantó -rieron ambas-

Ash. - Ya veo, jaja, entonces vamos

NARRADOR

Tras alimentarse, arreglarse y abrigarse, salieron en dirección a aquel lugar que las enamoró. Iban en camino a la casa de Claus, el famoso y acojedor lugar en Alaska.

Esta vez era Ashley quien iba al volante de la mano con Joy quien iba al copiloto.
Su pequeño iba en la parte trasera.
Iban divertidas escuchando música a un nivel alto, pero lo suficiente para escucharse entre voces.

Pasaron un día largo, acompañado de risas y bromas que entre ellas se hacían, su pequeño lucia feliz de ver cada decoración navideña que había, y como no estarlo, si también pasó gran parte del momento entre aquellos juguetes, y era como si tuviese una jugueteria para él solo.
Joy y Ashley disfrutaban verlo tan feliz y sonriente, comieron y siguieron visitando más lugares de ese país que vaya que las enamoró tanto.

Como final para el cumpleaños número 1 de su monito, quisieron hacer algo clásico e ir a un pequeño restaurante con temática antigua, un lugar en donde solían vender las mejores hamburguesas del lugar acompañadas de un buen trago de cerveza clásica.
Al entrar notaron que no había tanta gente como imaginaban, sino, lo normal, eso les pareció excelente ya que Eduardo no tardaba en quedar  para su siesta.
Cenaron y pudieron postre, éste ya solo fue para las cónyuges, ya que el pequeño, había caído completamente dormido en brazos de Ashley.
Joy pidió la cuenta, y al tiempo en que el mesero se retiró su celular comenzó a vibrar;  La alta no alcanzó a ver quien le llamaba, así que notoriamente colocó su cara a seriedad.

Joy solo sonrió nerviosamente, y pidió permiso por educación para levantarse a atender la llamada.
Después de unos minutos, al regresar tenía una y mil preguntas de la mujer que iba con ella, quien aún no quitaba su cara de molestia y la hacía notar sin importar quien le viera.

Joy. - Amor, quita esa cara

Ash. - No tengo otra -dijo seria y con enojo

Joy. - Hey! Tranquila, no me hables así

Ash. - Solo la ignoró evadiendo su vista de ella-

Joy. - Hey! Mírame ¿Por qué el enojo?

Ash. - ¿De verdad preguntas?

Joy. - Al parecer sí. Amor, por favor, hoy no, ya no quiero discutir

Ash. - Pues tu empezaste, ya van días que tienes "llamadas del trabajo" -dijo encarnando ambas cejas y ésta vez penetrando su mirada de rabia sobre la castaña. -

Joy. - Ahh, ya veo por donde va, son celos ¿no es así?

Ash. - Como quieras verlo

Joy - Eran del trabajo Grace! -elevó su voz-   No entiendo porque no confías en mí.

Ash. - Me da miedo perderte, pero creo que no te importa

Joy. - ¿No me importa? ¿Estás en tus días, cielo? -hizo gesto de recuerdo- No amor, no estás en tus días, ¿porque te pones asi?

Ash. - Es eso Tirzah, no mentí, no quiero perderte, y no sé. Ya nos casamos, no quiero que me dejes por otra

Joy. - Estás loca, tendría que estar bien pendeja para dejarte ir, mírate, eres bella en todos los aspectos, no entiendo como alguien te lastimaría -tomó su mano fuertemente- 
Ashley Grace... ¡CARIÑO! Tu mereces a alguien que te quiera, te ame, te cuide y te respete -sonrió enamorada-  Y para eso, estoy, y estaré yo

Ash. - Te amo Joy, de verdad nunca me dejes, no tendría el valor de decir que me dejaste, no quiero

Joy. - Hey, ya es hora de que dejes de pensar que te dejaré! Porque no es así, siempre estaremos juntas, aún en otras vidas, te buscaría y siempre, siempre estaré a tu lado ¿de acuerdo?

Ash. - De acuerdo, lo lamento, a veces me entran pensamientos hirientes

Joy. - Lo sé, desde la adolescencia, pero aquí estoy y estaré preciosa
Mejor, vamos al hotel ¿si? Deben descansar el pequeño y tu.

Ash. - Los tres, amor, perdón de verdad -tomo de la barbilla a Joy y acercó su rostro para darle un suave y tierno beso-

Joy. -sonrió-   Te amo, cielo, dame al niño -extendió sus brazos, tomando al pequeño quien dormía plenamente-

Ash. - Te amo -ambas se colocaron de pie y Ashley se encargó de colocar la cobija sobre el niño en los brazos de Joy-

Joy. - Vamos -aún con una mano libre, tomó a su esposa y salieron unidas de las manos de aquel restaurante, sin importar quien o quienes les vieran-

Tras un largo viaje en auto para llegar al hotel en el que se hospedaban, entraron a su habitación, cambiándose ropaje a algo cómodo para poder pasar bien la noche.

Ambas se recostaron a los lados del pequeño, dándole un beso en la frente deseandole dulces sueños, se sonrieron antes de apagar las luces y tras tomarse de las manos, cerraron sus ojos, cayendo un pesado sueño que cargaban desde días atrás.

JOY

Después de un largo día, de risas, enojos, y alegrías, mi familia y yo quedamos fatigados. Dormimos como rocas, o al menos eso yo sentí, hasta que al amanecer siguiente sonó mi celular, no paraba de vibrar, y eso me molestaba, ya que no creía que fuese el momento de despertar.

Repentinamente abrí los ojos para ver quién llamaba, y oh vaya, traté de componer mi cara cuando vi que eran mensajes de Hanna, mi cuñada.
Mire a mi lado, y note a mi hijo junto a su mamá aún dormidos, quise dejarlos, lo único que me pareció raro fue la posición en que estaban, ni siquiera les podía ver las caras y el pequeño estaba en la orilla de la cama, Ashley lo abrazaba, eso era extraño, ya que él siempre reposa entre nosotras dos. No le di mucha importancia, pues vi que estaba seguro entre los brazos de mi amada.

Bostecé y frote mis ojos, tratando de hacerme despertar, mientras caminaba para abrir la puerta, por más que quería caminar rápido, iba a paso lento, me pesaba el cuerpo.
Algunos pasos más, y llegué, al abrir la puerta me encontré con Hanna quien se caracterizaba por llevar una sonrisa de oreja a oreja, pero esta vez, no era así, tenía la cara de preocupación y sus ojos totalmente húmedos, inmediatamente me angustié

Joy. - Hann, ¿qué ocurre? ¿Porque esa cara?

Hann. - Perdón Joy, no pude venir sola, lo siento tanto -quitó sus manos de su abdomen, mostrando una gran marca de color rojo profundo, sobre la tela de la ropa que portaba- 

Joy. -asustada- ¿Que? ¿Qué es ésto? ¿Quién te hizo ésto? ¿Cómo que sola?

X. - Mi amor, ¿me extrañaste? -sonrío muy placidamente

Joy. - Miró que en una mano cargaba una cuchilla, y la otra mano se encontraba totalmente sangrada- ¿Juliana? ¿Que haces aquí? ¿QUÉ HAS HECHO ? ¿Qué le hiciste a Hanna?    -al decir eso, la rubia se dejó desvanecer sobre el piso, Joy de inmediato rodeó su cuerpo e intentó cargarla sabiendo que sola, le resultaría imposible, simplemente se dedicó a llorar observando como la otra mujer se metía con rapidez a la habitación en donde se encontraban dormidos los dos motores de su vida-
¡PORFAVOR, NO!   -se desgarró gritando y notando que sus piernas no le respondían-

Ig. feertorreess
Ig. joyleyoficial