La forma en la que hablan, caminan, responden, comen. Las escuelas a las que asistirán por el resto de sus vidas.
Su forma de vestir, su "gusto" en los deportes, su incesante manía por ser los mejores aunque eso signifique dejar de respirar.
Esa es...
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El camino es silencioso, el chofer que me ha recogido no dice nada más que un saludo cordial cuando entro a la parte trasera, después de eso es solo una constante donde yo miro a través de la ventana para enfocarme en algo mientras termina el recorrido.
Una vez que llegamos ante un sendero lleno de arboledas altas y flores perfectamente alineadas para decorar, es que el auto se detiene. Un muro de piedra de aproximadamente 3 metros se alza ante mis ojos, veo como el chofer deja mis cosas en una base mientras personas revisan el contenido que hay a través de unas bandas que he visto solo en el aeropuerto. Me sorprende solo un poco, pues la majestuosidad del muro aún está nublando mis expectativas del lugar, así que cuando una mujer me da la bienvenida y me otorga un carnet de admisión, yo aun no entiendo todo lo que está pasando.
Camino a través de una puerta y luego de otra donde por fin puedo ver el interior del internado.
Una notificación me asusta apenas pongo un pie dentro del castillo, arrastro mi maleta un par de metros antes de llevar mi mano a mi mochila en busca del aparato.
Un mensaje aparece en la pantalla de este, aunque no luce como nada que haya visto antes, un fondo nuevo, de una aplicación que estoy seguro jamás he instalado se muestra en ella.
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La mujer solo asiente hacia mí, sin prestarle atención a mi reacción tras leer el contenido. Quiero preguntarle qué significa cada uno de los iconos que hay y porque la aplicación estaba en mi teléfono cuando yo nunca había instalado nada. Pero eso pasa a esperar pues Soobin llega caminando sereno hacia nosotros.
Saluda tranquilamente a la mujer quien lo recibe de la misma forma y luego de intercambiar unas palabras, ella nos deja solos para que mi amigo continúe con el recorrido.
Suspiro, pues siento que no se me ha tomado en cuenta para nada, como si solo fuera un externo que se pasan de unas manos a otras en cuestión de segundos.
Mi amigo me ve suspirar y noto como bufa a mi cara larga, me toma por los hombros mientras me hace contarle sobre mi despedida con papá y como me había sentado el camino hasta SKY. Él toma una de mis maletas y la arrastra junto conmigo, mientras seguimos caminando a la que supongo será mi nueva habitación.
