Te esperare

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De verdad se contenía. La amaba como nadie, si, era una frase muy dicha, pero era cierta. Los dos se ayudaban mutuamente con sus problemas familiares y por más conflictos y peleas, su amor estaba intacto desde el primer momento. "Vos sos Marizza, no?" "La hija de la diva esta, la vedet". Esa habia sido su primer conversación desde que habia llegado al colegio. Era mucho más que la hija de Sonia. Era mucho mejor. Mientras él recordaba su primer encuentro, ella quería profundizar el beso. Se separó nuevamente y ahora Marizza estaba confundida.

"Qué pasa?" Frunció el ceño y él observó que sus labios se encontraban un poco rojos por el beso. Se rascó la cabeza incomodo.

"Habría que ir despacio me parece"

"Ah" Dijo ella asintiendo. Mierda, se había quedado mal.

"No es que no quiera, es que también estamos en el colegio y no da" Trató de poner una sonrisa para aliviar la tensión y se relajó al verla a ella sonriendo.

"Si, me parece bien" Lo abrazó y apoyo su cabeza en su hombro. "Gracias por esperarme" Él le frotó la espalda.

"De nada pequeña" Le dio un beso en la cabeza y permanecieron un rato en esa posición. "Tengo una idea" Se separó de Marizza y se levantó de la cama. "Ya vuelvo" Salió y dejó a la chica confundida por el repentino cambio de energía. Al cabo de unos minutos, volvió con la guitarra en su mano y unas hojas en la otra.

Ella se sentó más alejada para darle espacio. Pablo revolvió las partituras y las acomodó para poder leerla. Sin decir nada, empezó a tocar una melodía suave.

Por tu amor yo renací
Y eres todo para mi
Hace frio y no te tengo
Y el cielo se ha vuelto gris

Puedo pasar mil años
Soñando que vienes a mi
Porque esta vida no es vida sin ti

Te esperare porque a vivir tu me enseñaste
Te seguiré porque mi mundo quiero darte
Hasta que vuelvas, te esperare
Y hare lo que sea
Por volverte a ver

Quiero entrar en tu silencio y
El tiempo detener
Navegar entre tus besos y junto a ti crecer

Puedo pasar mil años
Soñando que vienes a mi
Porque esta vida no es vida sin ti

Te esperare porque a vivir
Tu me enseñaste
Te seguiré porque mi mundo
Quiero darte

Hasta que vuelvas, te esperare
Y hare lo que sea
Por volverte a ver

Te esperare aunque la espera sea un invierno
Te seguiré aunque el camino sea eterno

Mi corazón no te puede olvidar
Y hare lo que sea
Por volverte a amar

Durante toda la canción, Marizza lo observó con el brazo en la rodilla, viéndolo de costado con una sonrisa. No era cursi, pero le encantaban esos gestos que realmente hacían la diferencia. Se le habia puesto la piel de gallina. Se fijo en las partituras y notó que la canción todavía no tenia nombre. "No se me ocurre" Dijo Pablo leyéndole los pensamientos.

"A mi si" Se dio vuelta y revolvió medio cajón. Sacó un lápiz y apoyando en su propio regazo, escribió algo para luego mostrárselo.

"Me encanta" Su sonrisa apareció y se inclinó para besarla.

"A mi me encantas vos" Susurró contra sus labios y volvió a besarlo. De repente le sacó de las manos su guitarra y se acomodo para tocar algo.

"Sabes?" Le pregunto señalando el instrumento. Como estaba concentrada en las cuerdas, alzó la vista.

"Obvio" Se encogió de hombros haciéndose la superada y él se rió. Con algo de trabas, tocó una pequeña melodía. No era algo muy bien formado, ya que era escrito por ella y segundo porque no sabía tanto como habia dicho hacia unos momentos. Negó con la cabeza divertido al ver que ella se mordía el labio, tratando de no equivocarse. Se acercó a ella y la rodeo por atrás. Colocó sus manos sobre las de ella guiándola. Sus piernas se enredaron y ambos rieron. "Puedo sola, eh"

Tiró su cabeza para atrás para verla bien y sonrió de lado. "Segura?" Ella rodó los ojos y se tragó su orgullo.

"Bueno no" Volvió a acercarse y juntos comenzaron a tocar la melodía anterior.

"No, ahí no" Ella asintió. "Es tuya?"

"Si, pero se me ocurrió eso un día, nada más" Siguiendo las instrucciones de él, volvió a tocarla. Pablo no volvió a su lugar, sino que comenzó a acariciar su pelo y luego su espalda. Dejó de tocar distraída por los mimos que le haca él. Un escalofrió se hizo presente y se sonrojó, como pocas veces.

Al notar como su reacción, sonrió. Le encantaba causar ese efecto en ella sin poder controlarlo. No tenían muchos momentos así, pero le fascinaban. Como no mostraba resistencia o molestia, se animó a bajar un poco más en su columna y un poco por los costados. Marizza suspiró y permitió que continuara. Con un beso en el cuello, sus manos se encontraron en su vientre. La chica se inclinó para atrás para besarlo. Las caricias seguían, pero cada vez descendían más.

"Puedo?" Su voz era ronca, pero lenta. Ella tragó en seco y asintió. Sus bocas se volvieron a unir, mientras que las manos de él desabrochaban el pantalón de Marizza.

"Menos mal que... querías ir lento" Dijo respirando rápido, Pablo se detuvo.

"Si queres..." Ella negó y se acercó desesperadamente a sus labios. Con pudor, el descendió por su zona intima y comenzó a acariciar por debajo de su ropa interior. Era una sensación nueva para Marizza. Si bien ella era virgen, tampoco habia experimentado cosas así, pero le encantaba. Sin separarse de los labios de él, gimió muy suavemente en ellos. Pablo bajo su boca hacia su mandíbula y luego hacia su cuello, sin detenerse con su otra tarea. Ambos respiraban agitadamente y disfrutaban al máximo.



"Estás bien?" Ella miró al costado. <<"Estás bien?">> Esas mismas palabras habian sido pronunciadas por él aquella vez en su cama. "Marizza"

"Qué pasa Luján?" Se encontraba sentada en la ventana de la sala de arte, viendo hacia afuera.

"Te pregunto si estas bien" Repitió con paciencia.

"Si, Por qué?" Ella negó y la acompaño sentándose a su lado. La castaña frunció el ceño dirigiéndose hacia su mejor amiga. "A vos si te pasa algo"

Luján suspiró. "Es... Marcos" Asintió para que continuara. Hacia mucho no hablaba de él, pero esto tampoco le sorprendía. "Me escribió diciéndome que me extraña... Pero no me puede escribir eso, No? Él se fue, él me dejó. No tiene derecho a decirme que quiere estar conmigo"

"Qué le pusiste?"

"Nada, pero no termina ahí. Dice que vuelve, Marizza" Ella chasqueó la lengua y abrazó a Luján que ya estaba llorando.

Pablizza: Asi soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora