El sueño más real

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Se despertó y el celular sonó como loco. Muchos le mandaban mensajes, pero eran números desconocidos. Eran textos y fotos. Esto era un horror. No podía estar pasando. Se levantó de la cama rápidamente y se cambió. No le importaba la hora, su aspecto ni nada más, tenía que encontrar a Pablo. Ahora. No le podía estar haciendo esto, no de nuevo, no después de lo que habían pasado.

Lo encontró en el salón con Guido y Tomás, los tres reían a más no poder. Cuando ingresó voltearon y el rubio se incorporó. “Recibiste los mensajes?” Dijo con tino desafiante y con una sonrisa en la cara.

“Pablo, explicate, por favor” Su voz era inestable, pero tenía que resistir.

“No hay mucho por explicar. Es lo que lees. Me acosté con vos, pero nunca me importaste. Sos tan ingenua, con unas pocas palabras…” Se rió fuerte y volteó para regodearse con sus compañeros. El salón estaba lleno de repente. Estaban Mia, Manuel, Laura y Luján. Ésta última la veía con expresión de te lo dije.

“Caíste tan fácil” Dijo de pronto Tomás y todo el curso rió fuertemente, hasta sus amigos.

“Nunca te quise, te creíste todo de nuevo. Le escribí a todos cuando te dormiste, por eso estaba despierto. No estuviste tan mal para una virgen, eh” Las risas resonaron de nuevo pero parecían interminables.

Estaba toda sudada y temblando. Era el sueño más real que había tenido en toda su vida, y el más doloroso. No es real, no es real, se repetía sin cesar. La habitación estaba vacía, pero a lo lejos las risas hacían eco en su interior. Eso no paso, por suerte, fue un sueño. Nunca le haría eso. La puerta resonó y Mia entró.

“Ey, Estás bien?” Se acercó y Marizza asintió.

“Fue un sueño nada más, una pesadilla más bien” La rubia alzó las cejas pidiéndole que le contara. “Ante noche dormí con Pablo” Ella asintió sin entender el problema. “Lo hicimos, Mia" Ahí captó, pero sonrió.

“Estuvo bien?” La castaña asintió. “Y entonces? Cuál es el problema?”

Marizza suspiró. “Nada, fue solo un mal sueño, lo otro está todo bien, tranquila”

“Está bien. Te venía a buscar porque en un rato tenemos una reunión con las porristas, algunas quieren sacar a Sol del equipo”

Mientras la escuchaba, ella se paraba y buscaba el uniforme. “Hagan lo que quieran, estoy a favor de la mayoría”

“No venis? Sos una de las capitanas"

“ Y vos sos la otra, encargate por favor, es demasiado para las 9 de la mañana:” Su hermana rió. “Tengo que hablar con Pablo, tranquila, nada importante"

“Dale, después nos vemos"

“Chau” Terminó de cambiarse y fue a buscar a su novio a su cuarto. Cuando tocó la puerta, nadie atendió por lo que decidió pasar y se encontró a Pablo cambiándose. “Uy, perdón” Se dio vuelta y rió por lo bajo.

“No pasa nada, tranquila" Se acercó y la besó por detrás. “Hola"

“Hola, quería hablar con vos" Él asintió y comenzó los zapatos mientras la escuchaba. “Quería saber si se lo contaste… a los chicos” No parecía entender. “Lo de la otra vez, lo que hicimos"

“Si, entiendo. No, no se los conté, Vos? A Luján supongo que si" Colocó las manos sobre sus rodillas, viéndola.

“En realidad no, a Mia hace un ratito”

“Queres que se los cuente?” La abrazó por la cintura. Le dio un beso en la frente.

“La verdad hace lo que quieras, no me importa” Lo beso y luego sonrió. “Mientras que no cuentes de más” Ambos rieron y se volvieron a besar, el timbre sonó. “Vamos” Se dio vuelta pero Pablo seguía agarrándola y en el mismo lugar.

“Espera, Segura que no te jode?”

“Nop, total yo también le voy a contar a las chicas” Él asintió y de la mano salieron del cuarto para el aula. En el camino recibieron la noticia de que iba a ser hora libre, ya que Hilda se sentía mal.

“Papá, Hilda está bien?” Dijo Marizza preocupada y su padre le sonrió.

“Si, quedate tranquila, solo le dolía la cabeza” Se sentó en su lugar. Martin había decidido dejarlos hacer lo que quieran mientras estén tranquilos, y sorprendentemente lo estaban.

“Les tengo que contar algo” Les dijo la castaña a Marizza y Laura. “Con Marcos volvimos ayer” Las chicas se sorprendieron bastante, sobre todo Marizza. Pensaba que a Marcos le iba a costar más que lo perdonara. Necesitaba más detalles de la reconciliación. Y su amiga pareció entender su confusión. “Hablamos tranquilos y me explicó todo y después pensé” Suspiró y vio de reojo a Marcos. “No puedo estar enojada con él tanto tiempo, lo amo mucho”

“Me alegro por ustedes Luján” Dijo sonriente la rubia. Marizza por otro lado, miró a Marcos hablando con Manuel y parecía contento. Luego volteó para ver a Pablo y cruzaron miradas. Él le sonrió. Su amiga merecía ser feliz como ella lo era con su novio.

“Yo también y tengo algo que contarles también”

Pablizza: Asi soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora