Podes confiar en mí

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"Para un poco..." Marizza se alejó de él bruscamente, capaz demasiado. Se había puesto nerviosa y se apartó de Pablo sentándose a su lado sin decir una palabra. Se arregló el pelo que no estaba despeinado, pero algo tenía que hacer para no prestarle atención a la situación.

"Qué pasa?" Pablo frunció el ceño, pero ella no pudo contestar, ya que se abrió la puerta y apareció Luján. Los vio y suspiro aliviada. Marizza se levantó y se sacudió el pantalón, que de nuevo estaba bien.

"Los estaba buscando, Carmen quiere que vuelvan a la clase, ahora" Pablo también se incorporó, pero no tuvo oportunidad de acercarse a Marizza, pues ya había salido del gimnasio rápidamente seguida de su amiga. Miró alrededor y suspiró frustrado. Por qué se había puesto así? Por qué no podía decirle lo que le ocurría en vez de evitarlo? Él también salió de ahí y llegó a la clase 5 minutos después.

"Tienen falta completa Spirito y Bustamante"

"Si, perdón" Pablo se sentó y vio que Marizza miraba para abajo, pensando. Se acercó y le susurró algo, pero al parecer no había escuchado, entonces volvió a probar. "Marizza, Estás bien?" Ésta vez lo logró y ella se dio vuelta.

"Estoy bien" Su voz no sonaba como la de hace rato, era más fría y distante.

"Segura? Algo te paso en el gimnasio" No estaba muy convencido de lo que ella le decía, debido que ni ella se lo creía.

"No me paso nada, Si?" Lo último lo dijo con una sonrisa que lo despreocupó un poco. Asintió y volvieron a la clase, que seguía normal.

...

Se dejó caer en su cama y exhaló exageradamente. Atrás de él aparecieron Guido y Tomás hablando de un tema desconocido para el rubio. "Qué te pasa Pablo?"

No se los podía decir. Marizza quería esperar para decirlo. Pero también necesitaba algún consejo de sus amigos. Necesitaba decirles o preguntarles más bien porque ella no confiaba en él. Si había hecho algo mal. Tendría que estar hablando de esto con ella, pero no era posible sabiendo cómo era Marizza. Estaban en una relación, por lo que implicaba comunicación, cosa que a ambos les faltaba, y mucho.

"Hay alguien... No importa quién, pero no confía en mí para decirme lo que le pasa. Cómo hago para que lo haga?" Sus amigos intercambiaron una mirada y Tomás se sentó en su cama.

"Diciéndole que puede" Pablo frunció el ceño. "Si es una chica, como me imagino, le tenes que decir que estás ahí para ella. Me pasó con Pilar al principio, solo se lo tenes que decir. Varias veces si es necesario"

"Si, o te olvidas de eso, más fácil" Contradijo Café. "Las minas son muy difíciles como para entenderlas todo el tiempo"

"Definitivamente voy a seguir el consejo de Tomás" Sacudió la cabeza y se echó de nuevo en su almohada. "Pero sabe eso. Sabe que puede confiar en mí, no entiendo"

"Mira, lo único que sé, es que a veces a ellas les gusta que les asegure las cosas, por más que ya se lo hayas dicho"

"Gracias, lo voy a hacer" Se levantó y salió de la habitación. Justo en ese momento, al frente, salía Manuel de su cuarto y lo detuvo. "Manuel, Sabes dónde está Marizza?"

"No, Por?"

"Por nada"

"Pasa algo entre ustedes? En el viaje estuvieron muy pegados" Se rio y Pablo lo empujó suavemente.

"Se supone que no te lo puedo decir, pero sí estamos juntos" Abrió los ojos y sonrió. "Si, yo tampoco lo puedo creer, pero bueno, no se lo digas a nadie"

"Una tumba"

...

"Acá estás" Se sentó en frente de ella mientras leía un libro, algo raro en ella.

"Si, Qué pasa?" Se sentía un poco más relajada que en clase, pero se notaba que estaba un poco incomoda. No levantó la mirada del libro y Pablo le tomó las manos, cosa que hizo que lo mire y a su alrededor.

"No importan los demás" La atajó antes de que protestara por el afecto en público que le había hecho. "Nadie está viendo. Sólo quiero que sepas que podes confiar en mí y que me podes contar lo que sea.

Por qué le estaba diciendo eso? Sabía por qué, pero no lo quería hablar y menos en la biblioteca, rodeada de personas. "Ya sé eso, Por qué me lo decís?" Mintió.

"Por nada, solo quiero que se te grabe" Ella asintió con una media sonrisa y volvió a su lectura. "Qué lees?"

"Un libro" Dijo medio obvia.

"Si, ya sé, pero nunca lees vos" Marizza le lanzó una mirada que no supo descifrar y suspiró.

"Un libro que Laura me dijo que leyera"

"Después querés hacer algo?"

"No, no puedo, tengo que ir a la casa de mi mamá porque quiere algo, no sé" Marizza se acomodó el pelo.

"Te acompaño" Insistió.

"Bueno" Le sonó el celular y se fue a atender. De nuevo lo había esquivado. Estaba claro que se lo había dicho para que le contara, pero dejó de insistir y para cuando ella volvió a la mesa, él ya no estaba. Por qué sentía que algo pasaba? Eso había sido raro, pero dejó de pensar en eso y continuó leyendo.

Pablizza: Asi soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora