Arreglando las cosas

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Marizza y Pablo llegaron a la casa de Sonia. Estaban en la puerta. La chica suspiró y relajó los músculos antes de tocar la puerta. Tenía el bolso en una mano y la otra agarrada a la de Pablo. No sabía lo que iba a pasar ahí dentro. Le quería decir un montón de cosas. Tocó con suavidad la puerta y al ratito sintió pasos que se dirigían hacia ella. Les abrió una empleada de la casa y pasaron. Se escuchaban las conversaciones de fondo, y ella los vio en el patio a Franco, Hilda, Sonia y Mia. Ellos no los vieron, por lo que fueron a dejar los bolsos al cuarto de Marizza.

"Estás nerviosa?" Le preguntó Pablo y ella negó rápidamente.

"Bueno, capaz un poco" Su novio se acercó a ella y le agarró la cara para que lo viera.

"Sólo escuchala y después ves que le decis, Si? Tranquila" Ella asintió y se basaron tranquilamente, con todo el tiempo del mundo. Luego se acercaron hacia el patio y recién ahí fueron vistos por los demás. Sonia alzó las cejas al ver a Pablo ahí.

"Pablito, Qué haces acá?" Preguntó con una sonrisa la mujer y él le iba a contestar, pero Marizza se le adelantó.

"Yo le pedí que viniera" Su madre asintió y no dijo nada más. Ambos se sentaron y el silencio se hizo presente. La chica jugaba con sus manos por hacer algo, cuando de pronto Franco carraspeó para llamar la atención de todos.

"Bueno, las llamamos a ambas para poder arreglar los temas que estan separando a esta familia" Comenzó Franco, pero fue interrumpido rápidamente.

"Personalmente, yo no sé que hago acá todavía. Todo bien con Marizza y con Sonia, pero yo no hice nada" Dijo Mia y miró a su papá en busca de una respuesta.

"Nadie hizo nada solo..." Fue nuevamente interrumpido, pero no por su hija precisamente.

"Te parece que esconderme que Spirito no es mi viejo, Es no hacer nada?" Soltó Marizza y Pablo le agarró la mano, dirigiéndole una mirada para que respira y haga lo que le había recomendado él. Ella asintió y suspiró. "Y bueno, habla, dale" Esa vez se dirigió a su mamá, que observaba todo con mucha atención.

"Bueno, está bien, te lo voy a contar todo" Inhaló mucho aire y suspiró. "Yo a tu padre, Andrade, lo conocí un día en las montañas. Me caía super bien, pero sólo fue algo de una noche. Luego viajé y conocí a Spirito, pero no sabía que estaba embarazada. Me casé con él, pensando que era tu papá, pero no era así. El resto ya lo sabes, yo te críe, pensando siemrpe que era Spirito tu padre, en serio Marizza, yo no lo sabía. Hace un mes, Andrade apareció y me lo contó. Me costó al principio creerlo, pero no supe cómo decirte la verdad, lo siento Marizzita" Sonia ya estaba con lágrimas en os ojos cuando termino su relato.

Marizza se puso a pensar todo lo que le había dicho su madre. La entendía por un lado, pero por otro, todavía sentía la ira de que se lo haya ocultado. Una de las cosas que más odiaba de la gente, eran las mentiras. Estaba claro que no la iba a perdonar tan fácilemente.

"Entiendo, pero no va a ser fácil que te perdone" Contestó luego de un rato. Su mamá asintió, algo era algo. "Sigo pensando que me lo tendrías que haber dicho. Lo pudimos haber enfrentados juntas, porque supongo que no es fácil para vos tampoco. No sé en que estabas pensando. Que me iba a ir corriendo? O que me iba a enojar con vos? No sé"

Se levantó de su asiento y fue a sentarse a la hamaca en el fondo del jardín. Necesitaba estar sola y pensar en lo ocurrido recientemente. Necesitaba aire y acomodar las ideas en su cabeza. Inhalaba y exhalaba profundamente, para que el aire entre de lleno en sus pulmones. Después de un rato e estar así, alguien se acercó, pero no quiso abrir los ojos de pensar que podría su mamá.

"Marizza" Suspiró relajada al escuchar a Mia. "Les pregunté a mi papá y Sonia si podemos salir un rato"La castaña abrió los ojos y la miró.

"Gracias, pero no voy a dejar a Pablo, le pedí para que esté conmigo"

"Sabía que ibas a decir eso" Se rió y ella frunció el ceño. Si lo sabía por qué venía a decirle eso? "Manuel viene y pueden irse a algún lado para que estemos solas, si queres, obvio"

Marizza agradeció de tenerla en ese momento. Y de pensar que el año pasado se odiaban, le causaba mucha gracia. No habían tenido un buen comienzo comienzo, pero ahora, con sus padres juntos, aprendieron a llevarse bien y confiar la una a la otra. La banda también ayudo mucho en eso. Se alegraba de que se preocupara por ella, significaba que le importaba. 

"Dale, vamos" Dijo poniendo su mejor cara. No quería salir a decir verdad, quería quedarse ahí toda la tarde, al sol, relajada, pero hizo un esfuerzo por su hermana. Se puso algo más cómodo y salieron a los 10 minutos. Sus padres no se encontraban el salón en ese momento, por lo que no tuvo que despedirse de ninguno de ellos.

Fueron a un shopping y en la entrada estaba Manuel que lo esperaba a Pablo, y juntos se fueron hacia otro lado, acordando con las chicas que en unas horas se reunirian en ese mismo lugar para volver. Mia comró algunas cosas y Marizza sólo se le limitó a seguirla con buena cara.


Cuando ya estaban en la casa, la cena estaba casi lista, por lo que se sentaron en la mesa. A Marizza le llegó un mensaje su papá y lo revisó rápido antes que le dijeran algo y volvió a comer. Pensó en lo que Martin le había dicho y esperó a que terminen la conversación para poder hablar con su mamá. 

"Estuve pensando y... le pregunté a mi papá si me podía ir a vivir con él unos días y me dijo que si, asi que... mañana voy" Miró a los presentes. Sonia estaba con el ceño fruncido y sin entender lo que estaba diciendo. Franco la miraba preocupado, esperando su reacción. En cambio, Pablo parecía confundido y también enojado. 

¿Por qué no se lo había dicho? No le gustaba que le ocultara cosas. No era una decisión que se tomaba de un día para el otro y conociendo a Marizza, sabía que la había estado pensando varios días. Mia, por otro lado, estaba con una sonrisa. Se alegraba mucho por ella y que tenga tan buena relación con su padre.

"Me parece genial Marizza, me alegro por vos, en serio" La felicitó su hermana, salvándola un poco del silencio incómodo que se había formado. Ella le devolvió la sonrisa en forma de agradecimiento.

"A mi no me parece bien" Contradijo su madre. Sonia ahora también lucía molesta y no lo disimulaba para nada. "No te puedes ir así como así, Marizza"

"Si, si puedo. Es mi papá y quiero pasar más que un día con él" No quería comenzar una discusión, pero su mamá no se la ponía fácil.

"Me tienes que pedir permiso y yo no te lo doy" 

"Pero por qué? Son unos días nada más, es sólo para pasar tiempo con él, Te molesta que lo haga?" Se paró ya elevando la voz. Todos observaban callados y veían a una y luego a la otra.

"No, no me molesta, pero..."

"Voy a ir igual, te guste o no. No te estaba preguntando, te estaba informando"

"Marizza..." Le advirtió ella también parándose de la silla y enfrentándola, cada vez era más tensa la situación.

"Marizza los pomelos! No me podes prohibir hacerlo, no estás en condiciones de nada!"

"Soy tu madre" Dijo muy claro y fuerte.

"Y Martín es mi papá! Sabes qué? No sé hasta cuando me voy, capaz me quede indefinidamente" Salió disparada de ahí y se dirigió a su cuarto, dando un portazo.

Pablizza: Asi soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora