Martin Andrade

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"Cómo decías que se llamaba?" Le preguntó Luján a Marizza que estaba sentada en su cama, pensando.

"Martin Andrade" Agarró uno de sus peluches y comenzó a jugar con él distraída. Toda esa semana se había dado el lujo de faltar a las clases que quería y sin problemas. Franco hablo y la autorizó a hacerlo junto a Sonia y Dunoff aceptó. Luján la acompañaba en los recreos y hasta a veces iban al bar. Laura iba menos, ya que estaba muy ocupada estudiando y la veía al acabar el día. Mia, sin suerte, le daba lo que hacían durante las clases, pero Marizza no copiaba nada, sólo le pedía que le cuente si había bardos o problemas. Pero sobre todo, estaba mejor que hace una semana cuando recibió la noticia.

Pablo la visitaba más que nadie. En recreos, faltaba a clases e incluso días y estaba con ella. La hacia salir y comer juntos afuera del colegio. La contenía a todas horas. Y eso lo apreciaba mucho. Nadie estaba como él. Si no lo hubiera tenido a su lado, no habría salido ni hubiera tenido buen humor. Habría estado mucho peor de lo que se encontraba en ese momento, con él acompañándola.

"Pablo, espera" Lo detuvo. Estaba saliendo de su cuarto y se dirigía a la clase de Hilda. Ese día habían estado juntos y ahora tenía que asistir por lo menos a laguna clase, ya que tenía demasiadas faltas.

"Voy a llegar tarde, Qué pasa?"

"Gracias, por cuidarme y estar conmigo. Es muy importante para mi" Le sonrió y se acercó para volver a besarla.

"De nada, haría cualquier cosa por vos, pequeña" Ella se sonrojó al escuchar ese apodo. Le había puesto varios. Como chiquita y nena, aunque el último no le gustaba mucho.

"Ey, que seas más alto que yo no significa que me puedas llamar así" Él sonrió y la volvió a besar. "Chau"

"Chau" Salió del cuarto y ella se acostó en su almohada con una sonrisa. Realmente le hacía bien, pero seguía teniendo esas inseguridades que la perseguían y no la dejaban ser totalmente feliz.

Le llegó un mensaje y rápidamente lo tomó, pensando que sería Pablo. Pero no era así. Era de Sonia. No habían hablado desde la discusión en la cocina. Había respetado su espacio, pero ahora le escribía. Se levantó y se cambió para salir de la habitación. No se encontró con nadie en el pasillo, pues estaban todos en clase y hacia allí se dirigió. Estaban con Hilda. Suspiró y entró al salón. Todos la vieron con sorpresa, sobre todo Mia, Luján y Pablo.

"Buenos días profesora, llaman a Bustamante a dirección"

"Vayan, vayan" Pablo se levantó extrañado. Sabía que no era verdad, pero salió igual. Marizza tenía cara asustada y preocupada, lo cual lo asustó a él también.

"Qué pasa? Todo bien?" Ella se abalanzó sobre sus brazos, en los que había estado hace 20 minutos en su cama. "Ey..."

"Mi vieja me mandó un mensaje para decirme que mi... Andrade quiere juntarse conmigo para, no sé, conocerme" Él se sorprendió y se separó para verle la cara. Avanzaron hasta sentarse en la ventana del salón de arte y ahí se relajaron un poco, ambos.

"Cómo te sentís?" Le acarició la mejilla y le limpió una lágrima que le caía.

"No sé qué hacer. Es todo muy confuso. Por un lado quiero hacerlo, pero por el otro me da mucho miedo... O bueno no sé si miedo, pero estoy nerviosa"

"No estás obligada a hacerlo si no queres, todo esto es muy reciente" La abrazó y ella le besó la mejilla.

"Voy a ir"

"Segura?" Marizza asintió y dándole un beso se fue hacia el lugar donde se iban a reunir.

Pablizza: Asi soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora