Deberías temerme || Sprousehart.

Capítulo diecisiete

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Al otro día, una alarma resonó en la habitación de la rubia, provocando que esta se despierte.

Al ver a Cole dormido a su lado, su corazón por un segundo dejó de latir, rápidamente vió bajo las sábanas y ahí estaba su pijama, dónde debía estar, en su cuerpo. Suspiró aliviada, al recordar que la noche anterior el chico se había quedado a dormir luego de ver películas.

—Despierta dormilón— dijo sacudiéndolo suavemente.

—Hola hermosa— saludó con su voz ronca y apenas abriendo sus ojos.

—Esto se siente raro— rió.

—¿Por qué?— preguntó el chico acomodándose para verla mejor.

—Es la primera vez que dormimos juntos sin haber tenido sexo la noche anterior— dijo divertida.

—Es la segunda vez en realidad, pero si quieres lo solucionamos ahora— dijo divertido.

—Cállate bobo— dijo divertida mientras le aventaba un cojín— iré a ducharme, para cuando salga del baño no te quiero ver aún ahí recostado— dijo mientras salía de la cama.

—Okey preciosa— dijo este con su voz aún ronca.

—Basta— volteó a verlo divertida.

—¿Basta de qué?— preguntó haciéndose el desentendido.

—De coquetear y menos cuando recién te despiertas.

—¿Por qué?

—Haces que me den ganas de cojerte ahí mismo— dijo volteandose otra vez para ir al baño.

—Pues házlo, no te lo prohibiré.

Esta regresó, se sentó a horcadas del chico y acercó su rostro al de él.

—En tus sueños Sprouse— susurró cerca de sus labios.

Este bajó su mirada a los labios de la rubia para besarla, esta sólo se lo siguió, llevó sus manos hasta el trasero de la chica y la atrajo más, entonces esta se separó.

—Se nos hará tarde— dijo mirándolo a los ojos.

—¿Y me dejarás con las ganas?— preguntó divertido.

—Tal vez otro día— se encogió de hombros y salió de encima del chico para encerrarse en el baño.

—Eres mala Reinhart— gritó lo suficientemente alto para que la rubia lo escuchara, esta sólo negó divertida aunque él no pudiera verla.

Cuando ya estaba lista, bajó a desayunar y ahí se encontraban todos esperándola, se sentó al lado de la pelinegra y se dedicaron a comer.

—Hoy haré la prueba para las porristas— contó Cam para romper el silencio, se encontraba de verdad feliz.

—Te irá genial linda— dijo Kj mirándola con una sonrisa.

—Sí amiga, serás la mejor— la apoyó la rubia.

—Nosotros ya estamos en el equipo, pero debemos ver si ingresarán nuevos— explicó el pelirrojo.

—¿Sabes qué?— preguntó Cami tocando el brazo de la rubia para que esta la volteara a ver.

—¿Qué pasó?— preguntó confundida.

—Deberías hacer la prueba conmigo— ofreció divertida, aunque ya habían tenido esa conversación más de mil veces, no perdía nada con volver a intentarlo.