Capítulo treinta y siete

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🖤🖤🖤🖤

—¿Me extrañaste rubia?— preguntó con una sonrisa cínica.

Sebastián Domínguez, el hijo menor, 20 años. Él y Lili solían ser amigos cuando sus familias aún eran aliadas, pero al cumplir los 15 desapareció, se lo dió por muerto y hasta le hicieron un funeral… meses más tarde la hermandad entre los Domínguez y los Reinhart terminó y se volvieron los peores enemigos.

Se notaba que ese chico estaba totalmente desquiciado, tal vez más que Lili, la cual no sabía que carajos había pasado, pero no era momento para preguntar.

—Que agradable sorpresa Sebastián— su oscuridad se apoderó de ella, se puso seria y miró a los guardias— átenlo— ordenó y en segundos este estaba atado a un lado de Martin— okey, acabaré contigo, ya tengo lo que quiero— sin pensarlo dos veces le disparó a Martin.

Miró a todos, Cole solo observaba en silencio como si fuera lo más normal del mundo, la rubia suspiró y miró al morocho.

—Tu amigo si que salpica— dijo haciendo una mueca viendo como su ropa estaba llena de sangre.

—Si que te volviste una psicópata— dijo riendo Sebastián.

—Conversemos Sebastián— se paró frente a él— cuéntame qué pensabas hacer conmigo y porque estamos aquí.

—Pues, asesinaste a mi familia perra— dijo aún sin borrar esa sonrisa.

—Ah sí, lo recuerdo, como olvidar ver a tu madre llorando, rogando por que los dejara vivir— el rostro del chico cambió a una expresión seria.

—¿Por qué te volviste así? ¿Por qué hiciste eso?— preguntó con el ceño fruncido.

—Se llama venganza, tu querido padre asesinó a mi madre y la dejó tirada frente a mi casa, en un charco de sangre— explicó con una mueca de asco— supongo que sabes que no dejo pasar nada por alto y así como ellos sufrieron, tú también lo harás, pero no por esa misma razón.

—No te atreverías— murmuró.

—Claro que me atrevo— sonrió e introdujo su daga en el lado derecho del abdomen del chico, este gritó de dolor— nunca me retes y sí, a mi también me dolió cuando me dispararon. Te metiste con la chica equivocada.

Esta lo golpeó, apuñaló y cortó hasta que el chico estaba casi inconsciente.

—¿Te arrepientes de haber jugado conmigo?— preguntó la rubia levantando su rostro con la punta de su arma.

—En mi puta vida me arrepentiré— murmuró este.

—Mmm, lástima que tu vida se termina ahora.

Esta se levantó y tomó su arma y se paró frente al chico, algo lejos.

—Duérmete niño, duérmete ya, o vendrá el coco y te comerá— cantó la rubia con una sonrisa y disparó.

—Eso fue… aterrador— murmuró el castaño, mientras el pelinegro sonreía levemente.

La rubia se quedó unos segundos en silencio y con los ojos cerrados, pudo sentir como cada músculo de su cuerpo se relajaba, no habían más amenazas, ni preocupaciones, o eso creía ella.

—Esteban— llamó a su amigo.

—¿Sí?

—Diles que se encarguen de limpiar esto y organizar este desastre— lo miró.

—Ya mismo— se levantó de su asiento.

—Yo me iré, llámame cuando ya estés en tu casa y a salvo— pidió y él asintió para irse, esta se acercó a su novio quien la observaba serio, pudo ver que sus ojos habían vuelto a la normalidad-— otra vez te pido disculpas porque hayas tenido que ver todo eso.

—¿Bromeas?— preguntó divertido y se paró para tomar las manos de su novia— te ves súper sexi haciendo eso- dijo y la rubia rió levemente— es mejor que en las películas.

—Sabes que no es un juego ¿Verdad?— preguntó divertida.

—Oh, claro que no— dijo poniéndose serio— esta es la realidad y la mierda en la que voy a vivir por el resto de mi vida— dijo mientras salían de la cabaña.

—Primero, no te burles de mi estilo de vida que ahora también es el tuyo, dos, no es necesario que tú hagas el trabajo sucio para cuidar a tu familia, pero esas son cosas que te explicaré en tu primer día de entrenamiento.

—¿También haces esto cuando vas a clases?— preguntó el azabache.

—No, por lo general solo trabajo en vacaciones, pero este año ha sido un poco agotador— dijo suspirando— Esteban es mi reemplazo, pero hacemos un buen equipo, así que le diré a papá que no lo despida— el chico solo elevó una ceja— no te pongas celoso, es gay— aclaró divertida.

—¿Cómo sabes eso?— preguntó divertido y confundido a la vez.

—Ahora es mi mejor amigo— se encogió de hombros.

—Entonces puedo quedarme tranquilo— dijo y ambos subieron al auto de la rubia.

🖤🖤🖤🖤

Buen día.

Pequeña aclaración (nada necesaria) porque quiero y puedo *pose de diva*
En el capítulo anterior, donde Lili tiene que hacer que Martin hable, en el escrito original, que escribí hace unos meses, ella le lanzaba cuchillas tipo tiro al blanco. Pero mientras lo editaba pensé "no boluda, está Cole ahí, no se puede poner a jugar tiro al blanco con un hombre" así que puse que lo golpeaba para que fuera más leve jajajaja.

Ahora, les voy a pedir si le pueden dar apoyo a la novela (votar y comentar) porque le estoy metiendo un re esfuerzo y siento que es al vicio.
Les quiero ❤️.

Deberías temerme || Sprousehart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora