Capítulo cuarenta

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🖤🖤🖤🖤

Era lunes, 6:30a.m y Lili bajaba a desayunar, por alguna razón, algo le decía que Cole aún estaba dormido. Entonces lo llamó.

(En la llamada)

—Hola— saludó el chico adormilado.

¿Te dormiste?- preguntó Lili, el chico saltó de la cama.

—¿Qué? Claro que no, estoy en camino.

—Es que ya son las 8 Cole, hace una hora que te estoy esperando— trató de ponerse seria.

—Sí, lo sé, es que mamá me necesitaba para algo y me olvidé de avisarte— la rubia luchó por no soltar una carcajada.

—¿Comprobaste que sean las 8?

—Si amor, de verdad lo siento— se lamentó y la rubia rió— ¿De qué te ríes? ¿Qué pasó?

—Cole, amor mío, hazme el mínimo favor de ver la hora— este confundido así lo hizo.

—Me engañaste Reinhart— soltó serio.

—Agradece que te desperté niño— soltó divertida.

—Tendrás un castigo— soltó divertido.

—¿Qué clase de castigo?— preguntó con una sonrisa.

—Ya verás.

—Levántate pervertido, te quiero aquí en media hora.

—Nos vemos nena.

(Fin de la llamada)

Media hora más tarde ambos, caminaban hacia el patio de la gran mansión, más adelante llegaron a un galpón, donde se había entrenado desde pequeña. Se asustó al ver dos figuras paradas al lado de la puerta.

—Parker, Tanner— los miró seria— ¿Me explican que hacen aquí?

—Nuestro trabajo— soltó el morocho obvio.

—Tú aún sigues remplazandome— miró a Esteban incrédula.

—Solo sigo órdenes que me dió tu padre esta mañana— se excusó el chico.

—Está bien— rodó los ojos— entremos.

Abrió la puerta y Cole se sorprendió al ver la cantidad de armas que se hayaban en el lugar.

—Te explico, amor mío.

—¿Estás siendo tierna?— la interrumpió Esteban divertido.

—No es el mejor lugar para que te burles de mí— señaló las armas mientras miraba al chico seria.

—¡Pauline!— la regañó alguien detrás y esta se sobresaltó.

—Te puedo jurar que no hice nada malo— habló mirando a su padre.

—Acabas de amenazar a Esteban— dijo obvio.

—Cosa de todos los días— le restó importancia el joven.

—¿Qué haces aquí papá?

—Vengo a ver como van— se encogió de hombros.

—Ni siquiera empecé a explicarle— señaló al ojiazul que veía divertido la situación.

—Oh bueno, entonces vendré más tarde— dijo el hombre y se fue.

—Ahora sí, ¿Puedo explicar sin que alguien me interrumpa?— preguntó rodando los ojos.

—Claro, señorita Pauline— se burló el pelinegro y esta le mandó una mirada de odio.

—Ignoraré eso— hizo una pausa y comenzó a caminar por el lugar, seguida de los tres chicos— como te dije, no es necesario que seas tú quien se encargue del trabajo sucio, para eso están ellos— señaló a los dos chicos— pero, igual debes recibir el entrenamiento básico, que sería básicamente reflejos y puntería, lo cual no debería ser problema para un mariscal de campo— soltó obvia.

—Genial, ahora ¿Qué debo hacer?

—Bueno…No empezaremos con lo peligroso hoy. Empezaremos con reflejos.

—¿Qué debo hacer?— volvió a preguntar.

—Te lanzará cuchillas y tu debes tomarlas en el aire— soltó Drew y el pelinegro abrió sus ojos.

—No lo asustes— regañó la rubia— eso es más avanzado, ahora solo serán pelotas de ping pong.

—Estos estuvieron entrenando un par de horas, todo era básico.

—Okey amor— habló la rubia— ven por aquí— todos la siguieron y llegaron al sector de puntería— ¿Prefieres cuchillas o tiro?

—¿A caso a eso no lo decides tú?— preguntó confundido.

—Te estoy dando el privilegio de elegir.

—Te recomiendo cuchillas— dijo Esteban.

—Confiaré en él— se encogió de hombros el pelinegro.

—Okey— esta tomó una cuchilla y empezó a explicar— ahora, la tomas por el mango y te concentras, debes sentirte totalmente convencido, porque sinó ante la duda vas a fallar— explicó— la tomas por el mango, apuntas y la lanzas con fuerza— esta lo hizo y el chico abrió sus ojos sorprendido al ver que había dado en el blanco, sin siquiera mirar— házlo tú— le entregó una.

Este la tomó y la lanzó, directo en la frente del dibujo, a la primera, se sintió bien y sus ojos se tornaron un poco oscuros.

—¿En serio justo ahora vas a descubrir tu oscuridad?— susurró la rubia al ver al chico.

—¿Dijiste algo?— preguntó este.

—No, continúa— animó.

—Ahora entiendo, están igual de jodidos ambos— murmuró el castaño en el oído de su amiga.

—Cállate— murmuró entre dientes.

Cole estaba disfrutando eso, lo sentía como si ese fuera su lugar, se sentía poderoso. La rubia lo sabía, poco a poco la arrogancia y ambición iban a llegar a él e iban a formar parte de él. Pero tal vez, nunca creyó que eso le afectaría en algo...

Cole siguió entrenando, Lili estaba sorprendida de la gran puntería que tenía su novio. Sin embargo, él estaba siendo cegado por su oscuridad, eso lo hacía ser tan bueno.

🖤🖤🖤🖤

LUDMILA ¿CUÁNDO VAS A ENTENDER QUE NO PODÉS DESAPARECER DE LA NADA? *suspira* buen día mis amores.

Poco a poco vamos a ir conociendo a... ¿"Dark Cole"?

Deberías temerme || Sprousehart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora