Deberías temerme || Sprousehart.

Capítulo cincuenta

[Antes de empezar, si son tan sensibles como yo, preparen sus pañuelos porque vamos a soltar lágrimas y mocos a lo lindo]

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Había pasado el último mes de vacaciones.

Un mes en donde Cole se desmoronaba, no sentía ganas de nada, no tenía a Lili a su lado y eso lo lastimaba. La amaba demasiado, pero no fue capaz de cuidarla y se culpaba constantemente por ello.

Mientras tanto Lili, también se rompía, no importaba todo el daño que el pelinegro le había hecho, no podía evitar amarlo. Sin embargo, su orgullo no le permitía volver a dirigirle la palabra.

En ese mes, Madelaine se dió cuenta de que lo de Lili solo era atracción y todo lo de ellas solo había sido un beso en un bar, en medio de una noche loca.

Los únicos corazones que se mantuvieron juntos y los que demostraban que no se separarían, eran los de Cami y Kj, habían sabido soportar las tormentas y disfrutar de los arcoiris. La distancia para ellos nunca iba a ser un problema.

Sin embargo, luego de ese mes, Lili y todos sus amigos se encontraban frente a aquel avión privado que la llevaría a Boston para unos largos años de estudio. Era la primera en irse y todos estaban ahí, solo faltaba una persona... él.

—¿No se suponía que sería tu guardia privado?— preguntó el castaño mientras la abrazaba.

—Sigue reemplazándome por un largo tiempo, te necesitan más que yo mi querido Esteb.

—¿Prometes llamarnos?- preguntaron sus amigas mientras se abrazaban.

—A todas horas.

Luego de todas las despedidas y soltar algunas lágrimas, Lili subió al avión.

Cole no había ido a despedirla, ella tampoco lo había llamado… ¿A caso era ese su final? ¿Era así como terminaría su historia?

La rubia no evitó pensar en él, se había enterado por Kj y Ariadna, que Cole no se encontraba bien. Pero no podía hacer nada, él la había lastimado, tal vez se merecía todo lo que estaba sufriendo.

(...)

Luego de unas largas horas, llegó a destino. Subió a su apartamento, no se encontraba cansada en lo más mínimo. Abrió su maleta para comenzar a desempacar, pero un sobre encima de todo se llevó toda su atención, estaba perfectamente acomodado y decía su nombre. Lo abrió e instantáneamente reconoció esa letra.

"Lili, mi amor:

No fui lo suficientemente valiente para saber cuidarte. Y luego te dejé ir, como un cobarde.

Me resigné, no puedo luchar contra tu orgullo y tienes razón, cometí el peor error de mi vida.

Ahora comprendo lo que me dijiste aquella noche en tu habitación, me dejé dominar por mi oscuridad y me hizo hacer la única cosa de la que me arrepentiré toda mi vida, de hacerte infeliz y romperte el corazón. Pero también comprendo que fue mi culpa, fui un completo imbécil, eres lo único bueno que la vida me puso en frente y me aferré a ti, pero no me dí cuenta de que al aferrarme te estaba lastimando, nos estaba lastimando y luego, cuando quisiste arreglar las cosas por los dos, yo terminé de arruinarlo.

Ya no eres mía y no sabes cuanto me arrepiento de haberte dejado ir. Pero espero algún día volver a verte y que no solo sea en mis recuerdos.

Siempre tuyo, Cole Sprouse."

La rubia dejó la carta a un lado con lágrimas en sus ojos. Suspiró y buscó el contacto en su celular.

"Nos volveremos a ver".

Envió el mensaje y bloqueó el número, no quería volver a saber de él en un largo tiempo, no se sentía lista para enfrentar sus sentimientos.

Lo odiaba por lo que le había hecho, pero tampoco podía evitar amar a la persona que le había otorgado felicidad por tanto tiempo. Así que decidió ser cobarde también y pausar las cosas por un tiempo.

Fin.

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THIS IS NOT THE END, DIJERON LOS WANDIS.