Capítulo diecinueve

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Al oír esa voz rasposa, Lili se tensó.

—Que linda te ves hablando con tus amigos— dijo Marcus— te dije que te atormentaría— la rubia solo pedía que su mente dejara de jugar con ella, sintió como su corazón comenzaba a latir más rápido y el aire le faltaba— tranquila, no querrás que la ansiedad vuelva ¿O sí?— su imagen apareció frente a sus ojos— ¿recuerdas? Te dió un ataque de pánico cuando al volver de la preparatoria encontraste tirada a tu madre frente a tu casa, llena de sangre y muerta— el vacío en su estómago se hacía cada vez más grande, una lágrima recorrió su mejilla y las náuseas llegaron.

—Lo siento, ya vuelvo— rápidamente se levantó del sofá y subió las escaleras.

—No por favor— susurró Cami mientras veía a su amiga subir.

Llegó al baño de su habitación y se sentó en el suelo para lanzar todo por el retrete, lloraba desconsoladamente y recuerdos no paraban de reproducirse en su mente.

Cómo pudo, se levantó para lavarse la cara y la boca, temblando se dirigió a su cama y se sentó a llorar.

—Maldita sea— murmuró entre lágrimas mientras apretaba sus puños fuertemente.

Mientras tanto, en la planta de abajo, sus amigos estaban confundidos y preocupados.

—¿Qué pasó?— preguntó Cole al oír el susurro de la morocha.

La chica solo los ignoró y se dirigió a las escaleras con ambos detrás. Al llegar a la habitación de su amiga, pudo oír su llanto, un nudo se formó en su estómago.

—Quédense aquí— le dijo a los chicos y abrió la puerta— Lils— la llamó.

—No puedo más— susurró mientras temblaba, no la invadía la culpa, pero los recuerdos de su madre la rompían. La pelinegra la rodeó con sus brazos.

—¿Tienes las pastillas?— preguntó en medio del abrazo.

—No, hace un año dejé de tomarlas porque los ataques desaparecieron— esta seguía con sus ojos cerrados.

—Mierda, te haré un té— la pelinegra pedía por favor que eso fuera suficiente— pero no puedo dejarte sola.

—No quiero que me vean así, prometo que no haré nada— dijo la rubia aún temblando.

—Llamaré a Cole, ¿sí?— dijo la chica, recordando que el pelinegro se había quedado sumamente preocupado.

—No, Cam por favor… nadie puede verme así, estaré bien— suplicó mientras trataba de parar las lágrimas.

—Déjate ayudar, por favor Lils, estarás bien si te dejas ayudar— trató de convencerla.

—Okey— susurró, pero su amiga ya estaba fuera de la habitación.

La pelinegra sólo le hizo una seña a Cole para que entrara y bajó las escaleras apresuradamente, el pelirrojo la siguió.

—Oye rubia— la llamó mientras levantaba el mentón de la chica delicadamente.

—Vete, por favor— dijo corriendo su cara— no quiero que me veas así.

—No me iré, me quedaré aquí el tiempo que sea necesario hasta que me asegure de que te encuentras bien— dijo rodeándola en un fuerte abrazo.

Esta no dijo nada más y se dejó abrazar, se acomodó en el pecho del chico, estuvieron varios minutos en silencio, la rubia ya había comenzado a calmarse.

Una pelinegra entró en la habitación y se sentó del otro lado de la cama, dejando a la rubia en medio, le ofreció la taza y esta la tomó mirándola.

—Gracias— pronunció Cami mirándola a los ojos— gracias por dejarte ayudar— le acarició la mejilla levemente.

—Gracias por estar a mi lado— dijo en casi un susurro, no tenía fuerzas para hablar— y a ti también Cole— miró al chico y le sonrió levemente.

—Te quiero Reinhart— dijo suavemente.

Cami se fue, dejándolos solos, esta tomó el té mientras el chico la abrazaba. Nadie decía nada, pero no era nada incómodo.

—Sabes que si necesitas hablar, yo estoy aquí— dijo el chico después de un rato.

—Si, gracias— esta hizo una pequeña pausa— ¿podrías no contarle a nadie de esto?— preguntó con una mueca— no quiero que sepan que soy bastante sensible.

—Eres muy fuerte, creeme… no le diré a nadie— dijo mirándola con ternura, este de verdad deseaba saber que pasaba por la mente de la rubia y porque estaba así.

—Gracias Sprouse— dijo y depositó un beso en su mejilla.

Esa noche, el durmió en la habitación de la rubia, no la soltó en ningún instante.

De alguna forma, la hacía sentir segura, el solo hecho de tenerlo a su lado le daba paz.

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Cole, después no nos vengas a decir que Lili es solo atracción física.

Cami es la mejor amiga que te puede tocar en el mundo.

LES TRAIGO UN ANUNCIO.
Decidí hacerle una segunda parte a esta novela... Así que, estoy trabajando en ello. Chauchis ❤️

Deberías temerme || Sprousehart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora