𝐭𝐫𝐞𝐬: 𝐥𝐨 𝐬𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨

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Miro al chico con lágrimas en los ojos, él frunce simplemente frunce el ceño.

— Yo... — Tartamudeo.

— Giovani — El chico que estaba a su lado lo "regaña" — ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño? — Su amigo se agacha y me mira.

— No, estoy bien — Miré al suelo para tratar de tranquilizarme. Mi vista se dirigió a mi cámara fotográfica, suspiré.

Me levanté tomando la cámara en mis manos.

— Lo siento — Mire al chico con el que había chocado y me fui de ahí directo a los baños de mujeres.

Deje la cámara sobre el lavabo, por las fotografías no había problema, estás se guardan directamente en la memoria, pero esta cámara tiene un significado en mi vida personal.

Las lágrimas caen sobre mi rostro sin cesar, al igual que los sollozos.

El sonido de mi teléfono capta mi atención, miro la pantalla de este y leo el nombre de mi mejor amiga, suspiró y lo tomo respondiendo la llamada.

¡Se puede saber por qué cortaste la llamada Mariana! — Me miro al espejo y limpio las lágrimas.

Sandra... — Un sollozo se le escapa, justo lo que quería evitar.

¿Mariana estás bien? ¿Qué sucedió? ¿Estás llorando? — La voz de mi mejor amiga cabía radicalmente a una de preocupación — ¿Quieres que nos veamos? Voy por ti ahora —

— No, estoy bien. Ahora solo quiero estar sola en casa, te veo mañana — Dije para después terminar la llamada con mi mejor amiga.

Me miro al espejo por unos minutos, suspiró y tomo un pedazo de papel y limpiar el rimel y el resto de mi maquillaje arruinado por culpa de las lágrimas. Tomó la cámara y salgo de los baños, vuelvo a la parte trasera de la fundación y busco con la mirada a mi madre.

— Mamá — Me acercó a ella y al verme su rostro cambia a uno de preocupación, mi madre me conoce tan bien.

— Mariana, ¿Estás bien cariño? — Asiento rápidamente — Mariana, hija te conozco —

— Estoy bien mamá, me voy a casa, ya tomé suficientes fotos — Dije y me fui de ahí.

Camine hasta el estacionamiento y me subí a mi automóvil rápidamente, guarde la cámara en mi mochila. Saque las llaves, encendí y comencé a conducir.

Después de unos minutos de camino llegué a mi casa, baje del auto bajando mis cosas y fui directo a mi habitación, no hay nadie en mi casa, solo las personas de servicio. Subo a mi habitación y me acuesto sobre mi cama, sacó la cámara de la mochila y los recuerdos vividos con mi hermano pequeño invaden mi mente, hasta este punto me es imposible no llorar.

𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒 || GIOVANI LO CELSO ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora